El INE, secuestrado
Alberto Vieyra G. miércoles 9, Sep 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
A base de amagos y descalificaciones, las aristócratas burocracias del INE y del Trife ya están bajo el puño de AMLO. Tenemos un INE y un Trife secuestrados. Sus acciones políticas de unos y otros, lo dicen todo. Ambas instituciones están ya como sedita y de rodillas ante el ponzoñoso presidencialismo sexenal. Para hacer que las elecciones federales de 2021 resulten favorables y del más completo agrado de AMLO y no ande con su cantaleta de que le hicieron fraude electoral a Morena o descalifique a esas instituciones de la vida democrática de México.
Habrá pues, unas elecciones a modo del Presidente para que no hable de antidemocracia, pues todo México sabe que cuando AMLO no gana, todo es corrupción y antidemocracia.
El proceso electoral del año que viene con más de 90 millones de ciudadanos inscritos en el padrón electoral del INE comenzó ya con el uso faccioso del poder del Estado desde Palacio Nacional para favorecer a AMLO y a su partido.
El primer descaro del Trife ocurrió hace dos semanas cuando los magistrados de ese tribunal descubrieron que las mañaneras de Palacio Nacional no son propagandísticas en materia electoral y el Presidente sólo cumple la labor de informar al pueblo de México, por lo cual no las prohibió en Hidalgo y Coahuila, donde en octubre habrá elecciones de gobernador. Ello quiere decir que tampoco le pondrá bozal a AMLO durante el proceso electoral federal. Caray, hasta los niños ven que el activismo partidista de AMLO es descarado y con un afán enfermizo de seguir dividiendo y enfrentado a los mexicanos, como si siguiese en plena campaña electoral y haciendo como que la Virgen le habla de los casi 70 mil muertos por el coronavirus o los 60 mil que han dejado las mafias criminales en lo que va de su aberrante régimen, o el desastre económico y sin faltar el desastre educativo nacional.
Con ese afán enfermizo, AMLO ha profundizado su pleito con el ex presidente Felipe Calderón, pues al conocer que por alguna poderosísima razón el INE no le otorgó registro a su partido político México Libre, López Obrador se burló de manera ruin, aconsejándole que acuda a las instituciones internacionales de justicia para que pruebe que no solamente es poderoso robando elecciones, sino logrando que la justicia le favorezca y todo ello acompañado de una risotada a mandíbula batiente. Como respuesta, Felipe Calderón le aconsejaría a AMLO “dedicarse a encabezar un gobierno republicano y no estar convertido en un dictador, al tiempo que le sugirió que saque las manos del árbitro electoral de México”. Le aseguro que ese pleito no tendrá final feliz, porque además ese odio de AMLO es canibalismo puro contra el conservadurismo mexicano, olvidando que la guerra histórica entre liberales y conservadores en México ha sido cruenta. De seguir López Obrador con esa tónica, no estará lejos el día en que se produzcan estallidos del “México bronco”.
No está por demás reiterarlo que el error político más garrafal de AMLO, como ocurre con todos los gobiernos populistas, como el que vemos en Estados Unidos o Brasil es privilegiar la división y el odio entre los ciudadanos por aquello del principio histórico de “divide y vencerás”. Los gobiernos que no están manipulados por satanás, suelen ser regímenes que privilegian la unidad, el consenso de los pueblos, pero sobretodo saben escuchar y dialogar con los contrarios, en vez de descalificarlos y hacerlos ver como enemigos del pueblo como si fuesen dueños de la verdad absoluta.
El proceso electoral federal que ayer comenzó será uno de los más chonchos históricamente hablando, pues se renovarán los 500 diputados federales, 29 diputaciones locales y casi 2 mil alcaldías, además de 15 gubernaturas, está llamado a ser también el proceso electoral más nauseabundo de la historia mexicanos. Los candidatos que mayores bajezas protagonicen serán los próximos gobernantes en la era de la monstruosa degradación política.