Gato misógino
Armando Ríos Ruiz viernes 16, Oct 2020Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Ingeniosa la persona —no sé quién fue— que distinguió a Hugo López-Gatell con el apodo de gato, él que le viene como anillo al dedo, para emular al Presidente, cuando dijo que así le venía la pandemia. Además de exhibir sin rubor su misoginia, ha exhibido siempre sin rubor igualmente; sin vergüenza, sin inmutarse, su adoración irrestricta al señor de Palacio Nacional.
Durante su comparecencia en la cámara alta, presentaron una lona que decía “¿Cuántos muertos van? Los que usted diga, señor presidente”, en referencia a un pasaje que se cuenta de Porfirio Díaz, cuando pidió la hora y un funcionario le contestó “las que usted diga, señor Presidente…”
La oposición lo hizo prácticamente añicos. La senadora Lilly Téllez lo llamó “Pequeño virrey de las camas vacías y de los muertos en casa”, además de espetarle otras verdades, mientras el encargado de informar, no sobre los avances, sino sobre los estragos que ha provocado el virus, reía atrás del cubrebocas y gesticulaba de manera burlona.
Pero en su turno, el engreído reyezuelo, evidentemente falto de imaginación, de inteligencia y de originalidad, acudió a la descalificación total y a la emulación de su patrón. Llamó a los senadores que lo cuestionaron “minoría rapaz, prospectos de un análisis casi de perturbación mental”
La comparecencia tuvo que ser suspendida, por el desorden impuesto por la presencia de un servidor público a todas luces ineficiente, que no ha podido cumplir al pueblo con el mínimo de verdad. Que está ahí para cumplirle sólo a su máximo jefe con lo que éste ordena que informe. Esto es lo que le ha redituado y lo que espera que le reditúe aún más. Aspira a ser secretario de Salud.
Entre las verdades que le dijo Lilly Téllez, está la que se refiere a que en los países en donde más mueren a causa der la pandemia, la tasa es de tres por ciento, mientras que en México es de 10. Lo que quiere decir que el número de decesos aquí, actualmente superior a 84 mil, es mucho mayor. Cuestión de que cada quién haga sus propios cálculos.
¿Quién ignora su falta de capacidad para monitorear e informar de los efectos reales de la pandemia? La Universidad Nacional Autónoma de México ha empleado el mismo modelo Centinela con excelentes resultados que han llevado a una verdadera revelación, con números mucho más altos que los que presenta el gato del Presidente, mentiroso y misógino.
A estas alturas, es casi seguro que hasta los chairos han caído en la cuenta de que el subsecretario de Salud miente cada vez que da cifras y que hace referencia a los nosocomios vacíos, razón por la que hay cupo. Razón también, de los calificativos empleados por la senadora. Sólo que no son capaces de expresarlo, porque están con el jefe hasta la última caverna de su inconciencia.
Sin embargo, el funcionario ha crecido desmesuradamente en ego. Cree que el suelo que pisa no lo merece. Seguramente ya sueña con convertirse en secretario y en brincar de ahí a la misma Presidencia. Aunque no es posible comprobarlo, apostaría como dicen en mi tierra, “tronchado”, a que este sueño invade sus presunciones.
Trató de describir la actitud de sus opositores, como la concepción de una sociedad que funciona de una forma, cuando en realidad funciona de otra, según expuso a mediados del siglo pasado León Festinger, en un libro denominado “La disonancia cognitiva o cognoscitiva”, según citó.
No se midió el genio en su interpretación de la conducta de quienes se ponen en su contra. Lo malo es que personas así, no son capaces de autoexaminarse y encontrar sus propios defectos. Por regla general, creen que todos los seres humanos son inferiores y que ellos tuvieron el privilegio de haber sido escogidos por Dios, para representarlo en la tierra con sus mismas dotes, en la acepción que corresponde a los bienaventurados.