Gobernadores evaluados
Ramón Zurita Sahagún miércoles 18, Nov 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Encuestas van y vienen que nos hablan sobre el posicionamiento de los 32 gobernantes de igual número de entidades del país, de las que 15 irán a las urnas el próximo mes de junio para elegir a sus nuevos gobernantes.
Varios de éstos tendrán en el proceso electoral una valoración más real sobre su desempeño y aprobación o rechazo de su gestión administrativa.
Las encuestas son consideradas como una radiografía de lo que puede suceder con el partido del gobernante en turno y si los ciudadanos aprovecharán esa oportunidad para cobrar cuentas pendientes.
Y aunque no es exactamente cierta la versión de que un buen gobierno deja abierta la oportunidad para que el candidato del partido continúe con la labor, se puede decir que has posibilidades de que así suceda.
Lo real es que el elector es veleidoso y apuesta en gran parte hacia las simpatías que despiertan los candidatos de cada partido.
En el pasado reciente se recuerda como José Eduardo Calzada Rovirosa aparecía a la cabeza de cuanta encuesta se levantaba y el candidato de su partido, Roberto Loyola Vera fue vencido por amplia ventaja.
Hoy sucede algo similar con el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, quien se alterna entre primero y segundo lugar de las encuestas y su partido (PRI) aparece abajo en las encuestas.
Y es que de los 15 estados que renovarán al Ejecutivo estatal, 10 de ellos aparecen con número negativos en lo tocante a aprobación por parte de sus gobernados.
Son entidades en las que está prevista la alternancia, pues además de ser desastrosas las administraciones de estos, no se advierten buenas opciones que ofrezcan los posibles candidatos de sus partidos.
Las cifras de reconocimiento hacia su gestión van del 49, hasta el 32 por ciento, según evaluación de los ciudadanos.
José Ignacio peralta, Colima, se sitúan en la posición 31, mientras que Jaime Heliodoro Rodríguez “Bronco”, Nuevo León, está muy cercano a esos números posicionado como el número 29 de los gobernadores del país.
Otros como Silvano Aureoles, Michoacán, quien se ha mantenido como uno de los peores gobernadores del país, remontó varios lugares y se sitúa como el 23, por encima de Javier Corral, Chihuahua, que pasó al 24; Juan Manuel Carreras, San Luis Potosí se fue al 27.
Antonio Echevarría, Nayarit y Alejandro Tello, Zacatecas, tampoco levantan sus cifras.
Hay gobernadores que pasan por una etapa de mediocridad, cumpliendo con un mandato sumamente burocrático y anodino como José Antonio Aysa (14), suplente de Alejandro Moreno en Campeche; Marco Antonio Mena, Tlaxcala en el 13 y Claudia Pavlovich, quien apenas rebasó la línea del 50 por ciento de aprobación a su gestión.
Los mejores evaluados por sus ciudadanos, de este grupo de 15 gobernantes son, el mencionado Quirino en segundo lugar y Carlos Mendoza Davis de Baja California Sur en tercero con número de 67 y 62 por ciento de aprobación por parte de la población de Sinaloa y Baja California Sur, respectivamente.
Los que también alcanzan número favorables de aprobación son Francisco Domínguez de Querétaro; Jaime Bonilla de Baja California y Héctor Astudillo, Guerrero, ubicados como séptimo, octavo y décimo de la lista, con número por encima del 50 por ciento de aprobación.
Veremos cuántos de estos gobernantes salen bien librados al término de sus gestiones y cuáles podrían seguir la ruta marcada por los Duarte, Borge, Sandoval y otros más.
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Tabasco está convertido en una gran olla de presión, la que, de no despresurizarla pronto, explotará y salpicará para todos lados.
Por una parte la gente que ve con total desánimo la ayuda gubernamental y no comprende las respuestas que saltan de uno y otro lado.
La disputa entre el gobernador Adán Augusto López y el director de la CFE, Manuel Bartlett, que no abona en nada a favor de la gente.
Tampoco comprenden muchos el por qué fueron sacrificados ellos y no los otros en la inundación provocada por la apertura de compuertas.
Pero ahora resulta que el Presidente López Obrador habla de que se inundaron las zonas pobres, para evitar que lo hicieran con Villahermosa y el gobernador López Hernández lo niega y dice que solamente se afectaron los pastizales.
La realidad es que la situación en Tabasco es de alto riesgo y sus habitantes sufren con la pandemia y los contagios, las inundaciones y la carencia de alimentos y enseres domésticos.
Total, un gran desastre.