Y finalmente, AMLO subió al avión
Roberto Vizcaíno martes 25, Ago 2020Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Ayer, Andrés Manuel López Obrador se olvidó de todos los problemas que asedian a su gobierno para centrar sus misiles discursivos y mediáticos, de nuevo, en el avión presidencial.
Y es que, luego de jurar y perjurar que nunca, por ningún motivo, se subiría al José María Morelos, con actitudes de sentir asquito antineoliberal y anti-conservador, el populista de Macuspana posó sonriente al lado del sillón usado por Enrique Peña Nieto en sus recorridos por el mundo.
El pretexto para encubrir su curiosidad fue el de hacer un video de apenas 1 minuto arriba del avión presidencial que ayer subió a sus redes sociales para promover la venta de casi 4 de 6 millones de cachitos para la rifa del 15 de septiembre.
El problema es que hasta el momento, y luego de haber arrancado la venta de billetes de la lotería a fines del año pasado, sólo se han vendido 2 millones 24 mil cachitos, una tercera parte de lo programado.
Eso a pesar de que durante buena parte de sus mañaneras en lo que va del año ha hablado y hablado y hablado del avión.
Como orador viejo no aprende discurso nuevo, López Obrador reiteró su mismo tema, es decir, que:
“Habiendo tanta pobreza esto es un insulto, este avión lo vamos a rifar el 15 de septiembre y lo que se obtenga se va a utilizar para comprar equipo médico y atender al pueblo, compra tu cachito, hagamos historia”.
El video realizado presumiblemente el jueves 20 de agosto, muestra a López Obrador encorvado y con paso cansado subir las escalerillas del avión, para luego hacer un rápido recorrido por la cabina de pilotos, el despacho privado, el baño, la recamara y otros sitios de la nave.
Cazador de símbolos, López Obrador hizo una parada especial para recargarse sobre el respaldo del sillón forrado de tela verde y coronado con el emblemático escudo nacional en hilo de oro y que fue el lugar usado por su antecesor en sus viajes dentro y fuera de México.
Obviamente que el video no muestra si el tabasqueño finalmente se sentó para ver si embonaba o no en el lugar heredado.
Eso sólo lo saben él y quienes le acompañaron en ese recorrido. Yo tengo la sensación de que sí lo hizo. Si no, ¿qué caso tendría haber subido finalmente al odiado avión si no para sentarse donde está el símbolo del poder que ahora él detenta?
En fin, pura intuición periodística. Y un poco de conocimiento de la condición humana de los políticos.
El caso es que ayer AMLO no habló de los niveles de espanto a que ha llegado ya la pandemia, ni los nunca antes vistos de la crisis económica y menos de los números y porcentajes de ejecutados hasta la fecha y que han roto todos los récords anteriores.
Su preocupación fue vender en los siguientes 21 días los 4 millones de boletos de la rifa -que no rifa- del avión presidencial.
Lo que me llamó la atención fue que AMLO se sintiera intimidado por el avión. Y digo que se sintió intimidado porque lo dijo:
En una toma, con el avión de fondo, López Obrador no pudo resistirse a decir:
“… yo me veo pequeño, pero no estoy acomplejado”.
Luego intentaría atemperar lo dicho, al indicar que él es republicano y que para él el poder es sinónimo de humildad.
Y exclamó:
“¡Estos parecían reyes… miren los lujos que se daban!”
Yo, como la señora G. Müller, no soy psicólogo ni psiquiatra, ni siquiera aprendiz en temas de la personalidad, pero sé, por oficio-experiencia y edad, que si alguien habla de que se ve pequeño al lado de algo y además comenta que no se siente acomplejado, es justamente porque se siente así: pequeño y acomplejado.
Lo demás fue una repetición de lo ya muchas veces dicho: que el avión es un ejemplo de cómo se mal gobernaba en el periodo neoliberal y de los excesos que se cometieron, de la ostentación y del nivel de irracionalidad que se tuvo al ponerle el nombre de José María Morelos y Pavón a la nave.
Si uno entra a Google y busca aviones presidenciales de mandatarios en el mundo verá que éste no es más que otra nave de un presidente.
