Funesto doble desastre
Freddy Sánchez jueves 12, Nov 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
La terrible tragedia que golpeó dos estados del sur de México, inevitablemente, puso “el dedo en la llaga” de la criticada desaparición del Fonden.
Porque tal parece que Tabasco y Chiapas le estuvieran “gritado a toda garganta” al gobierno federal que se equivocó.
Y no es que a los habitantes de ambas entidades se les haya abandonado a su suerte, puesto que el plan de emergencia que se opera en estos casos se activó y de hecho continúa operando en auxilio de los damnificados.
La cuestión es que la percepción entre diversos reclamantes de ayuda se inclina por creer que no han recibido lo que requiere el estado de emergencia que están viviendo.
Tal idea podría deberse a que los moradores de las localidades afectadas al haber quedado despojados de sus más elementales condiciones de seguridad habitacional, de salud, vestido y alimentación, obviamente, consideran que al gobierno federal le ha faltado voluntad para apresurar las acciones de rescate.
Una sensación que es atribuible a la suposición de que sin el Fonden no hay recursos específicos y debidamente etiquetados para apoyar a los damnificados en casos de desastre, sin importar que por distintos medios oficiales se esté dando ayuda a quienes viven momentos de angustia y desesperación.
Y justamente por esa causa, es menester que las autoridades federales informen cuáles han sido exactamente los recursos económicos y materiales en auxilio a los afectados por las inundaciones en diversas poblaciones de los estados de Tabasco y Chiapas.
Porque si la eliminación del Fonden por medio de una acción legislativa atribuida a Morena y al gobierno federal, no significó dejar en el desamparo a los que pudieran sufrir las funestas secuelas de los embates naturales en casos de desastre, eso no basta decirlo sino que es imperativo demostrarlo.En ese sentido hay que precisar varias cosas: entre otras por ejemplo la de aclarar de dónde se tomaron los apoyos para Tabasco y Chiapas.
Y lo que sería más importante: por medio de qué instancias oficiales se condujo el auxilio, qué funcionarios estuvieron a cargo de los operativos de rescate, cuál fue la participación de las fuerzas armadas en la ayuda para los afectados y a quien habrá que identificar de ahora en adelante como el responsable institucional de que los programas de apoyo a las poblaciones afectadas por embates naturales, se proporcionen con diligencia y eficacia dando al que lo requiera el socorro requerido.
Y es que al no haber un Fonden hacia el cuál mirar para juzgar el desempeño institucional en situaciones de emergencia nacional, es menester que se informe quiénes entonces en el gobierno darán la cara para estos menesteres y por lo mismo, quienes deberán ser responsabilizados en caso de negligencias que agraven los males en las comunidades siniestradas y por lo tanto demandantes de apoyo federal.
Las críticas por la desaparición del Fonden como fue el caso de otros fideicomisos y organismos destinados al apoyo comunitario, deben ser acalladas con pruebas irrefutables de que el gobierno federal no actuó precipitadamente y en efecto tenía un plan para no perjudicar a miles de personas al haber decidido suprimir un organismo institucional independiente creado para dar atención a necesidades específicas y apremiantes como las que tienen que ver con los desastres naturales.
En manos pues del gobierno federal esta demostrar que a pesar de no contar con el Fonden ciertamente existirá apoyo inmediato y suficiente para los afectados por un embate de la naturaleza.
Y es que si las víctimas de una devastación natural sufrieran pérdidas irreparables y aparte de esa tragedia todavía tuvieran que padecer la indiferencia de autoridades en las que han depositado su confianza para recibir auxilio oportuno y tal cosa no sucede como debería, eso de plano se podría considerar como un funesto doble desastre.