Tiempos aciagos
Roberto Vizcaíno jueves 26, Nov 2020Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
No recuerdo otro tiempo tan aciago como éste. Y es que la muerte nos ronda por todos lados, desde lo internacional hasta lo más cercano. Son ya meses y meses en que no hay día que no traiga noticias amargas.
Este escenario no sólo es a causa de la pandemia, sino que convergen otras causas en la acumulación de muertos. Secuestros, ejecuciones individuales o masivas, incapacidades gubernamentales criminales que han provocado la muerte a niños o enfermos que dejaron de recibir atención y medicinas. Ahí está el caso de la inundación en Tabasco que afectó al menos a 200 mil habitantes de los más pobres y de comunidades indígenas por no inundar, dicen, las construcciones en Dos Bocas.
Otros, como mi gran amiga Laura Medina, más que de sus antiguos males renales, la venció la tristeza por vivir estos tiempos sin futuro. La lista de nombres que recuerdo de amigos infectados o que se fueron en este entretiempo, es larga, muy larga duele decirlo.
En estos 9 meses ya, desde marzo que se registró en México el primer deceso por el coronavirus, no sólo se han registrado más de 100 mil muertos -300 mil afirman investigadores universitarios-, sino que muchos de ellos han sido, como digo, amigos o conocidos.
Ayer, día infausto, a este contexto se añadió el fallecimiento de Diego Armando Maradona. A mí, me vencía la malquerencia hacia él por su mala vida. Pero hay otros amigos y cercanos que en verdad les afectó este hecho. Sin duda a Argentina entera.
Cierto, Maradona no falleció de Covid, pero sí en el contexto de los estragos causados por este bicho.
Como dijo alguien a quien escuché en la calle: “no, no fue por coronavirus… pero seguro algo tuvo que ver esta pinche enfermedad”.
O sea…
Otros la han librado. El primero, mi amigo y colaborador Juan Raymundo Hernández Méndez (que así le gusta firmarse y que así le digan, con todas sus letras), quien la vio cerca y quien una madrugada en su etapa más crítica me llamó para despedirse de mí. Así sentía la muerte sobre su cabeza.
Frágil frente a todos los males posibles e imposibles -lo han operado hasta del dedo meñique, además de la vesícula y el páncreas-, Juan que es un reportero formidable, de los que ya no se hacen en los medios, mejor como jefe de información, quedó tocado en sus pulmones y sometido a una rehabilitación que durará quizá un par de años.
Otros han pasado por situaciones similares. Mi amigo oaxaqueño Enrique Sada y su familia. Otro amigo, Tomás Caparroso cantaba victoria en sus cuentas de redes sociales hace apenas unos 3 días, luego de sufrir en el terror de horas y horas de malestares del coronavirus, que gracias a Dios no aumentaron.
Quien no la libró fue nuestra amiga veracruzana Mariela Cházaro, notable periodista del viejo Notimex, quién como el Güerito Tamez, fue arrancado de nuestro medio por este virus.
Hoy mismo, en el Hospital Militar, el reportero y columnista Salvador –Chava– Martínez pasa por momentos críticos.
El controvertido doctor José Manuel Mireles, ex líder de autodefensas en Michoacán, cuestionado por sus dichos misóginos, murió por coronavirus, luego de días de presentar un cuadro grave.
En fin, quienes llevan estadísticas, afirman que así se han ido 27 reporteros y fotógrafos que resultaron infectados por la Covid.
Malos tiempos estos. No sólo de pésimo e incierto gobierno, sino de un oscuro manto de mala suerte y peor vibra.
Hay mucho, pues, por qué condolerse y llorar, comenzando por Maradona. Y por el país mismo.
Hay que impulsar, fortalecer, ampliar lo digital
Metidos en una decena de escenarios, los senadores de todos los partidos van hoy del debate sobre la seguridad, la economía y el desarrollo, la defensa de los derechos humanos hasta la búsqueda de un nuevo sistema de Justicia y la reforma a fondo del Poder Judicial, al fortalecimiento de lo digital.
Enfrente de casi todo, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de la mayoría de Morena en la cámara alta, encabeza la integración de un ecosistema digital con base en condiciones necesarias para adoptar las tecnologías y la innovación que nos depara el presente.
El acceso a la digitalización debe ser, afirma, considerado y reconocido como un elemento esencial, pues no sólo es la base para acceder, sino de derechos fundamentales, que se ha vuelto el modo de vida para muchos.
Así, al participar en el foro virtual “México 5G”, el zacatecano detalló que la pandemia mundial, ha propiciado una aceleración en la transformación digital, en los ámbitos social, público y privado, lo que ha permitido a las naciones continuar con el desarrollo de las actividades productivas, educativas, sociales, culturales y de entretenimiento.
Es precisamente el 5G, indicó, la próxima generación de tecnología móvil, y sus beneficios potenciales, como es el notable aumento en la velocidad de conexión y reducción de consumo de energía, lo que redundará en más servicios y de mejor calidad.
El 5G promete ser pilar de los nuevos modelos de negocios de los esquemas laborales del futuro, de revolucionar a los medios de información, el transporte, la planeación, el desarrollo de las ciudades, la prestación de distintos servicios, así como la gestión gubernamental.
El legislador consideró que por eso y mucho más, la regulación de estos servicios es un tema de muy delicados equilibrios y múltiples vertientes.
Uno de ellos tiene que ver en cómo lograr la prestación de un servicio esencial de una forma confiable, segura, de calidad verificable y que alcance cada vez más a los mexicanos.
De ahí que se requiera, dijo, un marco legal equilibrado, acorde a la transformación digital y para ellos es necesario reunir información, para entender la dinámica de estas nuevas tecnologías, sus alcances, sus posibles debilidades, los beneficios que proporcionan a la población y poder establecer una mejor regulación.
Al reflexionar sobre los daños que han provocado la pandemia en el mundo, Monreal se detuvo para señalar que luego de la tragedia pandémica, deberá emerger un nuevo orden mundial que lleva implícito la era digital.
Propuso, entonces, realizar una serie de mesas de trabajo, dentro de un foro abierto, donde se hable de tecnología y sobre los beneficios de la era digital, de cómo la conexión a un dispositivo se puede traducir en salud, educación, acceso a la cultura, inclusión social y financiera.
Y dio un dato significativo: en los Estados Unidos el Internet representa el 10 por ciento del PIB, en México sólo el 3 por ciento.
Por ello, insistió en impulsar un diálogo para definir cómo las nuevas tecnologías y las telecomunicaciones acelerarán la recuperación, el crecimiento económico; y cómo pueden transformar a la planta industrial y atraer inversiones de Asia, para exportar a los Estados Unidos.
“Hablemos -los conminó- de cómo podemos incluir al país en esta gran transformación y de las oportunidades que tenemos en el T-MEC”.
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