Decapitan a periodista
¬ Augusto Corro viernes 11, Sep 2020Punto por punto
Augusto Corro
El periodista Julio Valdivia Rodríguez, de 44 años de edad, fue asesinado la tarde del miércoles 9 de septiembre. Su cuerpo decapitado estaba junto a su motocicleta sobre las vías del tren en el municipio de Tezonapa, cercano a Córdoba, Veracruz. Son ya 25 comunicadores privados de la vida en esa entidad.
Valdivia Rodríguez aprendió el oficio de reportero de manera empírica y se dedicaba de tiempo completo a la tarea de informar. Tenía cinco años de trabajar para “El Mundo” y antes colaboraba en “El Buen Tono”. La zona de Tezonapa es considera de alto riesgo para la práctica del periodismo.
Los compañeros de Valdivia Rodríguez dijeron que el comunicador fue amenazado por la delincuencia desde hace ocho meses. Aunque la Comisión Estatal de Atención y Protección para los Periodistas (CEAPP) declaró que desconocía la situación porque no se había reportado algún incidente previo.
Los reporteros veracruzanos exigieron que se investigue a fondo el asesinato. Valdivia Rodríguez cubría los asuntos policiacos, en la zona limítrofe de Veracruz y Oaxaca, zona de alto riesgo para el ejercicio del periodismo. En la mencionada entidad, las autoridades fueron rebasadas por la delincuencia organizada.
Los periodistas asesinados
De 2010 a 2020 en Veracruz van asesinados 25 periodistas. Diecisiete crímenes ocurrieron en el sexenio de Javier Duarte de Ochoa; cinco, en el de Miguel Angel Yunes Linares; en el sexenio de Cuitláhuac García Jiménez se cuentan ya tres casos. El penúltimo asesinato fue el de la reportera María Elena Ferrat, en Papantla, zona norte de Veracruz, el pasado 31 de marzo de 2020.
En las últimas dos décadas, en México fueron ultimados más de un centenar de periodistas, a pesar de que se trata de un país que no está en guerra, como Afganistán y Siria, donde se registran más muertes de comunicadores. Son los reporteros las víctimas preferidas de la delincuencia, de los caciques y de las autoridades abusivas que actúan al margen de la ley.
Uno de los graves problemas que enfrenta la sociedad mexicana es la espiral de violencia incontenible. Desde el sexenio de Felipe Calderón a la fecha, los homicidios dolosos continúan al alza. Por ejemplo, se prevé que 2020 se registren 40 mil 863 asesinatos. Esta es la cifra que aparece en el informe de gobierno del segundo año de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La lucha entre los grupos delincuenciales y estos contra las autoridades llevó a México al hartazgo. La guerra contra la delincuencia organizada declarada por Felipe Calderón sólo trajo dolor y muerte a los mexicanos. La historia cruenta continuó con el presidente Enrique Peña Nieto, que heredó la violencia al actual gobierno.
Impunidad
En México son varios los ingredientes principales relacionados con la peligrosidad para ejercer el periodismo: la guerra desatada contra los cárteles de la droga, la impunidad, así como el contubernio de autoridades con la delincuencia organizada. Además, en diferentes zonas de nuestro país predomina la ley de la selva.
A raíz de la presencia criminal, los periodistas y medios de comunicación son afectados por los maleantes, quienes controlan la información para que aparezca de acuerdo a sus intereses. Los crímenes no son investigados y menos castigados. La impunidad casi es total.
A los asesinatos de los comunicadores no se les da seguimiento como ordena la ley, pues lo que hacen los investigadores son verdaderas simulaciones. Pasa el tiempo y los expedientes son enviados al archivo y ahí se quedan para siempre. Más del noventa por ciento de los crímenes se olvidan.
En síntesis, las decenas de comunicadores asesinados y en general las agresiones a las instalaciones de sus medios, nos muestran que en México los periodistas se encuentran indefensos, a merced del de la delincuencia, sin protección alguna. No funcionan ni tienen ninguna repercusión las condenas los asesinatos y de los criminales por parte de las organizaciones de los derechos humanos. Son pronunciamientos temporales que no frenan los ataques a los periodistas. Y la realidad nos lleva preguntar lo siguiente: ¿hasta cuándo dejarán de agredir a los periodistas que sólo cumplen con su función de informar? ¿Usted qué opina amable lector?