¿Una leva?
Francisco Rodríguez martes 29, Mar 2011Índice político
Francisco Rodríguez
¡Qué bárbaro el gobernador priísta de Chihuahua! ¡Qué idea tan genial se le ha ocurrido a él solito –jura y perjura— sin la ayuda de nadie! ¡Es tan brillante César Duarte Jáquez que, astronautas en el laboratorio espacial de la NASA, reportan que desde el espacio sideral se nota cómo es que le chisporrotea su pronunciada calvicie!
Digno discípulo -y cargamaletas- de ese indiscutible intelectual, pensador y ensayista de la política “a la mexicana” que es Emilio Gamboa Patrón, pues ha aportado el vocablo “transitar” cómo sinónimo de transa, el mandatario estatal de los chihuahuenses ha propuesto ¡una leva nacional! para erradicar a los llamados ninis: esos más de 7 millones de jóvenes que, por el fallido Estado neoliberal y dependiente de EU que padecemos, ni estudian ni trabajan.
Dígame usted si no es digna de compartir y hasta de aplaudir por los panistas -para empezar- tan exultante proposición: Más de 7 millones de adolescentes y jóvenes engrosando las filas de las fuerzas armadas para combatir al crimen organizado, no obstante que tal no sea la función constitucional que aquellas tengan asignada.
Yo creo que tras frustrarse -Barack Obama dixit– porque a él no se le ocurrió semejante idea, el ocupante de Los Pinos debió saltar de júbilo, luego que sus servicios de espionaje le informaran -tras leer los periódicos- que, ante un muy distinguido grupo de empresarios juarenses que no emprenden, Duarte Jáquez anunciara una peregrinación al Distrito Federal procurando escucha a sus ruegos.
¡Vaya si es listo, listísimo, este político que, en honor a la verdad, no se merece el pueblo chihuahuense! ¡Mata dos pájaros con una sola iniciativa! Que digo dos, pueden ser tres, cuatro… es ésta toda una maravilla.
Porque, cual él mismo se ha dignado a explicarnos, una medida inteligente, combatiría la participación de los jóvenes en hechos delictivos. Esto es que, tras un entrenamiento militar que se inicia al alba, con disciplina que con sangre entra, para el atardecer dejaría exhaustos a los ninis, ya sin ganas de cargar una pesada AK-47, con la cual partirle toda su esa a los ninis de enfrente. ¡Genial! ¿O no?
Además, cual se intuye, equilibraría el número de efectivos de Ejército, Marina y Fuerza Aérea ante la gran cantidad que deserta. Y México tendría así al mayor de los ejércitos, ya no sólo del continente, incluso del planeta.
Haga usted cuentas. Para el año anterior -y de acuerdo a información publicada en la Wikipedia-, tan sólo de la Secretaría de la Defensa Nacional dependían aproximadamente 267 mil 506 elementos en sus fuerzas activas. Añádale 39 mil 899 cual reservas. Y 36 mil 500 clasificados cual paramilitares. Ello da un total muy menguado -en relación al 2002- de tan sólo 343 mil 905 elementos, cuando ocho años antes sumaban 517 mil 700 efectivos militares.
Sume usted entonces a 7 millones de ninis. Resultado: Un ejército de 7 millones 343 mil 905 mexicanos (y mexicanas, cual decía el ignaro Fox). Superaría Calderón con creces al ejército chino de Hu Jintao, con 3 millones 455 mil soldados, y al de Estados Unidos, pues Obama dispone de 2 millones 455 mil 837 uniformados, aunque todavía estaría lejos de alcanzar al norcoreano Kim Jong Il, a quien obedecen ciegamente 9 millones 495 mil efectivos.
Gran idea, ¿verdad? Porque para mantener a un ejército de 7.5 millones se necesitaría cobrar más impuestos a los contribuyentes. Y para equiparlo, avituallarlo y movilizarlo, se requerirían muchos, pero muchos contratos de adquisiciones, servicios…
Y habría grandes, muchas comisiones, mochadas, diezmos o mordidas.
¡Excelente idea, señor gobernador! ¡Excelente!
Lástima, repito, que tal venga a sumarse a una de las muchas causas que mantienen frustrado al señor Calderón.
Porque, ¿cómo fue que a él no se le ocurrió esa idea? Con ello, sí que se avanzaría en su sueño de militarizar por completo al país…
Índice Flamígero: ¿Puede una peregrina idea cubrir peregrinas acciones y más peregrinas omisiones? César Duarte es aún incapaz de rendir cuentas sobre hechos que en otras circunstancias hubiesen provocado la dimisión de un político que fuese responsable: omisiones del MP a su cargo, en el asunto del asesinato de defensoras de derechos humanos y de sus familiares, renuncias obligadas de funcionarios policiacos ante presiones del crimen organizado, epidemias que cobran vidas… Y él peregrinando al DF “hasta de rodillas”.