La Corte y los linchamientos
Alberto Vieyra G. martes 6, Oct 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La dictadura de AMLO ya comenzó y nadie sabe cuándo terminará. Con el sí de la Corte a la consulta popular para enjuiciar a ex presidentes quedó bien claro ante los ojos de todos los mexicanos que el Poder Judicial está de rodillas o en el puño de AMLO, es decir que la Corte, junto con el Poder Legislativo, son dos poderes asociados con el ponzoñoso presidencialismo y sus demenciales proyectos. Pero además, la Corte abrió la puerta para que, a través de la consulta popular, “el pueblo bueno y sabio” exija en 2023 que se lleve a cabo una consulta para considerar si AMLO debe seguir al frente de la dictadura.
El pensador y ex presidente norteamericano James Madison sostenía que: “La acumulación de todos los poderes; el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial en las mismas manos, sean de uno, de pocos o de muchos, y sea por herencia, autonombramiento o elección, puede enunciarse con justicia como la definición misma de la tiranía”.
El 30 de septiembre de 2020 será un día negro en la historia mexicana, pues la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hizo trizas la Constitución de la república. La consulta popular, consagrada en el artículo 35 de la Carta Magna es un galimatías, es decir, que la reforma constitucional fue hecha para que no hubiese consulta popular, sin embargo, a ese galimatías la Corte respondió con otro galimatías y con él sentará jurisprudencia para que incluso, los ministros que legitimaron lo ilegitimo puedan ser juzgados mediante una consulta popular y no hay que descartar que, con dicha jurisprudencia, cualquier lorenzo dedicado a lucrar con la política, incluyendo las lacras sociales llamadas partidos políticos puedan recurrir a la consulta popular para que después de 2024 se pueda alargar el gobierno de AMLO otros 6 años, 12 o más años la dictadura de AMLO. Una cortesana ¡De ese tamaño es la aberración cometida por la Corte! que como parte de su lacayismo hasta modificó la pregunta de AMLO para enjuiciar a los 5 expresidentes a partir de 1988.
Así quedo la pregunta corregida y aumentada por los ministros de la Corte para legitimar los linchamientos públicos de expresidentes y de cualquier gobernante en México: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”.
¿Usted les entiende a los paniaguados ministros lo que quieren decir en ese galimatías? Pero, además los agachones señores ministros cambiaron constitucionalidad por popularidad, como calificaría el Colegio de Abogados de México a la insólita y demencial resolución de la Corte que incluyó un ingrediente adicional justificando que es buena la democracia participativa en las consultas populares, algo que es aberrante pues la Constitución General de México consagra que la democracia en México es representativa.
La democracia participativa es propia de culturas muy elevadas como la de los sabios mayas y tiene como pilar fundamental el de “saber escuchar al pueblo” y gobernante que no lo haga, se va a su casa o a su rancho y para dar la línea sobre el lacayismo de la Corte hacia AMLO, sería el ministro presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien votó primero, algo también inusual y luego sería placeado entre las llamadas vacas sagradas de la comunicación para justificar lo injustificable de la consulta popular, con la cual AMLO tiene un juguetito para divertirse, jugando dizque al combate a la corrupción y simular políticamente que solamente gobierno para “el pueblo bueno y sabio”.
Ante la sumisión de la Corte al ponzoñoso presidencialismo, no pocos compatriotas se preguntan: ¿Y ahora quién podrá defendernos, si ya no está el Chapulín Colorado?