Bolas de billar y perlas de éter
Alberto Vieyra G. jueves 3, Sep 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Mezclar la política con la religión es como mezclar las bolas de billar con las perlas de éter y de paso, constituye la más vil de las traiciones contra Benito Juárez García, que logro la separación Iglesia-Estado para constituir un Estado laico.
Andrés Manuel López Obrador, quien ha dado sobradas muestras de ser un neófito en historia, se dice adorador del indio de Guelatao, pero en realidad hace todo lo contrario de lo que hacía el Benemérito de las Américas, título que le otorgo el Congreso de Colombia. Benito Juárez es odiado por los más de 11 mil curas que hay en México y en general, por la llamada conserva, los pelucas viejas o los cangrejos, motes que a lo largo de la historia ha recibido la derecha, a los que hoy AMLO llama los “conservadores fifís” y López Obrador podría ganarse el odio de millones de mexicanos al intentar mezclar el agua y el aceite o las bolas de billar con las perlas de éter, olvidando que la Iglesia patrocinó la famosa Guerra de los 3 años entre 1858 y 1860, a raíz de la promulgación de la Constitución de 1857 que consagraba las Leyes de Reforma y ponía fin a la cohabitación en el poder político entre la Iglesia católica y el gobierno. También, AMLO olvida que en 1927 estalló en México la Revolución Cristera con un saldo de 83 mil muertos porque Álvaro Obregón Salido y Plutarco Elías Calles estaban mezclando la política con la religión o lo que es igual las bolas de billar con las perlas de éter; con eso no se juega, señor Presidente.
Al iniciar esta semana, López Obrador recibió un vergonzoso revés político que le enderezó la Comisión de Quejas del Instituto Nacional Electoral por andar precisamente mezclando las bolas de billar con las perlas de éter, pues de tajo le ordenó sacar del aire en radio, televisión y redes sociales un grosero spot sobre su Segundo Informe de Gobierno en el que asegura que según el papa Francisco, “ayudar a los pobres no es comunismo, sino que es el Centro del Evangelio” y remata diciendo “tengan, para que aprendan” haciendo un caracol con dedicatoria para los conservadores fifís.
AMLO se mete muy seguido en terreno barrido, como diría Pancho Villa, comparándose en humanismo con Jesucristo y pregonando su cristianismo religioso, sólo que como “cristiano” no hace lo que hacía Jesucristo. El Hombre más grande de todos los tiempos no era mentiroso, como AMLO que lleva casi 28 mil mentiras como Presidente. Jesucristo era humilde, mientras que AMLO no conoce la humildad y jamás va a reconocer sus metidas de pata y en cambio le echará siempre la culpa a los demás.
Si viviese Mahatma Gandhi ya le habría recordado a AMLO que “los cristianos verdaderos deben emular a Jesucristo”, porque de otro modo, harán honor a la cristiandad, que es muy distinto al cristianismo. Jesús nos recuerda que podemos identificar a aquellos que practican la religión verdadera. Para ello, debemos analizar lo que creen y lo que hacen. Él dijo: “Por sus frutos los reconocerán”. Y añadió: Nunca se recogen uvas de los espinos ni higos de los cardos, ¿verdad?… Igualmente, un árbol bueno da frutos buenos, pero un árbol podrido da frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos y un árbol podrido no puede dar frutos buenos. Todo árbol que no da frutos buenos se corta y se echa al fuego. Así que a esos hombres los reconocerán por sus frutos. (Mateo 7: 16-20).
Me pregunto: ¿AMLO entenderá esos sencillos, pero monumentales razonamientos bíblicos?, pero que bueno que el INE ya le paró su carro. Ahora, sólo falta que el INE prohíba las mañaneras, porque el 7 de septiembre comienza el proceso electoral 2021.