Morena, ¿membrete sin vida?
¬ Augusto Corro lunes 31, Ago 2020Punto por punto
Augusto Corro
El partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) casi desapareció tras asumir el poder como Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador. Esa organización política se sumió en una especie de letargo, para ser más precisos, se durmió en sus laureles y de su apoyo al dirigente no se vio en los dos últimos años. Fueron las pugnas internas las que aparecían en las noticias, así como los escándalos de violencia en sus asambleas. En Morena ni siquiera pudieron elegir a su presidente a través del voto directo, sino que será por medio de una encuesta pública como se conozca al nuevo líder, cargo que dejó vacante López Obrador.
Y la contienda electoral para la renovación del dirigente se encuentra en plena efervescencia política, es decir, se intensificó por parte de quienes aspiran a participar como candidatos a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena. Entre otros se encuentran Mario Delgado, Yeidckol Polevnsky, Bertha Luján y Alejandro Rojas. En fecha reciente se agregó el politólogo, Gibrán Ramírez, quien al ser entrevistado por el periodista Álvaro Delgado, de la revista Proceso, hizo una radiografía de lo que es el partido Morena en estos días. Dijo que este instituto político en los hechos no existe y que Morena es un membrete sin vida, porque dejó de tener una vida orgánica.
En este espacio ya comentamos que Morena quizá continúe con la mayoría en la Cámara de Diputados, pero con menos legisladores. No puede ser de otra manera, pues la militancia morenista estuvo abandonada los dos últimos años. Las luchas internas no permitieron fortalecer a un partido nuevo que lo hiciera crecer. Sólo se vio el desorden en sus filas protagonizado por los políticos que llegaban de otros partidos en busca de una tablita de salvación que les permitiera continuar con su modo de vida y sus intereses pernales, alejados de la líneas política del partido. La jerarquía de Morena se lanzó contra una de sus principales dirigentes, Yeidckol Polevnsky, quien fue presidenta interina y secretaria general, para acusarla de presunto daño patrimonial, concretamente por el pago de 395 millones de pesos a dos empresas inmobiliarias, por obras inexistentes. De ese tamaño se las gastan los “morenos”.
En Morena funcionan los grupos políticos como ocurría en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) a base de tribus en plena disputa por los mejores cargos, que fue la destrucción del partido del sol azteca. Esa experiencia no es tomada en cuenta por la jerarquía morenista. Si continúan esas pugnas tiernas en Morena, signo de los partidos de izquierda, se le complicarán las elecciones intermedias, porque la militancia del interior del país repite lo que ve hacer a sus líderes en la capital. Son múltiples, pues, los problemas que enfrenta Morena y no se ve al dirigente que los solucione. Son tiempos complejos en que el partido en el poder debe apoyar al presidente López Obrador, pero no parece que los dirigentes lo entiendan.
Por ejemplo, el gobierno federal tiene que resolver tres crisis que nos agobian: la económica, la de seguridad y la sanitaria. Mañana martes, el presidente López Obrador rendirá su Segundo Informe de Gobierno poco esperanzador. La recuperación de la economía tardará mucho tiempo en llegar, la violencia cada día es mayor; y la pandemia sigue incontrolable. En la economía aún no se contemplan las medidas para contrarrestar el desempleo, que amenaza con aumentar; los abrazos en lugar de balazos no funcionan, la delincuencia organizada sigue activa, son miles de víctimas por la guerra entre todos contra todos; en salud, el 29 de agosto, el Covid-19 registraba más de 63 mil decesos. ¿Cuál será la respuesta de Morena al informe de López Obrador? Seguramente de apoyo, aunque por ahora le interesa más realizar la encuesta para elegir al nuevo líder del CEN de Morena, cuyo interés es mayor que las plagas que nos afectan.