Crece violencia contra mujeres
¬ Augusto Corro lunes 28, Sep 2020Punto por punto
Augusto Corro
¿Cuándo terminarán las agresiones contra las mujeres? Crece el número de feminicidios. Violencia, corrupción e impunidad, los propician. Lo grave de la situación es que no se contempla ninguna posibilidad de erradicarlas. A pesar de las protestas masivas de los grupos feministas que exigen protección y justicia para las víctimas de las agresiones, sus voces no son escuchadas. En esas condiciones el problema social continuará sin solución, porque no sólo se trata de la aplicación de leyes para castigar a los culpables, sino que también deben aplicarse programas para la reeducación de los hombres, que quien sabe desde cuándo, practican el odio hacia las mujeres.
El gobierno en sus tres niveles: municipal, estatal y federal deben buscar medidas para poner fin a los crímenes contra mujeres. Es penosa la actitud de esos funcionarios que una vez que conocen de un secuestro que por lo regular termina en feminicidio, lo único que prometen es solucionar el caso y aplicar todo el peso de la ley al asesino. Así podrán escuchar miles de voces de protesta, nada ocurre. Pasan unos cuantos días y un nuevo asesinato vuelve a impactar a la sociedad. El fin de semana, los michoacanos conocieron el caso de la maestra Jessica González Villaseñor, de 21 años de edad.
La joven desapareció el pasado lunes 21 de septiembre y fue localizada sin vida el viernes en la tarde en un bosque al sur de Morelia, Michoacán. Según las autoridades, Jessica murió debido a un golpe que recibió en la cabeza. Su historia es parecida a la de miles de mujeres víctimas de su pareja. En el caso que nos ocupa, aparece Diego Melgoza, de 18 años, un conductor de carro de alquiler, como presunto responsable del feminicidio. E involucran también a su familia y a la novia Hanna Suárez, por proteger al citado sujeto. Los investigadores señalaron que Jessica tenía una relación “sentimental” con su victimario.
A principios de mes, se registró doble feminicidio: madre e hija fueron secuestradas en Cuautla, Morelos. Sus cuerpos sin vida localizados en el municipio de Tetela del Volcán. Tenían huellas de estrangulamiento: Sara, de 34 años; en El Tejocote, del barrio de San Miguel; y su madre Judith, de 72 años, en el sitio conocido como Cedro Quemado. Los delincuentes detuvieron a las mujeres que viajaban en su coche, acompañadas de un joven con Síndrome de Down, hijo de Judith, atados de las manos, al único que encontraron con vida, en la carretera Jonacatepec-Chalcatzingo. Las autoridades detuvieron a un hombre y a una mujer que tenía una relación de amistad con Sara.
Nadie detiene la ola de feminicidios en México. Son varios los factores que favorecen a los criminales: violencia, corrupción e impunidad. Ante estas condiciones dañinas se nota el desdén o la poca atención de las autoridades a las exigencias de protección y justicia de los colectivos feministas. De acuerdo con los datos oficiales, en México se registraron 34 mil 608 homicidios dolosos y mil doce feminicidios en 2019. Está claro el crecimiento de este tipo de delito. Lo grave del conflicto es que no se le presta la debida atención al cúmulo de reclamos, y de injusticias. Las autoridades deben abrirse al diálogo, a buscar, junto con la sociedad, los caminos que conduzcan a impartir justicia a las víctimas de las agresiones: es decir, dejar de ignorar las solicitudes de auxilio.
Durante la pandemia, la violencia contra las mujeres aumentó. Durante el primer semestre del año se registraron mil 800 delitos de este tipo, 20 por ciento más que en el mismo periodo de 2019, cuando sumaron mil 498 carpetas a nivel nacional. Urge pues, dar mayor atención a las agresiones contra niñas, jóvenes y mujeres en el país. Las autoridades tienen la palabra. ¿Usted qué opina amable lector?