La oposición arruinó ardid de Morena para apoderarse del fondo de salud
Miguel Ángel Rivera jueves 8, Oct 2020Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Un intento de albazo cerca de la medianoche por parte de la bancada de Morena provocó una rebelión de los partidos de oposición en la Cámara de Diputados que llegó inclusive a algunos golpes y empujones en tribuna y en consecuencia, impidió que se aprobaran en lo particular las reformas para desaparecer 109 fideicomisos y así cumplir las exigencias del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Esto dio como resultado un fenómeno especial del sistema político nacional y, en particular, de los medios de comunicación tradicionales. La mayor parte de los diarios dieron por aprobadas las reformas —como ocurrió efectivamente– y sólo unos cuantos aclararon que la iniciativa fue aprobada sólo en lo general, pero que faltaba la votación en lo particular.
Pero no sólo eso, también surgieron comentarios a favor y en contra de las reformas. Muchos comentaristas, conocedores de los usos en el Congreso mexicano y conscientes de la amplia mayoría de Morena y asociados, inclusive nos atrevimos a hacer comentarios acerca de las reformas “aceptadas” a pesar de que, como señalamos, todavía no estaban plenamente aceptadas.
Pero no sólo los analistas de la prensa nos lanzamos a ese terreno. Lo hizo inclusive el Presidente de la República, quien en su conferencia mañanera de ayer elogió la decisión de los diputados.
López Obrador aseguró no encontrar injusticia en la extinción de 109 fideicomisos y reiteró que quienes se están quejando tan apasionadamente, “son representantes de intereses creados”, porque estos apoyos, insistió, se manejaban sin transparencia y de manera fraudulenta.
Aunque uno de los temas más álgidos fue la desaparición del Fonden, el fondo para atender a víctimas de desastres, el jefe del Ejecutivo explicó que hay elementos suficientes para desaparecerlo, porque con pretexto de los desastres se hacían “jugosos negocios”. Fonden era usado como barril sin fondo, insistió el jefe del Ejecutivo.
López Obrador reiteró que la extinción de Fonden no significa dejar de apoyar a los damnificados, sino que habrá transparencia en el manejo de los recursos destinados a estos temas e insistió en que administraciones pasadas usaban el tema de los desastres naturales para hacer negocio.
Además, el Presidente defendió la intervención de la Secretaría de Marina para atajar el problema del sargazo en el Caribe mexicano; aseguró que la dependencia tiene la capacidad para enfrentar el problema sin recurrir a empresas privadas.
El dardo envenenado que lanzó Morena en la Cámara de Diputados
Argumentos similares manejaron los diputados de Morena, que esta vez sólo tuvieron como aliados al PES y al PVEM, porque el PT se inconformó con la desaparición de los fideicomisos, pero sobre todo impusieron su número para aprobar en lo general la iniciativa con las propuestas para extinguir los fideicomisos y entregarle sus recursos al Ejecutivo para que los destine a lo que considere necesario.
Aunque la oposición impuso a “morenos y asociados” el “castigo” de escuchar y desechar una a una 400 objeciones contra la iniciativa aprobada en comisiones, realmente la sesión avanzaba prácticamente sin contratiempos. Los diputados de oposición llenaban de adjetivos descalificadores al gobierno federal y a la mayoría en su Cámara, pero en realidad no había ningún efecto, pues la mayoría se limitaba a rechazar la posibilidad de poner a discusión alguna de las objeciones de la oposición y mucho menos a realizar algún cambio en el documento que ya tenía el beneplácito del gobierno federal.
De repente, luego de varias horas del mismo monótono procedimiento, la rutina se rompió porque el diputado de Morena Arturo Pérez Negrón Ruiz subió a tribuna 11 reservas a nombre de su grupo parlamentario.
Esa sí era novedad, el partido del gobierno estaba dispuesto a rectificar y como parte de las negociaciones fuera de tribuna o por consultas internas, llevaba ante el pleno la propuesta de hacer 11 cambios.
