Temporada de delatores
¬ Augusto Corro jueves 5, Nov 2020Punto por punto
Augusto Corro
No ir a la cárcel o recibir beneficios de los jueces dependerá de la actitud de las personas acusadas de diferentes delitos. Hablamos de la colaboración de quienes poco o nada les importa la suerte de sus socios o jefes inmersos en delitos marcados por la corrupción: el enriquecimiento ilícito y el lavado de dinero.
Los ex funcionarios públicos, presuntamente implicados, ofrecieron colaborar con las autoridades para fortalecer las pruebas acusatorias contra sus jefes, con el propósito de salvar el pellejo. Así, en la lista de los personajes políticos acusados de diferentes delitos se encuentran los llamados peces chicos y grandes.
De los primeros, sólo se encuentran en problemas con la justicia Rosario Robles y Emilio Lozoya Austin. En días recientes apareció en la cartelera de ex funcionarios corruptos, Emilio Zebadúa. Robles fue vinculada a proceso por uso indebido del servicio público cuando estuvo al frente de las secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Zebadúa se desempeñó como Oficial Mayor de la Sedesol y Sedatu y ya ofreció convertirse en testigo protegido y revelar el papel de Robles en el desvío de recursos, así como a Luis Videgaray, principal colaborador del ex presidente Enrique Peña Nieta, por traición a la patria. Sin embargo, el tal Zebadúa es pieza clave en la “estafa maestra” que tiene como eje principal el uso ilegal de los recursos públicos.
Sin darle vueltas al tema, el citado Zebadúa aseguró que el ex mandatario Peña Nieto y Robles fueron artífices de una operación para desviar recursos a las campañas electorales del Partido Revoluciconario Institucional (PRI). Según se informó la mencionada “estafa maestra” fue un mecanismo a través del cual se desviaron recursos con la suscripción de contratos y convenios con instituciones de educación superior por más de 5 mil millones de pesos.
Zebadúa se encuentra en condiciones de colaborar con la justicia para obtener beneficios y resultar lo menos afectado que se pueda. En esa situación dirá (“cantará”) todo lo que sabe sobre sus ex jefes: Robles, Videgaray y Peña Nieto. El ex Oficial Mayor acudió ante la Fiscalía General de la República (FGR) para solicitar el criterio de oportunidad, que podría interpretarse como la actitud de colaborar con la justicia cambio de beneficios.
El asunto de Lozoya, ex director de Pemex, es parecido al de la conducta anunciada por Zebadúa. En manos de la justicia, el primero decidió denunciar lo que sabe sobre los sobornos de la transnacional Odebrecht. Específicamente, el titular de la empresa petrolera, está acusado por los delitos de delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
La policía capturó a Lozoya en España. Posteriormente fue trasladado a México, donde llamó la atención el trato especial que recibió por parte de las autoridades. Después se informó que esa cortesía era la respuesta a su decisión de colaborar con la FGR. De tal manera fue el trato amable que recibió Lozoya que a su llegada no fue llevado a la cárcel y todo hace suponer que será juzgado en libertad.
Ya se van a cumplir dos años del gobierno obradorista y son pocos los señalados y menos los ex funcionarios que se encuentran en prisión por corruptos. Con el estilo de juzgar a los presuntos responsables con el rasero del testigo colaborador serán más los beneficiados que actuarán como traidores al denunciar la conducta ilegal de sus ex jefes. ¿Alguno de los acusados actuó sin el consentimiento de su superior? ¿Quiénes son los verdaderos responsables de la corrupción, los peces chicos o los grandes? ¿O todos? ¿Usted qué opina amable lector?