Lo suyo no es gobernar
Armando Ríos Ruiz viernes 25, Sep 2020Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Está visto que lo suyo no es gobernar. Es por demás. Debería dedicarse a otra cosa. Tal vez a continuar en la confección de mítines, de campañas políticas, de plantones. Debería iniciar una empresa de este tipo, que seguramente le redituaría mucho dinero y además estaría en su elemento. Como pez en el agua.
Debería hacerse un examen cabalmente introspectivo. Con toda la seriedad, con toda la entereza, con toda la sinceridad que pueda y aceptar que gobernar no es lo suyo. Por eso nada le resulta bien. Por eso tantos desaciertos y mentiras todos los días. Pelear contra fantasmas que inventa por enemigos, con espectros que sólo existen en su mente, no es gobernar. Obviamente, hablo del Presidente.
Pero parece que pelear también alimenta el prurito de un impulso. Diariamente acusa, inventa como adversario a quien lo critica o a quien se define contrario a sus ideas. A sus propios colaboradores, a quienes contradice a cada rato. Obviamente, aquí no hay respuestas. Ahora ha dado en burlarse con risas sarcásticas de quienes le piden cordura a la hora de fustigar. De los que reprochan su forma de gobernar porque la desaprueban.
Se empequeñece cuando utiliza esos recursos burdos y corrientes. O es de por sí pequeño. Pero quizá cree que se adorna y que divierte a sus oyentes. Tal vez sólo a los que les paga por ir a las mañaneras a esperar la entrega de la pregunta a modo. Sus comparsas periodistas que no son periodistas. Que son una mentira como todo lo que lo rodea y como todo lo que dice.
Si a pesar de los pesares desea permanecer en la Presidencia, entonces debería tratar de ajustarse lo más aproximado a la realidad del país que gobierna. A dejar de imaginar uno que no existe. El que dibujó en un video transmitido con motivo del 75 aniversario de la ONU, no corresponde a este suelo. Quienes lo escucharon saben de México, más que lo que él imagina.
Presumió -es la palabra que corresponde- que en México estamos requetebién. No lo dijo así, pero es lo mismo. No hay hambre gracias a los programas sociales que implementa su gobierno y a las remesas que envían los migrantes desde Estados Unidos. Se le olvidó que hay más de 50 millones de pobres y casi 10 millones en pobreza extrema.
Debería conocer México, al que ha recorrido a lo largo y ancho muchas veces. No lo conoce o no vio su realidad por falta de sensibilidad. Tal vez le ha faltado subir a la sierra o a la montaña de Guerrero, por ejemplo. Allá, la gente debe aceptar condiciones deplorables a cambio de sembrar amapola.
Debería recordar el Valle del Mezquital. Las serpientes y ciertas aves sirven para dos cosas: para alimento propio y para vender a los turistas. Eso, cuando la suerte ayuda a encontrarlas y a cazarlas.
En Oaxaca, en la Mixteca, se encuentran 10 de los 12 municipios más pobres del país. De acuerdo con datos del Coneval, allí viven unas 60 mil personas que no cuentan con lo necesario para cubrir sus necesidades de alimentación básicas. Esto, sólo por mencionar algunos lugares.
Presumió la rifa del avión, como si en la ONU estuvieran dormidos. Saben como en México, que se trató de una pifia. Que un buen porcentaje de los boletos fueron comprados por el propio gobierno. Que el avión no puede rifarse.
Presumió del tino en el trato a la pandemia. La ONU sabe perfectamente que México disputa los primeros lugares debido al pésimo trato que se ha propinado al virus. Hay instancias que aseguran que proporcionalmente, el número de muertes es mayor aquí que en Estados Unidos y Brasil.
Habló de su tema favorito: el ataque a la corrupción, cuando en el Instituto Para Volver al Robo en Despoblado (perdón por la dislexia), se destapaba la cloaca con la renuncia de Jaime Cárdenas, su director, por descubrir una madriguera de ladrones de joyas.
De su exabrupto con la cita a Benito Mussolini, ya se habló mucho.