Trumpismo y nazismo
Adriana Moreno Cordero miércoles 26, Ago 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
A principios de 1851, Luis Napoleón Bonaparte, quien fungía como presidente de Francia se propinaría un autogolpe de Estado y con ello se proclamó emperador de la Francia, haciéndose llamar Napoleón III al que le apodaban “el pequeño” quien intentó por todos los medios hacer de México una colonia francesa, sólo que se le atravesó Benito Juárez y se quedaría con las ganas de ese protectorado en la nación azteca.
Luis Napoleón era un fascista consumado que rendía culto al racismo. Luis Napoleón era un politicastro mediocre, como actualmente lo es Donald Trump, en Estados Unidos. Pero, al igual que la bestia trumpiana, Luis Napoleón era un populista consumado de derecha, es decir, era un demagogo, mentiroso, pero finalmente un hábil maniobrero; un patrón de la mente humana que se repetiría casi un siglo después en Alemania con Adolfo Hitler otro fascista, quien sostenía la tesis de que la raza aria, es decir la raza blanca era la más pura del mundo.
La radiografía mental de Luis Napoleón III y Adolfo Hitler se repite hoy en EU con Donald Trump, un populista de derecha que no tiene el menor escrúpulo para agredir a musulmanes, a los mexicanos a los que tacha de ser “la basura del mundo” y todo lo que huela a razas que no sean blancas; Instituyó la bestia trumpiana en EU, el racismo exacerbado, la misoginia atroz contra las mujeres, el odio carroñero contra periodistas y la prensa crítica y un demencial racismo aparejado de un contumaz populismo de derecha que ha dividido, como ningún otro presidente al pueblo norteamericano, lo mismo que ocurre en México con AMLO.
A ese ponzoñoso fenómeno, los estudiosos y observadores políticos le han dado en llamar trumpismo. El trumpismo se da en EU no solamente entre sus opositores del partido demócrata, sino también entre los propios republicanos que a casi dos meses de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre se están yendo en desbandada para apoyar la candidatura del demócrata Joe Biden.
El ex presidente norteamericano, Gerald Ford es uno de éstos que trina contra Donald Trump, pues dicen que ha llevado a los Estados Unidos a un desastre económico y de salud a nivel mundial, pues el llamado güero loco se pelea y ultraja a todo mundo y pareciera que el imperio de las barras y las estrellas perdió el pudor y la decencia. Poco les falta decir que Donald Trump es un narcisista que está más loco que una cabra, por lo cual, poderosísimos magnates norteamericanos, demócratas y republicanos han conformado el llamado Estado profundo en el que secretamente y no sólo en EU, sino a nivel internacional se traba un complot para sacar a Donald Trump vivo o muerto de la Casa Blanca, lo cual ha dado lugar a que el llamado Hitler gringo ande con su cantaleta de que habrá “fraude electoral” en EU. y él se negara a reconocer su derrota, en caso de que el trama en las catacumbas del poder se concrete. El pretexto del fraude electoral esgrimido por Donald Trump presagia desde hoy, que habrá un conflicto pos-electoral de grueso calibre y que él está dispuesto a descarrilar a EU, tope en lo que tope.
De ocurrir un episodio de tal naturaleza, un conflicto político-electoral llevaría a los Estados Unidos a un terrible desgaste emocional que profundizaría el desastre económico en momentos en que China, el mayor país acreedor de la deuda norteamericana está en vías de desbancar a EU del pedestal como la primera economía del mundo y faltaría ver si en los próximos dos meses, Donald Trump no es capaz de llevar al mundo a una guerra nuclear para conformar una economía de guerra, que serían los dos ingredientes fundamentales que moverían el nacionalismo norteamericano y todo sería en favor de la bestia trumpiana.
Me pregunto: ¿El Estado profundo logrará sacar de la Casa Blanca a Donald Trump y poner fin al ponzoñoso trumpismo y nazismo?