60 mil, catastrófico, ¿80 mil qué?
Eleazar Flores miércoles 7, Oct 2020Espacio Electoral
Eleazar Flores
LÓPEZ-GATELL, SOBERBIO-. Tener el respaldo incondicional del padre de la Cuarta Transformación es lo que le hace al “rock star” de la salud, Hugo López-Gatell anunciar cifras catastróficas casi con una sonrisa, como la de subir de 79,088 a 81,877 las defunciones por Covid-19 en nuestro país.
Llegar a 70 mil fallecimientos sería catastrófico, declaraba el tal López-Gattel en el lejano mes de marzo pasado y por lo visto quedó corto en cuanto a sus predicciones, como en otras responsabilidades.
ENREDIJO-. Para justificar el incremento de más de mil muertos solamente de domingo para lunes el subsecretario de Salud, el tal Hugo, tuvo que recurrir a explicaciones que nadie entendió sólo él, pues dijo que el “brinco” en la cifra de víctimas fue por agregar a aquellas personas cercanas que hayan fallecido y hayan tenido contacto con algún infectado directo de coronavirus.
En honor a la verdad al intelectual funcionario de la Cuarta Transformación no le faltaría razón, lo malo es que lo dice cuando la contabilidad de contagios, atendidos y supervisados ha ido muy avanzada sin incluir a personas, —parientes o no—, cercanas a contagiados, que con los días o semanas, por desgracia, perdieron la vida. Lo peor es que antes se negaba esa versión.
INSUFICIENCIAS-. Sería presuntuoso decir que sólo en este espacio, lo cierto es que en los contenidos de la prensa escrita, así como en los noticieros de medios electrónicos, radio, televisión e incluso en las benditas redes sociales, ha venido siendo pan de cada día la denuncia del personal médico del sector salud de IMSS, ISSSTE, y Ssa, acerca de la carencia de instrumentos de trabajo.
Esa carencia va desde guantes, caretas y batas, apropiadas para su alta responsabilidad, pues en condiciones “normales” se les daba un juego para su jornada laboral, pero dado el alto ritmo de trabajo del periodo de pandemia, médicos, enfermeras y demás personal de apoyo necesitaban con urgencia de dos y hasta tres juegos que nunca los tuvieron. Ellos terminaron comprándolos.
A esto último, se debió que muchos elementos del “primer frente de batalla” como proclamaban los discursos políticos, hayan fallecido, lo que nunca debió suceder. Lo peor es que a la baja de ese personal valioso empezó la desatención a enfermos en casi todo el territorio nacional, con casos fatídicos en el norte, el sureste, el occidente y desde luego, la CDMX y el Edomex.
Ante este tétrico panorama nunca hubo aceptación de errores del sector salud, al contrario, felicitaciones.
Iincluso hubo médicos que pidieron “equipo en lugar de reconocimientos” pero nada de eso tuvo eco pero eso sí, “vamos bien”.