Priismo morenista
Freddy Sánchez martes 27, Oct 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Priistas y panistas: con la vara que midieron los han medido y un poquito más.
¿Justicia divina o injusticia política?.
El caso es que ciertamente, los señores de Morena se han dado vuelo anulando acciones legislativas contrarias a sus ideas, echando mano sin moderación alguna de la mayoría que tienen en la Cámara de Diputados.
Y, obviamente, las víctimas de éste “aplastamiento” inexorable y despiadado, lo mismo han sido los diputados del PRI que los del PAN, el PRD y aquellos de otras fracciones partidistas opuestas a la “aplanadora morenista”.
Como en aquellos tiempos del más obtuso priismo intransigente, los legisladores del partido de Andrés Manuel no han querido ceder en lo más mínimo ante los exhortos de sus contrapartes para modificar o rechazar reformas legales llegadas de la Presidencia o promovidas entre sus pares parlamentarios.
EL caso más evidente de esta imposición legislativa “a rajatabla” lo constituyó la aprobación de la desaparición de los fideicomisos, lo cual se logró con un poco de retraso y ciertos obstáculos a superar, pero “echando a caminar” con todo su ímpetu el poder de la mayoría de los diputados (con Morena y sus hoy aliados del Verde), pese a presiones y críticas dentro y fuerza de San Lázaro.
De tal suerte que salvo en aquellos asuntos que implicaban una reforma constitucional, obligadamente avalada por opositores de Morena, en todo aquello que bastaba una mayoría simple, los integrantes de este partido han hecho notar que no dejarán “títere con cabeza” entre los opositores que se empeñen en dificultar sus decisiones legislativas. Para algo sirve tener la mayoría en la representación popular en los recintos parlamentarios, en los que actualmente, los legisladores que antaño pudieron ser objeto de menosprecio o de desprecio en sus alegatos para ser atendidos en sus solicitudes legislativas, hoy por hoy son los que mandan con rigurosa contundencia y haciendo las veces de un capataz que blande el látigo para darse a valer como autoridad absoluta.
Así que todavía están por verse diversas reformas legales que contra viento y marea, los morenistas, si se lo proponen, no se detendrán para conseguir la aprobación de dichos cambios legales por más oposición que se les ponga enfrente.
Los tres grandes partidos que apenas el sexenio pasado, unidos consiguieron realizar modificaciones legislativas ni siquiera imaginables, hoy por estar en un nivel inferior de poder legislativo, en donde fueron dejados en las pasadas elecciones, no tienen otro remedio que “apechugar” el embate tonante que les quieran imponer los amos y señores del Congreso. Morena pues, como lo hiciera el priismo del pasado dará lo que quiera, si es que quiere y cuando quiera a sus virtualmente mendigantes opositores legislativos.
Esa fue la resultante de que se volviera a lo viejos tiempos del “carro completo” para el gobierno y sus representantes camarales.
Para bien o para mal, consecuentemente, los señores morenistas son y serán los encargados de “partir el queso” en cuestiones legislativas, en tanto los electores no digan lo contrario en las próximas elecciones intermedias.
Así que bien podría decirse a los contrarios de la poderosa estructura política actualmente enseñoreada del poder en México, que de plano se acostumbren a ser ninguneados si no son capaces de alentar a la sociedad a dar un primer paso para devolverles el mando presidencial comenzando por propiciar una más equilibrada división de fuerzas con capacidad legislativa en el Congreso.
Y es que gústeles o no a quienes se sienten atosigados por Morena, los integrantes de este partido decidieron aplicar la receta de que aquí “sólo mis chicharrones truenan”, convirtiéndose quizás en un priismo morenista.