Alianzas políticas
Freddy Sánchez jueves 10, Sep 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
¿Pragmatismo contra moral?…
En el inevitable duelo de una y otra (teoría o disciplina) en la lucha política electoral lo que habitualmente se impone es lo primero.
Porque ser pragmático, antes que moral, privilegia las consideraciones prácticas de una acción, sin ataduras eminentemente éticas y morales.
Así que los actores hacen lo que hacen, si creen que les conviene hacerlo y lo que resulte puede ser procesado como parte de la confrontación y conciliación de intereses en pugna. Dicho de otro modo: cada cual “jala la reata” hasta donde la otra parte se lo permite.
Y el mejor ejemplo de que en esa forma se ventilan los asuntos políticos, lo vimos con motivo de la integración de la Mesa Directiva en la Cámara de Diputados. El diferendo partidista para definir la tercera fuerza se resolvió con un pragmatismo de lo más abrupto. Sin el mínimo rubor acerca de lo que se pudiera pensar con relación a la conducta de los actores políticos.
Y es que en primer lugar el PT y Morena (con absoluto descaro) desincorporaron a unos diputados de un partido y los incorporaron a otro en una evidente maniobra para superar al PRI en cuanto al número total de sus legisladores y así tener el derecho a nombrar a la Mesa Directiva para el periodo legislativo que recién comenzó.
El plan habría funcionado sin falla, a no ser porque los priistas en un acuerdo con el PRD hicieron exactamente lo mismo: pactaron una “mudanza” de diputados perredistas para robustecer la bancada del PRI y en esa forma anular la estrategia del PT que ya se sentía ganador en esta disputa cameral.
Dos factores estuvieron presentes en este conflicto político partidista.
La división entre los morenistas, estando unos en favor de respetar los acuerdos previos que le darían al Partido Revolucionario Institucional el mando de la Mesa Directiva, considerando que antes de las manipulaciones del PT, ya era la tercera fuerza política en la Cámara de Diputados, y el llamado del presidente Andrés Manuel a no incurrir en manejos desaseados sólo para conseguir puestos de dirección cameral.
El pragmatismo, pues, rebasó con mucho los ideales de la moral en la conducción de los asuntos en la cámara baja al dar inicio el periodo ordinario de sesiones y estar a punto de ocurrir un episodio caótico que habría afectado los trabajos legislativos.
Y todo por el agarrón entre grupos políticos que en su actuar poco o nada procuraron cuidar las buenas formas, sino que por el contrario, ayunos de decencia maniobraron pretendiendo allegarse por cualquier medio lo que aspiraban a tener bajo su control, omitiendo la más elemental ética y moral, en el modo de conseguirlo.
De modo, pues, que lo sucedido en la Cámara de Diputados hace ver por anticipado lo que seguramente seguirá viéndose en el ambiente político electoral con motivo de las elecciones intermedias del año próximo.
Una cosa podría incluso cobrar notoriedad.
La reconstitución de fuerzas políticas entre Morena y sus aliados y la oposición y los suyos.
Porque, llegado el momento y en caso de necesidad los cambios de “camiseta” partidista pueden significar que por mero pragmatismo político se dejen de lado los lineamientos de la moral, si con ello, uno partido adquiere más capacidad para obtener mejores resultados electorales.
Una tentación de la que difícilmente se podrán librar los opositores de Morena, deseosos de restarle poder en la Cámara de Diputados, y naturalmente también, los morenistas y los partidos que figuran como sus aliados, puesto que no querrán dejar en manos de la oposición la conducción legislativa en el periodo que ha comenzado y, por supuesto, tampoco que sus opositores logren obtener un alto número de curules para la próxima legislatura.
Algo que dependerá de un ejercicio pragmático por encima de lo moral que posibilite la concertación de alianzas políticas.