Más víctimas de la violencia
¬ Augusto Corro martes 17, Nov 2020Punto por punto
Augusto Corro
En días se agudizaron las agresiones contra los periodistas. Aquí señalamos el asesinato de Arturo Alba Medina, en Ciudad Juárez; y de la muerte de Israel Vázquez, en Salamanca. El fin de semana fue secuestrado Carlos Zataraín, en Mazatlán. Fue liberado horas después.
México padece una espiral de violencia en la que los comunicadores son víctimas de los criminales que la propician. En el caso de Alba Medina las autoridades anunciaron la detención de dos implicados en el asesinato registrado el pasado 29 de octubre.
Los detenidos fueron identificados como Adrián Alexis M. V. de 18 años; y Carlos Iván B.S., de 24. Ambos integrantes de la organización criminal Gente Nueva, brazo operativo del Cártel de Sinaloa.
Los presuntos asesinos aseguraron ante las autoridades que dieron muerte a Alba Medina porque lo confundieron con otra persona. Alba Medina era el conductor de noticiarios de Multimedios Televisión.
Por otra parte, la fiscalía de Guanajuato anunció la captura de los dos presuntos asesinos de Israel Vázquez Rangel, ultimado el 9 de noviembre, cuando se disponía a informar sobre el hallazgo de restos humanos.
Los presuntos responsables del asesinato son Martín Eduardo y José Luis. Como informamos en este espacio, Vázquez Rangel se desempeñaba como reportero de El Salmantino, en Salamanca, Guanajuato.
En el asunto de Carlos Zataraín, fotógrafo del diario Noroeste, de Mazatlán, un grupo de hombres armados lo secuestró el sábado alrededor de las 23 horas. Los plagiarios también se llevaron a otras dos jóvenes que se encontraban en el lugar.
El director de Noroeste, Adrián López, que Carlos Sataraín fue localizado con vida y “ya se encuentra en su casa”, al igual que las otras dos personas plagiadas.
A merced, de los criminales
Los grupos criminales de “narcos”, secuestradores, “huachicoleros”; así como de políticos vengativos y autoridades coludidas con los delincuentes representan una verdadera amenaza contra los comunicadores.
Como señalamos líneas arriba, las detenciones de los agresores de los periodistas no son hechos comunes. En México quienes asesinan a los periodistas no son castigados. Los expedientes sobre las investigaciones terminan archivados. La impunidad de los homicidas casi es total.
Hay zonas en nuestro país, en el que la libertad de expresión no existe: los medios de comunicación sino se callan o desobedecen las consignas de los criminales, se exponen a sufrir atentados contra sus reporteros o sus instalaciones.
De acuerdo con el registro de agresiones de Artículo 19, en México se ataca a la prensa cada 10 horas. Así, en el primer semestre de 2020 se reportaron 406 ataques contra periodistas y medios de comunicación.
La organización señaló que las cifras representan un incremento del 45% en comparación con las 280 agresiones documentadas de enero a junio de 2019. Los estados con mayor número de ataques a los comunicadores son la Ciudad de México, Puebla, Oaxaca, Veracruz y Quintana Roo.
Aunque se debe considerar que los últimos tres atentados ocurrieron en zonas donde se encuentran en plena actividad la delincuencia organizada relacionadas con los cárteles de la droga, el huachicoleo y las extorsiones.
En Ciudad Juárez, ciudad fronteriza, sus habitantes empezaron a vivir el terror de la espiral de violencia desde hace varios sexenios. No solo los periodistas son las víctimas; las agresiones también alcanzan a toda la población. Dicho lugar es uno de los más codiciados por los “narcos”.
En Sinaloa, también los hechos violentos son constantes. La presencia de los cárteles de la droga convirtió esa entidad en una zona de guerra, donde se alternan en el poder los grupos delincuenciales. La ausencia del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán provocó más enfrentamientos entre los narcos.
En Guanajuato, donde fue asesinado el periodista de El Salmantino, Israel Vázquez, se vive una violencia aterradora. Las masacres se registran continuamente; los enfrentamientos entre las bandas de narcos son incontables.
Los “narcos” y los huachicoleros del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Santa Rosa de Lima, que dirigía José Antonio Yépez Ortiz “El Marro”, dirimen sus venganzas con un sinnúmero de víctimas. La captura del jefe de la banda de huachicoleros, “El Marro”, en nada disminuyó la violencia en Guanajuato; al contrario, se incrementó en varias ciudades.
En fin, no se ve como podría acabarse la violencia contra los periodistas. Cada vez que un comunicador es víctima de un atentado surgen las condenas contra ese hecho, pero luego se olvida el crimen. Las autoridades saben muy bien que el olvida forma parte de la impunidad y no les preocupa castigar a los asesinos. De ahí que alrededor del 99% de asesinatos de comunicadores no se castiguen y los criminales gocen de absoluta impunidad.