Cochinero
Armando Ríos Ruiz lunes 24, Ago 2020Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
La semana pasada estuvo envuelta en un verdadero cochinero del cual, el Presidente esperaba emerger con una rama de laurel en la mano. Pero no. Le resultó el chirrión por el palito, como dice el dicho popular. Lo que aconteció en torno a las declaraciones de Emilio Lozoya fue opacado por un video presentado por el periodista Carlos Loret de Mola.
En dicha grabación, que a estas alturas todo mundo ha visto, aparece su hermano de nombre “Pillo” López, o algo así, con un individuo que se llama David León, en el cual se ve que el último entrega un paquete de dinero al cual le faltan 30 mil pesos, que ahí aclaran, serán incluidos en el siguiente mes.
De inmediato, el mismo primer mandatario se apuró a desdeñar el asunto, con el dicho de que ya sabía que ese video existía, para restarle importancia. Otros correligionarios y seguidores también hicieron lo propio, en un intento por componer lo imposible: que muchos se dedicaron a recolectar aportaciones del pueblo para ayudar en la campaña.
Tanto el mandatario, como algunos de sus colaboradores sostuvieron: “no somos iguales”. Se refirieron a los antecesores, a quienes no han cesado en fustigar y señalar como los peores. El argumento más fuerte expuesto, pero por encima de todo, el más ridículo, consistió en remachar que aquellos robaban mucho y ellos menos. Aquellos en maletas y ellos en portafolios.
¿Se acuerdan de Hilario Ramírez Villanueva (Layín), quien como candidato independiente a presidente municipal de San Blas, Nayarit, dijo en campaña que había robado poquito en una administración anterior? ¿Que le dio una “rasuradita al ayuntamiento porque estaba pobre?” Pues se repitió la historia. Ahora robar poquito es menos delito que robar como lo hacían en el pasado. ¡Deveras, cuánto cinismo ante seguidores que sólo demuestran pensar también muy poquito!
En el video está a la vista un proceso de entregas de dinero, periódico, sistematizado, mensual, que habla de un compromiso para una actividad definida. Sólo un chairo sería capaz de creer que es para todo, menos para una campaña y que jamás se trataría de algo fuera de la ley, porque es un quehacer para favorecer a su irreprochable redentor.
El Presidente, ya en campaña, en realidad lo único que sabe hacer -Hasta hoy no ha dado resultado absolutamente en ningún rubro. Que un chairo me demuestre lo contrario-, ha montado ésta en la cita cotidiana y a todas horas, del combate a la corrupción que emprendió desde su llegada a la Presidencia.
Esta acción le ha redituado la simpatía de parte importante de la población y es la práctica más repudiada por todos los mexicanos. Mentira -que por cierto también le reditúa-, que quienes son tratados de conservadores sólo porque no piensan como él, pretendan defender el pasado, batido, revolcado en el cuérrago de la corrupción, como machaca mañosamente.
Pero su actuar a escasos dos años en la primera magistratura, lo ha desnudado poco a poco frente a la verdad. Tiene tantas manchas como la exhibida por decenas de mandatarios que le antecedieron, lo mismo en campañas como ya sentado en esa silla que le quedó inmensa.
Hoy en día, no son pocos los que han comenzado a formularse muchas preguntas: “¿cómo hizo ese hombre tan honesto para sobrevivir sin trabajar tantos años? ¿Cómo han hecho sus hijos para mantenerse en iguales condiciones y repentinamente emerger como flamantes empresarios, propietarios de empresas millonarias?
Viajan en aviones privados. Vacacionan en los lugares más caros del mundo; en verdaderos paraísos de España, de Dubái y de otras partes. Mucha gente ha investigado la existencia de sus flamantes empresas y asegura que en Internet no ha encontrado ningún dato de las mismas. ¿Puede ser el cielo tan pródigo con ellos? ¿Además de maná les envía dinero con exceso?