El crimen no cede
Freddy Sánchez martes 3, Nov 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Por el mismo camino o una nueva ruta. ¿Cuál será la dirección que tome la Secretaría de Seguridad Federal?.
Eso podría ser lo de menos, considerando que lo imperioso amerita que se haga sentir que el cambio de estafeta significará incrementar la efectividad de las acciones contra la delincuencia organizada.
Porque, sin intención de menospreciar lo realizado por quien abandonó su puesto para competir por la gubernatura de su estado natal, justo es señalar que es menester ir más allá de la estructuración de un nuevo cuerpo policiaco con distintas armas estratégicas y nuevos operativos institucionales.
De modo que la nueva dirección de la campaña contra las bandas criminales, tendrá que hacer uso de lo que ya se tiene en marcha para demostrar que en efecto las autoridades policiacas en la presente administración, no han perdido el tiempo sino que por el contrario, una vez cumplida la etapa de “armarse mejor” se logrará en el corto y mediano plazos avances notables para conseguir el principal objetivo del actual gobierno.
O sea, bajar notoriamente los índices delictivos, conforme se pueda acorralar con medidas más eficaces a los que de tiempo atrás se esmeran en adelantarse en adaptación de técnicas, equipamiento y organización para la comisión de sus delitos.
Y es que ninguna duda existe acerca de que en sexenios recientes, las fuerzas del orden fueron superadas por los delincuentes, entre otras razones, a causa de una mayor sofisticación en sus operativos criminales, además de la implementación de acciones para el ocultamiento de las grandes riquezas de las mafias.
Una capacidad del crimen que en lo que lleva la presente administración, se ha tenido que enfrentar a las tareas de inteligencia financiera gubernamental, y por esa razón, el poder económico de los mafiosos en una medida importante se ha visto afectado.
Es de creer, naturalmente, que los recursos financieros a disposición de criminales en México, continúan siendo infinitamente más cuantiosos de los dineros detectados y en proceso de su decomiso, pero lo que se ha hecho contra la impunidad del atesoramiento económico de los capos de la delincuencia y sus familiares, es hoy por hoy un adelanto del que pueden presumir las autoridades.
Ahora que, por otro lado, sería imposible dejar de mencionar que algunos grupos delictivos, altamente poderosos y con ramificaciones en distintas zonas del país, se mantienen operando a todo vapor como si los daños a sus finanzas fueran más que risibles.
Un caso es el de “El Chapo” Guzmán, quien pudiendo o no seguir dirigiendo desde una cárcel en los estados Unidos, la organización creada por él durante muchos años de actividades delictivas impunes, en la actualidad no parece estar en plan de retirada, sino más bien al revés.
El fallido operativo para detener a Ovidio, fue un episodio lamentable para la justicia mexicana al quedar de manifiesto que los criminales metidos a la organización de “El Chapo”, no sólo son un “ejército” sino que cuentan con grandes arsenales, aparte de cómplices a distintos niveles, recursos financieros de sobra e inclusive apoyos sociales evidentemente leales.
En varias ocasiones se ha mencionado que las mafias compran protección de autoridades y que en ese aspecto han conseguido respaldo al más alto nivel como sucedió supuestamente con el general Cienfuegos, ex Secretario de la Defensa Nacional, bajo proceso en los Estados Unidos.
Así que para no dar lugar a especulaciones, de que esa clase de tratos con mafiosos continúa en operación, en especial con la organización de “El Chapo” Guzmán, es indispensable que la Secretaría de Seguridad Federal “tome al toro por lo cuernos” y aparte de golpear implacablemente a cada grupo delictivo actualmente en activo, ponga en marcha un plan de reivindicación de la imagen institucional que cambie la impresión social de que las mafias siguen intactas y el crimen no cede.