Demencia
Alberto Vieyra G. lunes 28, Sep 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Los mexicanos hemos llevado al poder con nuestro voto a gobernantes chiflados, sí, lorenzos pa´que usted me entienda? ¿Y cómo saber si los gobernantes que elegimos están tocadiscos o turulatos, pues cuando están en campaña electoral se presentan en muchas ocasiones como individuos humildes, sabelotodo, francotes que suelen hablarnos de tú y hasta se aprenden los nombres de nuestras familias y nuestros perros para hacernos sentir que están cerca de nosotros y en familia? ¿A cuántos dementes hemos llevado al poder y nos hemos puesto a pensar acaso que caras vemos y cerebros no sabemos?
Podríamos formularnos muchísimas interrogantes más sobre la salud mental de los gobernantes mexicanos, ahora que el Partido Acción Nacional (PAN) acaba de presentar en la Cámara de Diputados federal una iniciativa para reformar la ley de salud pública con el fin de conocer la salud mental del presidente Andrés Manuel López Obrador, de su gabinete y de los futuros presidentes de México.
El asunto es de vital importancia para evitar que gobernantes locuaces como Andrés Manuel López Obrador se dediquen a dividir y enfrentar al pueblo de México, asunto que resulta demencial en momentos en que la nación vive una catástrofe de catástrofes, tanto por la pandemia del coronavirus, que ya cobró casi 76 mil muertos, como por las catástrofes económica provocada por AMLO y de seguridad pública que ya dejó también más de 75 mil muertos en 18 meses, pero el Presidente no acepta que está equivocado y sigue culpando de sus monumentales errores a los conservadores, a los gobiernos que le antecedieron, a la prensa, a los periodistas y a cualquier crítico que no piense igual que él.
En los motivos de la iniciativa de ley panista, se asienta que: “La presente iniciativa tiene como finalidad garantizar que el Presidente de la República y su gabinete se encuentren en condiciones de salud mental aptas para gobernar”.
Sin embargo, la iniciativa de ley panista, a pesar de que le ha dado al clavo, me parece que es muy corta de mira, pues no solamente el Presidente de la República, su gabinete, sino también gobernadores, alcaldes, diputados locales y federales, senadores y de más chambistas electos por la ciudadanía deberían ser sometidos a un filtro rigurosísimo que incluya todos los exámenes posibles que impliquen todo lo que tenga que ver con el estudio del carácter de las personas.
Es más, este átomo de la comunicación aplaude la iniciativa panista y propone que dicha reforma incluya la conformación de consejos ciudadanos integrados por científicos, es decir psicólogos, psiquiatras, sociólogos, calígrafos y todos los expertos posibles que sean capaces de descifrar la personalidad real de cada individuo que será electo en las urnas, comenzado por el Presidente de la República para que no tome decisiones propias de maniáticos, porque sus metidas de pata se traducirán en cuestiones erráticas que afectarán a las nuevas generaciones.
Sí, de lo que se trata es que llevemos al poder a politicastros que sean doctos en ciencia política, que tengan sensibilidad humana, que no gobiernen por arrebatos y que entienda que el cargo que se les ha conferido los convierte en súbditos de todos los mexicanos que, en resumidas cuentas, seremos sus patrones, no sólo porque nosotros los elegimos, sino porque a través de nuestros dineros públicos que con impuestos pagamos con tanto sacrificio, les pagamos y muy bien a esos gobernantes que ya estando en el poder suelen robarnos, como hoy lo hace AMLO, a través de su recién creado instituto Robin Hood, pero esa historia se la contaré en la próxima entrega. Por ahora, bienvenida la propuesta panista para evitar que los mexicanos llevemos a la Presidencia de la República y a todos los puestos de elección popular a locos.