El suicidio pudo haber ha aumentado durante Covid-19
Elsa Rodríguez Osorio, Salud lunes 14, Sep 2020Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Dapagliflozina, reduce riesgo de empeoramiento de función renal
El suicidio es prevenible con la detección y tratamiento oportuno de trastornos mentales, ya que éstos se asocian en 9 de 10 casos de personas que intentan quitarse la vida o consuman este acto, señaló el doctor Jesús Maya Mondragón, coordinador de Programas de Salud Mental de la División de Medicina Familiar del IMSS. Con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el 10 de septiembre, el especialista informó que una persona con depresión tiene un estado de ánimo melancólico devastador y al acompañarse de soledad y autoagresión se potencian entre sí y afectan el deseo natural de vivir. También son vulnerables al suicidio quienes padecen de trastornos psicóticos como esquizofrenia, que condiciona a alucinaciones o ideas delirantes; de personalidad, que lleva a impulsividad e inestabilidad emocional y la anorexia por el fracaso de un ideal inalcanzable de perfección física y un organismo muy deteriorado. A estos se suma el consumo excesivo de alcohol, dependencia a las drogas, juego patológico, o circunstancias que se consideran como inaceptables o imprevistas como la pérdida de un familiar o del trabajo, la expulsión de la escuela, o situaciones que no permiten ver una posible solución. El suicidio puede haber aumentado durante la emergencia sanitaria por Covid-19, a causa de las medidas de confinamiento y la situación económica y laboral que ocurre en todo el mundo. Por ello, el Seguro Social implementó el Programa de Protección de la Salud Mental para los trabajadores del IMSS, los derechohabientes y sus familiares, en los tres niveles de atención médica del Instituto, en las que se han atendido al momento a 48,868 derechohabientes por problemas de ansiedad, trastornos del sueño, depresión, abuso en el consumo de alcohol y drogas. Se atendieron 3,144 personas con riesgo suicida. En México anualmente se reportan más de 6 mil suicidios consumados, que afectan a todos los grupos de edad, pero principalmente adolescentes y adultos jóvenes, grupos de edad en los que el suicidio se ubica como una de las primeras causas de muerte. En el Seguro Social en 2019 se reportaron más de mil 400 intentos suicidas al año por ingesta de medicamentos, el 69% ocurrió en mujeres y el 31% en hombres.
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La enfermedad renal crónica es un problema de grandes dimensiones en México, siendo la diabetes y la hipertensión sus dos causas más importantes. En 2017 se reportó una prevalencia del 12.2% y 51.4 muertes por cada 100 mil habitantes.
AstraZeneca muestra tratamientos innovadores para que los pacientes con dicha enfermedad tengan nuevas opciones de terapias. En el marco del congreso de la Sociedad Europea de Cardiología se presentaron los resultados del ensayo DAPA-CKD Fase III, en el cual participaron 154 pacientes mexicanos en 15 sitios de investigación a nivel nacional. Los resultados mostraron que la administración de dapagliflozina, añadida a la terapia de base, redujo el riesgo de empeoramiento de la función renal o el riesgo de muerte cardiovascular o renal en un 39% en comparación con el placebo en pacientes con el mal en etapa 2-4 y elevada excreción urinaria de albúmina. Los resultados fueron consistentes en pacientes con y sin diabetes tipo 2. El estudio también alcanzó todos los criterios de valoración secundarios, incluida la reducción significativa de la muerte por cualquier causa en un 31% (ARR=2.1%, p=0,0035) en comparación con el placebo. El perfil de seguridad y tolerabilidad de dapagliflozina fue coherente con el perfil de seguridad establecido del medicamento. En el estudio, los pacientes tratados con dapagliflozina experimentaron menos eventos adversos graves en comparación con el placebo (29,5% frente a 33,9%, respectivamente). No se informó de ningún caso de cetoacidosis diabética en el grupo de dapagliflozina frente a dos pacientes en el grupo de placebo. La enfermedad renal crónica es una enfermedad grave y progresiva definida por la disminución de la función renal, el diagnóstico suele realizarse en etapas avanzadas como la insuficiencia renal o enfermedad renal crónica en etapa terminal. Actualmente, este padecimiento afecta a casi 700 millones de personas en todo el mundo y hasta en dos de cada tres casos son originados por diabetes e hipertensión arteria. Está asociada con una morbilidad significativa del paciente y un mayor riesgo de eventos cardiovasculares como insuficiencia cardíaca y muerte prematura. Además, las opciones de tratamiento para estos pacientes son limitadas particularmente aquellos sin diabetes mellitus tipo 2.