Pepenadores, en el olvido
¬ Arturo Ríos Ruiz jueves 26, Nov 2020Centro..!
Arturo Ríos Ruiz
- Son 4 millones los afectados
- La Prodecon, “elefante” inútil
Más de 4 millones de mexicanos y sus familias se dedican a pepenar basura, plástico, papel, cartón, vidrio, chatarra, y hasta desperdicios cárnicos. De eso viven estos mexicanos que sufren del desdén de las autoridades.
Cientos de quejas se han presentado desde el año pasado ante la maltrecha Prodecon para que intervenga ante las autoridades fiscales y cambien el rumbo de las cosas no permitiendo la evasión, pero sobre todo las dispares condiciones del mercado que hacen que proliferen los abusos, la simulación de operaciones, los factureros, el lavado de dinero y hasta el crimen organizado.
¿Qué es la Prodecon? La Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, organismo público descentralizado, autónomo técnico funcional y de gestión, en materia tributaria, apoya de manera ágil y sencilla servicios de orientación, asesoría, consulta, representación y defensa legal, investigación, recepción y trámite de quejas y reclamaciones contra actos u omisiones de las autoridades fiscales federales. Así dice la teoría, pero los hechos son otros.
Dentro de la cadena de reciclaje y recuperación de los materiales, la mayoría de las personas que laboran en el proceso de recolección de los desperdicios destinados al reciclaje no están inscritos en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC).
Por su parte la autoridad, en la mayoría de los casos presume que no es clara la procedencia de dichas mercancías e inclusive ha incrementado los estándares de control, vigilancia y fiscalización de este tipo de insumos.
Antes, esta situación se remediaba con la autofacturación, pero a partir de 2014 surgió la problemática para la adquisición de los desperdicios y los materiales destinados a la industria del reciclaje, por las reformas que derogaron la autofacturación y se establecieron la retención del 5% de Impuesto Sobre la Renta y del Impuesto al Valor Agregado, 16%.
La autoridad es insensible para identificar la problemática que viven los recolectores, que rechazan la disposición fiscal, por considerarlo muy oneroso, pues la remuneración que obtienen es muy baja y se reduce aún más con la retención de impuestos, además de considerar que inscribirse en el RFC les podría ocasionar dificultades.
El vacío legal es claro: la mayoría de las personas físicas que recolectan y enajenan estos materiales no están registradas en el RFC y por ende, la retención del 5% de ISR es perjudicial porque las ganancias son escasas, afectando a sus familias.
Además, la mayoría de los recolectores desconocen la facturación y no cuentan con las herramientas para hacerlo y hay más. Es necesario cambiar el esquema actual, con un decreto de facilidades administrativas y en su caso de las reglas misceláneas, buscando una reforma legal en el mediano plazo. A ver si se les prende el foco.