Avión, avión, avión lujoso y formidable por sus avances tecnológicos y sus sistemas de seguridad y de comunicación, el Force-One del presidente de los Estados Unidos. Ése sí es avión.
El José María Morelos es apenas un miserable avión al lado de cualquiera de los príncipes y jeques árabes.
Cómodo, seguro, pues sí. ¿Qué esperaba? Pero nada de qué espantarse ni asombrarse. ¿Alto, grande, imponente? Pues sí, es un avión.
En fin, que ayer López Obrador volvió al multicitado avión para no hablar de que está metido en un endiablado laberinto legal por haber aceptado saber que su hermano Pío recibía en forma subrepticia, sin reportar a nadie, ni a Hacienda ni al INE, millones de David León (muy presumiblemente del gobierno de Manuel Velasco, en Chiapas), lo cual es causa penal para él y su brother y León, porque él entonces era presidente pero de Morena.
Un endiablado laberinto que deberá ser resuelto por el INE, el Tribunal Electoral y por la Fiscalía de Delitos Electorales, que encabeza su compadre José Agustín Ortiz Pinchetti. Instancias todas, donde sus integrantes están maldiciendo hoy el tema, porque lo que menos quieren es enfrentarse a AMLO, pero lo van a tener que hacer porque ya son observados por muchos dentro y fuera de México.
Las presidentas del Congreso rindieron informes
A 7 días de dejar el cargo, la panista Laura Rojas y la morenista Mónica Fernández, presidentas respectivas de la Cámara de Diputados y del Senado, rindieron sus informes de salida.
Fernández indicó que, con la reforma que obliga al Poder Judicial a publicar todas sus sentencias, se avanza en la consolidación de un gobierno democrático, que rinda cuentas, transparente en su funcionamiento y sujeto al escrutinio público.
Consideró que la rendición de cuentas es un principio toral para prevenir y corregir abusos de poder, pues obliga a todos dentro de los poderes, a abrirse a la inspección pública y a explicar y justificar sus actos, pero sobre todo los supedita a ser sancionados.
Laura Rojas, presidenta en San Lázaro, afirmó que la Cámara de Diputados es uno de los principales espacios donde se diseña desde hoy la Agenda 2030.
“Al ser la representación popular y la responsable de la formulación de las leyes que dan gobernabilidad al país, de la fiscalización de la labor del Poder Legislativo, así como de la aprobación del presupuesto federal, es una pieza fundamental para lograr su consecución”, subrayó.
Durante una presentación virtual sobre la “Estrategia Legislativa para la Agenda 2030”, la legisladora afirmó que este documento es la hoja de ruta que recomienda las leyes que requieren ser reformadas en el corto, mediano y largo plazos, a la luz de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y de sus respectivas metas.
“Hoy tenemos la oportunidad histórica de lograr un desarrollo sostenible e incluyente que no deje a nadie atrás y que no comprometa el futuro”, expresó.
Estimó que el momento es idóneo para redoblar esfuerzos, porque “la pandemia por Covid-19 ha supuesto un obstáculo importante en nuestras aspiraciones de cara al cumplimiento de los ODS; aún nos queda mucho trabajo por hacer”.
Resaltó que ejercer el cargo de presidenta de la Mesa Directiva ha representado una oportunidad única para impulsar la instrumentación de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por ello, desde el primer momento de su gestión se dio a la tarea de lograr los acuerdos necesarios para conformar un grupo de trabajo al más alto nivel en la Cámara de Diputados.
Ambas, Fernández y Rojas, vivirán esta semana las vicisitudes que plantean sus respectivas sucesiones. En el Senado, el coordinador de la mayoría de Morena, Ricardo Monreal, adelantó que la elección del presidente del próximo año saldrá de una elección a urna transparente, con notario de por medio, y en la que sólo participen los senadores de la 4T.
En San Lázaro, la sucesión amenaza con ser un caos ya que la bancada del PT ha crecido artificialmente para arrebatarle la presidencia al PRI. En fin, la incertidumbre como en todo lo demás de la nación.
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