Prófugos y delatores
Ramón Zurita Sahagún miércoles 4, Nov 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La modalidad de convertirse en un delator y saltar los posibles juicios en su contra, da a políticos, principalmente y a todos tipo de personas, la viabilidad de no terminar con una larga condena en la cárcel.
El sistema adoptado en México y que tiene a su figura más célebre encarnada en Emilio Lozoya es novedoso y deja abierta una gran avenida por la que pueden transitar muchas personas acusadas de todo tipo de delitos.
Además de Lozoya, Alfredo Álvarez Cuevas, alto directivo de la cementera Cruz Azul, aprovechó el sistema para denunciar actos que llevan a que su hermano Guillermo Álvarez Cuevas esté acusado por una serie de delitos que lo llevaron a darse a la fuga y estar considerado como prófugo.
El tema salta nuevamente a la discusión pública por el anuncio de la delación que hará Emilio Zebadúa, sobre el asunto de la “estafa maestra”. Y es que fue ex oficial mayor de las secretarías de Desarrollo Social y Sedatu, en los tiempos en que Rosario Robles fungió como secretaria en ambas, en una primero y en la otra después, llevando al ex candidato de Nueva Alianza al gobierno de Chiapas como uno de sus principales colaboradores.
Oculto desde hace algún tiempo, el ex funcionario saca la cabeza y alza la voz para ofrecer su testimonio sobre lo sucedido con la “estafa maestra” que, aparentemente, fue usada para beneficiar al entonces gobernante Partido Revolucionario Institucional con la venia del Ejecutivo de aquel entonces, Enrique Peña Nieto.
Los testimonios que aporte Zebadúa, previa confirmación servirán para hundir más a su ex jefa Rosario Robles, quien se encuentra recluida desde hace varios meses acusada del desvío de miles de millones de pesos.
El esquema con el que salieron esos miles de millones de pesos de las arcas públicas fue diseñado -según dicen algunos- por quien ahora podría desenredar ese entramado.
Zebadúa fue señalado por la Fiscalía General de la República como posible responsable con Rosario Robles del desvío de cinco mil millones de pesos del erario federal. Será en los próximos días cuando se sepa la importancia de las declaraciones del político y hasta donde pueden servir de aval para que no pise la cárcel.
Este sistema de colaborar con las autoridades para amortiguar los cargos en su contra funciona muy bien el sistema penal de Estados Unidos en el que varios personajes vinculados al narcotráfico y a otros delitos lo han usado en su beneficio.
Dentro de los grupos delincuenciales se les conoce como delatores o “sapos” y es uno de los cargos más deshonrosos que provoca consecuencias.
La reacción de Emilio Zebadúa muestra una vez más que los personajes más cercanos a Rosario Robles son los que más le han perjudicado en su larga carrera y que su presunción de inocencia no lo es tanta.
Carlos Ahumada y Emilio Zebadúa, finalmente terminaron dándole la espalda y aquí no caben esas palabras sentimentales de la ex Jefa de Gobierno del Distrito Federal de su amor por el primero.
La realidad nos muestra que Rosario dejó al PRD con una deuda cercana a los 500 millones de pesos durante su efímero paso como presidenta de ese partido y en el caso de su recorrido por la administración pública federal la llamada “estafa maestra” se calcula en cinco mil millones de pesos.
Veremos que resulta de esto si en realidad la versión de Zebadúa cuenta con el respaldo suficiente para conocer la verdad del tema y a cuántos personajes de la política involucra.
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La historia pública de Emilio Zebadúa lo ubica como consejero del desparecido IFE (hoy INE), secretario de Gobierno de Chiapas, diputado federal por el PRD, candidato de Nueva Alianza al gobierno de Chiapas y Oficial Mayor en Sedesol y Sedatu.
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Habrá que esperar si varios de los actuales prófugos de la justicia mexicana deciden canjear su declaración por relevar actos de corrupción de sus compañeros y amigos. Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño, colaboradores cercanos de Genaro García Luna; además de Mario Marín, ex gobernador de Puebla; Guillermo Álvarez y el abogado Ángel Junquera. Jesús Orta y Frida Álvarez o Adolfo Karam, ceden ante las promesas de inmunidad.