Otra catástrofe nacional
Alberto Vieyra G. martes 1, Sep 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El pasado viernes 28 de agosto se cumplieron 6 meses de que México registró el primer caso de coronavirus -28 de febrero-, hoy suman más de 64 mil muertos que nos hablan de la nueva catástrofe nacional en tiempos de AMLO, quien había jurado y perjurado que “estamos preparados para enfrentar al coronavirus” o su corifeo de la pandemia, Hugo López-Gatell, quien sostenía que “la pandemia no era grave”, que “todo se reducía a una influenza o catarro”. Ese catarrito ya nos dejó una catástrofe nacional con más 64 mil muertes ¡en tan sólo 6 meses!
Seis meses de luto nacional de lágrimas; 6 meses sin un abrazo; 6 meses de dolor; 6 meses de confinamiento en casa; 6 meses de terror por un enemigo invisible que mata silenciosamente; 6 meses sin saber cómo defendernos; 6 meses que ya profundizaron en la catástrofe económica que presagia un sexenio perdido, una catástrofe económica que no se veía en México desde 1932 cuando el PIB se desplomó en 14%, hoy con un desplome de más del 12%; 6 meses de simulación y mentiras gubernamentales; 6 meses de cínicas y estúpidas aberraciones presidenciales como esa de que “a mí no me da coronavirus porque traigo mis amuletos”, que “el coronavirus nos cayó como anillo al dedo” o que “ya está domada la pandemia” y “ya vamos saliendo”; 6 meses de mal ejemplo presidencial por su rebeldía de no querer usar el cubrebocas, haciendo creer al pueblo que AMLO es indestructible al emular a don terquitas, Donald Trump o a otro nocivo gobernante, Jair Bolsonaro, en Brasil; 6 meses de hospitales sin medicamentos y prácticamente sin pruebas contra el coronavirus, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos internacionales recomendaron a AMLO “hacer pruebas y más pruebas”, pero como México tiene a un Presidente negrero y cuentachiles que se le hacen muy caros 3 mil pesos que cuesta en promedio cada prueba, pues no las hace y la nueva catástrofe nacional no se dejaría esperar. ¡Ahhh pero eso sí!, el Presidente lleva 6 meses desviando la atención del coronavirus, sí, de los muertos, no le gusta hablar de los decesos que ha dejado la pandemia del siglo y el desastre económico, con el dichoso avión presidencial, con los escándalos mediáticos que le redituaran electoralmente hablando en 2021 y para evitar que su partido Morena se convierta en flor de un día en los próximos comicios electorales.
Sí, el pasado 28 de agosto cumplimos 6 meses con un México semiparalizado que arroja más de 12 millones de desempleados, tanto en la economía formal como informal y con más de 1 millón de empresas que no volverán a abrir y con un Presidente de la República que no ata ni desata, puesto que él llegó para gobernar a un México de pobres y no a un México de ricos o de pobres y ricos, como lo mandatan las tesis ideológicas del comunismo y el socialismo. Él solo gobierna para unos cuantos fufurufos los Slim, los Salinas Pliego, etcétera, que seguramente patrocinaron por debajo del agua sus campañas electorales, como lo rebelan audios y vídeos que retratan a su hermano, Pío López Obrador recibiendo dineros de gobiernos del estado de Chiapas que seguramente los desvió para comprar senadurías, diputaciones y otros cargos de elección popular, privando de esos recursos a las comunidades chiapanecas más necesitadas, donde no conocen un hospital a lo largo de muchos kilómetros y donde la gente se muere por coronavirus en la orfandad gubernamental. Seis meses en los que la gente siente pavor acudir a un hospital y prefiere morir en casa, porque el gobierno de AMLO no es capaz de cumplir con el derecho a la salud, como lo mandata el artículo 4° constitucional.
En fin, ya son 6 meses de negligencia criminal, pero no hay criminales; 6 larguísimos meses sin una política gubernamental de Estado en materia de salud, 6 meses de que el gobierno de AMLO dijo tras bambalinas “sálvese quien pueda” o “que se mueran los que se tengan que morir, para que otros podamos vivir”; 6 meses de catástrofe nacional que avanza agigantadamente para completar un repleto Estadio Azteca con más de 100 mil muertos, como lo advierten diversos organismos internacionales. ¡Pobre México!