Tabasco, en el olvido
Ramón Zurita Sahagún miércoles 11, Nov 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Sumamente grave lo que sucede en Tabasco, cuya población se muestra inconforme con la ayuda gubernamental por las inundaciones que sufren y el abandono de las autoridades, tanto locales como federales.
Sorprende a todos, propios y extraños, la reacción de los tres niveles de gobierno ante la contingencia que vive el estado, sobretodo la del gobernador Adán Augusto López, al que se le nota molesto y sin respuestas para sus gobernados.
El estado se encuentra en riesgo de que ocho ríos más se desborden por el poderoso caudal con que cuentan, ya que la entidad se encuentra situada entre los ríos más caudalosos del país, por lo que sufre de continuas inundaciones provocadas por las frecuentes lluvias y el desfogue de las presas.
La presencia de ambas circunstancias es permanente y lo saben, por lo que toman algunas medidas para capotear las inundaciones que año con año se presentan.
Es cierto que la frecuencia de las inundaciones aumentó desde hace unos años y tuvo su momento culminante en octubre de 2007, cuando la capital del estado quedó bajo el agua, tal como sucede nuevamente.
A diferencia de ahora, en aquel año, la población recibió ayuda de inmediato. Se aplicó el Plan DNIII, con la presencia de la Marina y el Ejército en auxilio de la población.
El gobernador Andrés Rafael Granier se presentó de inmediato en el sitio de la emergencia, plantó cara al desastre y surgió como una figura de mayores alcances de los que realmente tenía, en razón de su aportación presencial en el terreno del desastre.
La ayuda llegó de todos lados, gobernadores de otros estados aportaron, gobierno federal reaccionó de inmediato y hasta el presidente Calderón entró a las labores de rescate, aunque solamente haya sido para efectos mediáticos y tomarse la foto.
Nada de eso ha ocurrido ahora, cuando el Presidente de la República es oriundo de la entidad. La reacción fue tardía, casi un mes después de que iniciaron las inundaciones se presentó Andrés Manuel López Obrador en el terreno de los hechos, sobrevoló la entidad y desde el aire observó el desastre, después participó en una conferencia de prensa en la que ofreció ayuda de todo tipo, mientras el gobernador Adán Augusto López fue solamente un espectador.
Lo de Tabasco es más grave de lo ocurrido en 2007, pero las autoridades de ahora son menos sensibles que las del pasado. La austeridad los lleva a no tener los elementos necesarios para paliar la desgracia.
La gente de Tabasco explota contra sus autoridades y olvida el paisanaje con el presidente López Obrador para exigir el cumplimiento de sus ofertas de campaña.
No se trata solamente de hacer realidad las promesas, sino de tener autoridades que tomen en serio sus problemas qué, si bien es cierto, son de antaño, continúa causando pesar entre los habitantes de esa entidad.
El Presidente antepuso todo a salvaguardar la vida de los habitantes, pero las pérdidas materiales que causan estas inundaciones son altísimas, especialmente para aquellas personas afectadas que pierden todo y que les es difícil recuperarlas y a las que el gobierno ofrece una pírrica ayuda.
Los habitantes del estado, especialmente los miles de afectados, se encuentra molestos por el desinterés de sus autoridades, tanto que resurge la figura del otrora célebre Andrés Rafael Granier, una alternativa para las próximas elecciones.
Los tres niveles de gobierno han fracasado en el auxilio a la población. El presidente López Obrador con su visita tardía y sin grandes respuestas, el gobernador Adán Augusto López, con un torpe manejo de la situación y hasta con su desdén hacia todos y su enojo por no ser él quien coordine la ayude y el alcalde Evaristo Hernández por su ausencia.
Curiosamente los tres pertenecen al mismo partido que arrasó en los comicios de 2018 y al que los ciudadanos piensan pasarle la factura en los comicios del año próximo.
Tabasco, el estado en que nació el presidente de la república puede dejar de ser mayoría de Morena ya que los otros partidos podrán aprovechar el descontento generalizado y votar en contra de este partido.
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Cancún se está convirtiendo en un sitio turístico trágico. No solamente enfrenta la presencia del crimen organizado y la presencia de continuos huracanes, sino además la represión policiaca contra manifestantes, acto del que eluden responsabilidad los gobiernos estatal y el local.
Por lo pronto, el secretario de Seguridad de Benito Juárez (Cancún) y el secretario del ayuntamiento salieron del equipo de Mara Lezama, la alcaldesa.