México, líder en obesidad; se agravó durante la contingencia sanitaria de COVID-19
Espectáculos lunes 5, Oct 2020
#NoMásKilos
- Debe ser tratada como una enfermedad: Dr. Raymundo Rosas
Arturo Arellano
La obesidad es un problema que México viene arrastrando desde hace más de 10 años, pues la mayoría de su población se volvió a una vida sedentaria y a una pésima alimentación, lo cual nos convirtió en líder a nivel mundial con los mayores índices de este padecimiento, que según el doctor Raymundo Rosas, debe ser tratado como lo que es: una enfermedad.
Raymundo Rosas Munguía es médico cirujano egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM, con una trayectoria de 37 años de ejercer la profesión, de los cuales
34 los ha dedicado a tratar la obesidad y sus derivadas enfermedades metabólicas como diabetes, colesterol y otras.
En entrevista con DIARIO IMAGEN, manifestó “ya no es noticia, se agravó la obesidad en México, el 83 por ciento de los mexicanos que padecen esta enfermedad es por sedentarismo y aunque la alimentación también es un factor importante, el sedentarismo es lo que nos ha puesto en jaque”.
Explicó que “desde hace ya 10 años aproximadamente somos el país número uno en obesidad infantil y el segundo en adultos, solo atrás de los Estados Unidos. El grupo poblacional más afectado es de gente muy joven, el que es económicamente productivo entre 25 y 45 años de edad. Esto a consecuencia del alto consumo de bebidas dulces envasadas. La ingesta de calorías por refrescos, jugos, néctares y bebidas de estas características”.
NO MÁS KILOS
Como parte de la iniciativa “No más kilos” en redes sociales, misma que este experto en salud defiende, nos comparte las siguientes recomendaciones:
– No consumir bebidas azucaradas o hacerlo en la menor cantidad posible. Estas bebidas son refrescos, jugos, néctares embotellados.
– Reducir tamaño de porciones, y no necesariamente se trata de ingerir una alimentación diferente. “Hay que repartir la comida a lo largo del día. Lo que ingieres en tres partes divídelo en 5 veces. Eso ayuda fundamentalmente a no tener hambre entre una comida y otra y reactiva el rendimiento del metabolismo basal, dirigido por la tiroides a nivel del cuello.
– Consumir lo más posible frutas cítricas como naranja, mandarinas, limón, toronja y guayabas. En el caso de las primeras comerlas en gajo y no en jugo “las frutas no se beben, se comen”. Asimismo, consumir frutos rojos como fresas, moras, zarzamora, manzanas e higos., pues lo que le da el color a estos frutos son antioxidantes, que reducen la inflamación metabólica.
– Colación entre comidas. Consumir nueces, almendras y cacahuates, pero todos en su estado natural, no fritos ni salados. También hay que consumir frutos secos, porque son fuente de vitaminas. Semillas aceitosas, que son fuente de vitamina D, misma que ayuda a reducir la inflamación. De lo anterior se obtienen vitaminas con participación significativa en el funcionamiento del cuerpo ,junto con ácidos grasos que ayudan a mejorar la condición metabólica y elevar el colesterol bueno.
– Mantener una buena hidratación. Muchos piensan que es a base de agua y pura, pero no, es lo contrario, debemos consumir el agua filtrada, porque la embotellada no tiene sales. Te venden la idea de que es libre de sodio. Pero la gente necesita sodio. Así que debemos consumir agua filtrada o en su defecto agua embotellada con una tercera parte de agua mineral.
– Tener actividad física. Caminar a paso rápido 30 minutos 5 veces a la semana. Podemos poner pretextos para no hacer actividad física mínima por el confinamiento, pero se puede hacer en la azotea aunque sea. Asimismo, no hay que tener miedo a salir usando cubrebocas.
– Dormir adecuadamente. 8 horas diarias y con sueño de calidad. Esto previene la enfermedad. Recordemos que por no dormir bien, el cuerpo puede hacer acumular hasta 1.4kg por mes.
Concluyó diciendo que la obesidad “es una enfermedad y hay que tratarla de manera adecuada. Es probable que al entender la obesidad como una enfermedad crónica, entendamos también que necesita un tratamiento de enfermedad crónica, es decir que además de regular la alimentación se pueden utilizar fármacos. Tenemos que terminar con los mitos de que son anfetaminas y que habrá rebote, no es cierto”.