EU, ¿violencia postelectoral?
Armando Ríos Ruiz lunes 23, Nov 2020Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Por más que en México se dice a cada rato que Trump está a punto de reconocer, que ya dio muestras de reconocer y que falta poco para que lo haga público o que ya reconoció, pero luego se echó para atrás, el triunfo del demócrata Joe Biden, la realidad delata algo diametralmente diferente.
No sólo está a cientos de miles de kilómetros de admitir tal hecho, sino que se habla de que hace lo indecible para convencer a los republicanos de echar tierra sobre el resultado de los comicios del 3 de noviembre. Inclusive, que pueden suscitarse choques armados entre los partidarios de uno y otro bando.
Aquí hay quien sigue de cerca los acontecimientos que se dan cada día en la Unión Americana y de las actitudes que asume el Presidente y dan por hecho que en enero habrá grandes sorpresas desagradables, encabezadas por éste y secundadas por sus simpatizantes, tanto en el poder, como en las calles
Hay que recordar que en días pasados, Mike Pompeo, secretario de Estado, declaró que efectivamente, en enero se dará la toma de posesión, pero en el mismo sentido. Que será Trump quien volverá a asumir el poder. Éste también ha afirmado que tiene pruebas suficientes, que por cierto aún no exhibe, para revocar los desenlaces electorales.
¿A qué se refiere? Parece que habla en serio cuando cita esos testimonios y que podría recibir ayuda del juez Clarence Thomas, a quien Biden atacó de manera feroz a principio de los años noventa, quien ahora despacha en la Corte Suprema de Justicia con una influencia notoria y bastante, quien aprovecharía para ejercer una venganza en contra de Biden y a favor de Trump, que consistiría en tomar en cuenta esas muestras para echar abajo los resultados.
La otra actitud que muchos esperan, es que efectivamente, ocurra lo que jamás. Que los seguidores se armen y arremetan contra los adversarios, con toda la decisión de imponerse.
Algunos medios han coincidido en asegurar que “Trump orquesta una campaña de presión para persuadir a las autoridades republicanas de los Estados que perdió para que reviertan la voluntad del voto. Un intento sin precedentes de forzar una manipulación del sistema”.
Sin embargo, hasta hoy no ha encontrado eco. Por ejemplo, los legisladores republicanos de Míchigan, que son mayoría con gobernadora demócrata para invertir los resultados, no han respondido a las presiones y por lo tanto, sus respuestas no fueron a su favor. Todos han obedecido las normas legales y se han sometido al proceso normal en la certificación de los votos.
En otros estados, como en Gorgia, ha ocurrido lo mismo. La votación decidió que Biden es quien debe gobernar durante los próximos cuatro años y tampoco hubo manera de revertir el asunto. Se habla de que los intentos de Trump constituyen “una ofensiva de una audacia sin precedentes, cuyas posibilidades de éxito son tan escasas, como colosal es el potencial daño a la democracia”.
Cuando todos los caminos aparentemente legales se han cerrado, ahora sólo queda el de la violencia. Trump ha demostrado que no sabe perder y aunque no sea de Jalisco, pretende arrebatar con los elementos que puede utilizar, como las armas. Sus seguidores también parecen dispuestos a secundar esta última posibilidad. Lo han manifestado por doquiera.
Mientras tanto, en México, nuestro mandatario debe estar también a la espera de que algo inaudito ocurra. Por eso ha insistido en aguardar hasta que Trump se declare vencido o reconozca ganador a Biden. Lo ha reiterado en sus conferencias mañaneras, también hasta el cansancio.
Ha dicho que no es quién, para felicitar a alguien, mientras los elementos legales no sean agotados por quien la realidad está demostrado claramente que perdió y que el ganador absoluto es el demócrata, con 306 votos a favor.