Parecía una iniciativa sin precedentes que seguramente no generaría mayores resistencias y que probablemente serían aceptadas por unanimidad, pues de acuerdo a los usos y costumbres del Congreso, seguramente ya habían sido sometidas a consulta de los coordinadores de todas las fracciones parlamentarias y tenían su acuerdo en principio.
El primer indicio de que no todo tenía luz verde lo dio el ex presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, quien pidió a la presidenta de la Cámara, su compañera de partido, Dulce María Riancho, que no aceptara la petición del “moreno” Pérez Negrón de que sus reservas se discutieran y votaran en un solo acto. Sin entrar en detalles, el legislador priista demandó que cada reserva se revisara por separado y que igualmente se votara.
Esta petición desató una polémica acerca de procedimientos para el dictamen y la eventual aprobación o rechazo de iniciativas, en la que entre otros el experimentado “moreno” Pablo Gómez Álvarez defendió enconadamente la posibilidad de tramitar sin limitaciones la propuesta presentada por su compañero de partido.
Entonces, el coordinador de la bancada del PAN, Juan Carlos Romero Hicks, asistido por varios de sus compañeros, fue el encargado de poner en evidencia por completo las razones de la inconformidad de la oposición: uno de los cambios propuestos abría las posibilidades de que también se facilitara al gobierno federal apoderarse también los recursos del Fondo de Salud del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), el organismo creado por el gobierno de la llamada Cuarta Transformación para sustituir el Seguro Popular creado para los mismos fines por los ahora repudiados gobiernos “conservadores” y “neoliberales”.
Se trataba de un intento de engaño para encubrir que los diputados encabezados por el también aspirante a presidir Morena, Mario Carrillo Delgado, de presentar en tazón de plata al presidente López Obrador el más preciado de todos los fideicomisos, con recursos estimados en más de cien mil millones de pesos, esto es, más que todo el resto de los 109 fideicomisos que eran el tema central de esta inacabable sesión, que había tenido ya varios recesos y contratiempos.
El bloque opositor, integrado por PAN, PRI, PRD y MC, dijo que discutir la aparente propuesta de cambios presentada por Morena implicaba violar los principios básicos del proceso legislativo: pues sería legislar sobre una ley que no estaba considerada en el orden del día, ni tampoco había sido dictaminada en comisiones.
Pero además de la evidente violación a las normas, se trataba de un ardid para aumentar subrepticiamente al botín para el Ejecutivo el más sustancioso de los fideicomisos, al cual ni los mismos legisladores que pregonan que “es un honor estar con Obrador” se habían atrevido tocar a pesar de las demandas del Ejecutivo.
Delgado aceptó echar abajo la iniciativa para tomar el Fondo de Salud
Como la presidenta de a Cámara dejó continuar el debate, legisladores de PAN, PRI, MC y PRD, tomaron la tribuna cuando la “morena” Ángeles Huerta pretendía explicar el alcance de la reserva. Los “morenos” reaccionaron en defensa de su compañera, que se quejaba de haber sido agredida por la presidenta de la Comisión de Hacienda, Patricia Terrazas, del PAN.
Ante tal desorden, Sauri declaró un receso, con la intención de permitir que los coordinadores pusieran orden en sus bancadas. Pero como se acercaba la medianoche, se decidió dejar que los ánimos se enfriaran y convocar mejor a reanudar la sesión a partir de las 9:30 horas del miércoles, lo cual tampoco fue posible, pues las labores empezaron después del mediodía.
Desde el conflicto de la noche del martes, los coordinadores de oposición le pidieron a su igual de Morena, Mario Delgado, retirar el transitorio con el cual se pretendía allegarle al presidente López Obrador los recursos del sustancioso fideicomiso de salud.
El coordinador de Morena, evidentemente ansioso por rendir “buenas cuentas” a su jefe el primer mandatario se negó, con lo cual contribuyó a que se mantuviera la rebeldía de la oposición.
No obstante, en el curso de la noche, Delgado recibió instrucciones de desistir y así se pudo organizar la reanudación de actividades.
Pero ese cambio no facilitó la tarea de Morena. Todavía pasadas las 19 horas de ayer miércoles todavía no se desechaban todas las reservas interpuestas por el bloque opositor.