Socialismo priísta
Alberto Vieyra G. lunes 7, Sep 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Una de las claves fundamentales para acabar con la era de las pistolas, la bala y la barbarie política fue que el sistema político priísta fue concebido para que se rotara pacíficamente el poder cada 6 años entre 4 facciones políticas: La carrancista, callista, obregonista y socialista. De hecho, el primer Presidente interino, después del asesinato de Álvaro Obregón Salido fue Emilio Portes Gil que representaba a la facción socialista, que repitió en el poder inaugurando la era sexenal en 1934 con Lázaro Cárdenas del Río, quien protagonizaría uno de los gobiernos socialistas más genuinos en América Latina.
El tata expropió poco más de 30 millones de hectáreas para entregarlas a los hombres del campo y hacer realidad la principal demanda de la Revolución Mexicana. Nacionalizó los ferrocarriles y el petróleo, contando con el aval del gobierno norteamericano que sabía que tarde o temprano, el tío Sam se haría del oro negro mexicano, una vez que fueran expulsadas las compañías petroleras inglesas.
Lázaro Cárdenas y el general Calles eran los únicos que sabían del secreto de rotación del poder entre las 4 facciones políticas priístas. El general Cárdenas sería consultado hasta el día de su muerte sobre a qué facción le tocaba bailar en la Presidencia de la República.
¿Por qué hago historia?
Mire usted. Mis tres lectores y radioescuchas me piden que hable si el socialismo de López Obrador tiene que ver con el socialismo priísta. Muchas gracias, y trataré de explicarlo de la mejor manera para que lo entiendan desde los chiquillos hasta los jóvenes de ayer.
El surgimiento del PRIMor (PRI-Morena), no es otra cosa que el PRI socialista de Lázaro Cárdenas o de Luis Echeverría, quien dicho sea de paso pasará a la historia como un gobernante populista, igual que López Obrador, aunque aquél fue más prudente al no dividir ni confrontar a los mexicanos.
Sostengo la tesis de que el Grupo Atracomucho de Peña Nieto, con Carlos Salinas a la cabeza negociaron en lo oscurito entregar el poder presidencial a AMLO bajo una conveniente alianza que le permita al PRI regresar al primer plano de la política nacional en 2024 o en el 2030 aunque con algún camuflaje ya sea morenista o de cualquier otra índole. Esa alianza entre López Obrador y el priísmo fue una jugada política maestra para oxigenar al sistema político mexicano o para decirlo más claro al sistema político priísta que junto con su aliado el PAN (el PRIAN), dieron sobradas muestras de ser unos ladrones que se hicieron de triste fama nacional e internacional.
Así que era urgente que el socialismo o un socialdemócrata, como López Obrador que siempre se refirió a la “mafia del poder” como las ponzoñosas cabezas de la corrupción en México arribara a la Presidencia para hacer que todo cambie, para que todo siga igual o peor, pero hoy la reflexión de la gente es muy simple: “Prefiero que me roben estos y no aquellos ladrones”.
¿Un ejemplo de ese gatopartismo de AMLO?
Lo tenemos en la reciente aprobación de darle RIP al fuero presidencial, cuando la realidad es que no cambia nada porque la pelotita del fuero se la echa a la Cámara de Diputados o para decirlo en pocas palabras, AMLO, al Senado de la República, cuando que si se le quita de tajo el fuero constitucional al Presidente de la República, es para que en ese momento pueda ser juzgado por el Poder Judicial, es decir por un juez o los jueces, pero para cumplir su promesa de campaña electoral, AMLO lo único que está haciendo es revolcar a la gata parda. Por lo demás, AMLO no piensa enjuiciar a Peña Nieto, ni a Salinas, ni a Zedillo y todo parece recaer en su enemigo número uno, Felipe Calderón. Es más, el refrendo de su alianza en el PRI lo acabamos de ver en la Cámara de Diputados, donde el PT con Gerardo Fernández Lloroña se frotaban las manos ya, para gobernar a la Cámara de Diputados durante el próximo año, pero el señor Lloroña, como no sabe de historia, desconoce que AMLO representa a la facción socialista del PRI y por los mismo, se quedó chiflando en la loma, mientras que el PRIMor seguirá bajo el puño de AMLO con el agregado de que hasta 4 diputados del PRD se sumaron, convencidos por alguna poderosa razón al PRI para que la priísta Dulce María Sauri Riancho sea la que parta el queso en el Palacio Legislativo de San Lázaro, representando al PRI socialista de AMLO.