El coronavirus barre parejo
¬ Augusto Corro viernes 23, Oct 2020Punto por punto
Augusto Corro
El coronavirus (Covid-19) ataca sin distinción alguna a la clase política nacional. Durante estos meses de pandemia, 105 alcaldes y nueve gobernadores dieron positivo a la prueba del nuevo virus. Entre los contagiados se encuentran funcionarios del gobierno federal, legisladores y líderes de partidos políticos.
De esa relación 24 alcaldes perecieron. Entre los gobernadores alcanzados por el virus se encuentran Silvano Aureoles, de Michoacán; José Rosas Aispuro, de Durango; Carlos Joaquín González, de Quintana Roo; Jaime Bonilla, de Baja California; Francisco Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; Héctor Astudillo Flores, de Guerrero; Francisco Domínguez Servían, de Querétaro; y Adán Augusto López, de Tabasco.
Fue el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, el primero en ser diagnosticado portador del Covid-19. Los presidentes municipales fallecidos por el virus gobernaban en varios sitios del territorio nacional. De acuerdo con datos de septiembre, 41 diputados y 84 fueron infectados de Covid-19. Recuperaron su salud poco a poco. Sin embargo, entre los diputados se registró el deceso de Miguel Acundo González, del PES.
El miércoles, anteayer, tres de los principales militantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) dieron positivo a Covid-19. En el mismo día, ellos son aspirantes a la dirigencia nacional de su partido: Mario Delgado Castillo, Yeidckol Polevnsky y Gibrán Ramírez. Informaron que se aislaron inmediatamente para no contagiar, aunque su vida pública los obligó a convivir con un sinnúmero de personas.
De los candidatos a dirigir Morena, el diputado Porfirio Muñoz Ledo, casi nonagenario, se encuentra a salvo del contagio. El virus llegó a Morena en los momentos en que se efectúa la encuesta para designar a la persona que dirigirá al partido que estuvo a cargo de líderes interinos en los dos últimos años. Sumido en el divisionismo, el partido guinda fue derrotado en las recientes contiendas electorales efectuadas en Hidalgo y Coahuila.
No hay forma de convencerlos
En la Ciudad de México, como en las grandes metrópolis, su población es difícil de controlar, de hacerla entender de la necesidad de aplicar las medidas sanitarias para frenar el avance el coronavirus.
Planteamos lo anterior porque en el centro de la gran ciudad y en un sinnúmero de colonias, las personas se niegan a usar el cubrebocas y a mantener la sana distancia, dos medidas, que más el confinamiento, son las principales armas para enfrentar a la Covid-19.
En este espacio exhortamos continuamente a tomar en serio el coronavirus que continúa invencible, pues la vacuna que lo derrotará no parece próxima, a pesar de los mensajes alentadores de los laboratorios.
Las amenazas del rebrote de la pandemia se alejan y regresan. El reto para las autoridades es enorme. ¿Cómo evitar que aumente el contagio en la población tan diversa en sus condiciones económicas que obliga, a una gran mayoría de habitantes, a dejar el confinamiento para salir a conseguir los recursos que le permitan su supervivencia?
De acuerdo con las autoridades sanitarias los jóvenes son quienes más se resisten a protegerse. No sólo en México, también en otros países, incluidos los europeos, los sectores juveniles resultaron más afectados en fechas recientes.
En fin, vivimos con la esperanza de que se descubra el antídoto del virus ante la amenaza constante de los rebrotes del contagio. No nos queda más que asumir actitudes solidarias que nos permitan contrarrestar la invasión del virus. ¿Cómo? Pues con el uso del cubrebocas, practicar la sana distancia y quedarse en casa.
Los feminicidios
El delito de feminicidio reportó un incremeno de 1.8 por ciento de agosto a septiembre de 2020, concentrado en 14 estados del país, mientras que el índice del homicidio doloso aumentó 1 por ciento de enero a septiembre de este año, informó el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño.
Durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto la espiral de violencia creció incontenible. Las cifras de feminicidios, homicidios dolosos, secuestros, asaltos, crecieron constantemente. Esa herencia criminal tampoco se pudo erradicar en el presente gobierno. El aún secretario Durazo Montaño no pudo.
Ante la impotencia de resolver ese problema que nos aterroriza, el citado Durazo Montaño, se irá a Sonora a buscar la gubernatura. ¿Se trata de una acción loable o de una salida oprobiosa?
Desde la campaña política, el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador prometió, en caso de llegar a la presidencia de la República, acabar con la delincuencia organizada. Ya van dos años que arribó al poder y no ha podido cumplir su promesa.
Si Durazo Montaño acompañó a López Obrador tenía o tiene la obligación moral de seguir con su líder hasta el final de la aventura. No es así. No vio un futuro positivo para sus intereses personales y se va a probar suerte a su tierra. Vaya manera elegante de eludir el compromiso de acabar con la criminalidad. ¿Usted qué opina amable lector?