Más de 90 mil decesos por Covid-19
¬ Augusto Corro viernes 30, Oct 2020Punto por punto
Augusto Corro
En el presente es importante aplicarnos en las medidas sanitarias contra el coronavirus que no da señales de reducir los daños en la salud de millones de personas. Como señalamos en este espacio, mientras no llegue la vacuna salvadora, la cifra de decesos y de contagios continuará, con un relativo control. En México, el resumen del 28 de octubre mostró un panorama más que catastrófico: 90 mil fallecimientos causados por la pandemia de Covid-19; así como 902 mil contagiados.
Las autoridades manejaron, hace varias meses, cifras más conservadoras de fallecidos por el virus, que ya fueron rebasadas varias veces. Ahora estamos preocupados por lo que viene: es decir, que tenemos que hacer para contrarrestar los efectos dañinos del coronavirus que rebasó los escenarios catastróficos contemplados al inicio de la pandemia. Se trata pues de un interés general por conocer qué medidas extraordinarias se aplicarán para superar la pesadilla que vivimos.
Porque si bien es cierto que no son muchas las armas con las que contamos para enfrentar al virus, aunque las pocas con las que contamos se aplicaran al pie de la letra, no serían suficientes para detener el contagio, porque no debemos olvidar, que son millones de mexicanos que son propicios al desarrollo de esa enfermedad, porque padecen males crónicos, como la diabetes, la obesidad y cardiacos. Involuntariamente se pusieron en condiciones de campo fértil para el desarrollo del coronavirus.
Si a los problemas de salud se le suman los conflictos derivados de una economía en crisis, la situación se volverá más complicada, casi sin solución. Por ejemplo, los gobiernos, no sólo de México, sino de todo el mundo luchan denodadamente por la recuperación económica. Para lograrlo no lo pensaron dos veces para regresar a la nueva normalidad, que no en todos los países resultó positivo como pensaron los políticos. ¿Qué ocurrió? Que surgieron los rebrotes con las mismas condiciones del principio de la pandemia.
Sólo que ahora las medidas sanitarias son más drásticas, en algunos casos coercitivas. Así sucede en países europeos como Alemania, Inglaterra, Francia, Italia, Bélgica y España, por citar algunos. El rebrote resultó incontenible y nuevamente se regresará al confinamiento y al cierre de empresas y negocios. En el afán de evitar mayores daños a la economía se relajaron las medidas sanitarias y la gente se olvidó del confinamiento y salió a las calles y a llenar las unidades del transporte público.
Como si no estuviéramos bajo la amenaza de la pandemia, en la Ciudad de México sus habitantes atiborraron los lugares públicos. No les importó el contagio, menos las cifras de decesos y enfermos. ¿Qué piensan hacer las autoridades para exhortar a la sociedad a cuidarse del contagio? ¿De romper la cadena del coronavirus? ¿De aceptar la idea de que enfrentamos un virus por ahora invencible?
Por supuesto, no se trata de una tarea fácil de realizar, porque como señalamos son varios los asuntos que se juntan para hacer un problema mayúsculo con el eje en la salud y la economía, que no ofrecen soluciones inmediatas. Con el regreso a la nueva normalidad se pensó que el problema de la pandemia estaba superado y se abrieron sitios de reunión que propiciaron el aumento de decesos y de contagios. Un número indeterminado de negocios empezó a funcionar y la pandemia se fortaleció.
A las autoridades les conviene el regreso a las actividades porque no quieren que la economía sufra más daños, pero no quieren entender que es más importante proteger la vida de las personas. Qué debe interesar más: ¿la economía o la salud? Estamos en días de reuniones por diferentes motivos. ¿Qué harán las autoridades para evitar la cadena de contagios y su secuela de decesos? ¿Qué viene? Por lo pronto, vamos a cuidarnos, a no bajar la guardia? ¿Usted qué opina amable lector?