Filtraciones ¿qué sigue o quiénes siguen?
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 24, Ago 2020Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Verdades, verdades a medias y mentiras: escándalos mediáticos
Todo inició con la filtración de un documento que se supone debe ser resguardado de manera confidencial mientras sea parte de un proceso judicial, donde los únicos que deben conocerlo son el inculpado y su defensa, los acusadores y la autoridad, pero no, aquí de nada valió el debido proceso ni la figura de presunción de inocencia, ya que al parecer lo que importó fue el escándalo mediático y por eso la publicidad de las declaraciones que hizo el ex director de Pemex y con ello los nombres que revela en una supuesta trama de manejo turbio de dineros públicos y privados.
Así, cuando apenas estábamos por terminar de leer el grueso expediente de Emilio “L”, zas, otra filtración, ahora un video, de la supuesta entrega de recursos como parte de sobornos para asegurar votos en el poder legislativo en la presentación, aparentemente, de las leyes de la llamada reforma energética, lo que de inmediato atrapó el interés de la opinión pública y con ello se desataron toda una serie de verdades, medias verdades y mentiras, que en su conjunto dieron pauta para la especulación, la intriga palaciega y argumentos muchos que al final del día fueron hechos noticiosos.
No acababa nuestra sorpresa, cuando las redes sociales ya nos tenían otro distractor, perdón, otro hecho noticioso, ahora era el turno para el hermano del primer mandatario de la nación, se trataba de la entrega y recepción de dinero en efectivo, y en estos casos prejuzgar procedencia y fines sería como abonar al proceso de desinformación vividos en los últimos días, donde tal vez los actores involucrados, algunos, se regocijaban, otros seguramente buscaban la orientación de sus abogados, unos más se deslindaban y hasta retaron a la autoridad a probar “los infundios”, y en todo este mar de la desinformación las redes sociales se incendiaban con debates ficticios sin mayores elementos que sus dichos.
VOY CON TODO.- Es muy probable que este tipo de fenómenos que desinforman, las filtraciones, sean apenas el inicio de la guerra sucia a lo que las campañas políticas nos tienen acostumbrados y como el año electoral 2021 ya se asoma, lo recomendable es que nos acomodemos y con palomitas en mano tengamos paciencia para esperar los siguientes capítulos en este tipo de historias que hablan de fobias más que de filias. ¿Pero, en términos periodísticos, qué es una filtración?
Las filtraciones son un dato o un conjunto de datos procedentes de una o varias fuentes que desean mantenerse en el anonimato por diversas razones, referidos a acontecimientos que pueden impactar con suma facilidad y rapidez a quienes van dirigidos, sea una o varias personas o instituciones en su conjunto, aclarando que en la mayoría de las veces estas informaciones son verdaderas o al menos contienen verdades a medias y sin descartar las mentiras o “fakes”.
Es muy común ver que en las redacciones este recurso (las filtraciones informativas) sea utilizado bajo conceptos que indican que lo informado no necesariamente tiene una fuente de credibilidad o veracidad del asunto, ya que lo mismo se habla de “trascendidos” que de “fuentes bien informadas”; “fuentes a las que se les resguarda su personalidad, por seguridad”; “fuentes que pidieron el anonimato” o bien “fuentes a las que les protege para evitar represalias” o porque son “mis fuentes” y hasta se dice que “no hay una fuente” y en general cada emisión o publicación de estas informaciones contribuyen a enrarecer el clima informativo en el panorama nacional o bien puede afectar reputaciones de familias o personas en particular.
José Woldenberg, en una de su colaboraciones al diario La Jornada, de 1995, señala que “la filtración es siempre una información parcial, cuya fuente nunca se puede ubicar con precisión. Es un producto altamente buscado por ciertos medios de comunicación, y eventualmente puede servir para establecer una relación de colaboración entre la fuente oculta y el difusor. Sin duda, aclara, vende periódicos y aumenta el rating, pero nada tiene que ver con la justicia”.
Entonces, las filtraciones no tienen un fin definido, pero en general este tipo de informaciones sirven para alertar sobre algo a alguien, para dañar la fama pública de alguna persona; pueden ser utilizadas, inclusive, para conocer la reacción de la opinión pública sobre algún asunto en particular o para medir la aceptación o rechazo de alguna nueva medida. Y al respecto algunos autores o teóricos de las ciencias de la comunicación advierten que hay que tener mucho cuidado con la utilización de este recurso para no confundirlo con el periodismo de investigación. Que conste.
VA MI RESTO.- Como podemos ver, las filtraciones muy pocas veces ofrecen pruebas que sustenten sus dichos y también la mayoría de las veces éstas dan por hecho lo filtrado al amparo de tan socorrido refrán que sentencia “el que calla otorga”, y ante esto, la pregunta que nos hacemos es ¿Qué filtración sigue y quiénes serán los actores?, porque al parecer esto va para largo y el escándalo tal vez sea mayor ¿o menor?, y hasta ahí porque como veo doy.