Morena, en crisis
¬ Augusto Corro miércoles 9, Sep 2020Punto por punto
Augusto Corro
No se necesita ser un experto en política para saber que el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) enfrenta una crisis interna al inicio de la contienda electoral más importante en la historia de México. Una pésima organización tiene a la organización política desmadejada, sin unidad y carente de un liderazgo que pugne por la unidad; es decir, sin exagerar, que navega a la deriva, sin brújula.
Quienes quedaron al frente del partido guinda que llevó al poder a Andrés Manuel López Obrador no pudieron a no quisieron elegir al sustituto del tabasqueño. Así pues, en ese instituto político van cerca de dos años sin líder. Cubrieron la vacante una serie de interinatos que en vez de buscar la unidad la agudizaron. En el presente, las diferentes tribus morenistas luchan por el poder.
Los diferentes grupos ven en la elección del dirigente la oportunidad para consolidar su presencia y fuerza en temporada de elecciones para participar en las designaciones de sus incondicionales a candidatos a puestos de elección popular, que serán miles, en los comicios intermedios, incluidos aspirantes a diputados, gobernadores, etc. Lo que podría ser el pastel político esperado por todos los “grillos”.
Claro, antes tiene que elegirse al líder de Morena en una encuesta colectiva que no a todos les agrada, entre otras cosas, porque personas ajenas al partido podrían participar para alterar considerablemente el proceso selectivo. Las autoridades electorales ordenaron que se llevara a cabo la consulta y así se hará. Y se tiene la certeza de que ganará el candidato más conocido, no el que presente el mejor proyecto político.
En días recientes empezaron a conocerse los nombres de los personajes políticos que quieren dirigir Morena. A la fecha la lista no es grande. En ella aparecen el diputado Mario Delgado, Gibrán Ramírez y Porfirio Muñoz Ledo. Quizá los morenistas con más posibilidades de alcanzar el triunfo. También se debe mencionar a Yeidckol Polevnsky, quien se encargó del interinato en ausencia del presidente del CEN del partido, aunque el presente tiene canceladas todas las oportunidades de ganar.
En la política a la mexicana cuenta mucho el apoyo de los “padrinos” para apuntalar bien las candidaturas. En el caso de Mario Delgado, este candidato cuenta con el apoyo de uno de los funcionarios que mejor le funciona a López Obrador: Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores y “apagafuegos” oficial. Por si no fuera suficiente ese espaldarazo, también tiene la aprobación del líder del Senado, Ricardo Monreal.
Gibrán Ramírez, de 30 años de edad, se lanzó al ruedo con la esperanza de que lo tomen en cuenta. Tal vez sea conocido en las filas de Morena, pero no lo suficiente para que voten por él. Es necesario que a esa organización política se sumen jóvenes con ideas menos anquilosadas para echarla a andar, pero no es el momento. Este candidato es un intelectual que se destaca por la defensa del partido guinda, principalmente en los medios de comunicación, principalmente la televisión. Esto no le alcanzará para lograr el liderazgo.
Porfirio Muñoz Ledo decidió apuntarse como aspirante a dirigir a Morena que se encuentra en plena crisis interna, quizá con el propósito de llevar orden y disciplina que tanto urgen en ese instituto político, con acciones que lo ubiquen como el salvador, el hombre que le llevó la brújula a su partido para enderezar el rumbo. La carrera política de Muñoz Ledo se distinguió por su desempeño de multiusos de los poderosos. Fue priísta, perredista, etc., sin ninguna oportunidad de alcanzar la silla presidencial. ¿Usted qué opina amable lector?