Ya antes hubo otros testigos protegidos que terminaron en nada
Roberto Vizcaíno viernes 21, Ago 2020Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
En casa le decíamos Memo, sus amigos y compañeros
lo llamaban Rubén, para unos y otros mi hermano siempre
fue inteligente y cálido, amigo en serio… ayer se nos adelantó.
Tiempo infame éste, se presta a las confusiones y el manipuleo. Así recuerdo que, en tiempos del asesinato de Kiki Camarena, que nunca supe bien a bien si era agente de la DEA o narco, al parecer ambas cosas, surgieron en la entonces PGR personajes que, como testigos protegidos, implicaron a policías y políticos a diestra y siniestra.
Al igual que hoy, eso en nada ha cambiado, se filtraban las revelaciones de que tal había escuchado en un encuentro en tal lugar entre jefes narcos, que fulanito había recibido tanto dinero o se había prestado a la fuga de aquel otro.
Así cayeron en prisión muchos personajes conocidos, quienes alegaban, como los implicados hoy por Emilio Lozoya, inocencia y persecución política, o por simple venganza.
Tiempo después, algunos de esos testigos protegidos confesaron que muchos de sus dichos eran inventados para satisfacer a funcionarios en turno de la PGR quienes así lanzaron al aparato de justicia contra enemigos políticos o delincuenciales.
Con base en aquella experiencia y otras similares en el mundo, el caso de Lozoya es simplemente espectacular. Único. No creo que exista en ningún otro país otro testigo protegido de tal nivel y alcances. Las acusaciones del ex director de Pemex implican ya hoy a tres ex presidentes de la República, y a todo un grupo de ex funcionarios, ex senadores y ex diputados que, si se tratara de tamales, sería un bote donde hay lo mismo de dulce, que de manteca o chocolate. Ahí hay tal revoltura de posiciones, intereses ideologías y partidos que no se salva casi nadie de los “importantes” en los sexenios de Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y hasta de Carlos Salinas.
Engolosinado casi hasta el atasco con las confesiones de Lozoya, el presidente Andrés Manuel López Obrador reparte candela sin conmiseración para todos lados y no hace falta que diga: “se los dije” para levantar el dedo acusador en contra de los corruptos de los gobiernos del ayer.
Los de hoy, afirma el senador Germán Martínez -un ex panista que al parecer comienza a arrepentirse de ser de Morena-, serán medidos mañana con la misma vara que hoy se mide a los del pasado reciente. Eso será inevitable.
¿Prosperará alguna de las denuncias presentadas hoy de unos contra otros? Ni idea, pero ni importa porque lo que le interesa a López Obrador está sobradamente cumplido: dejar la percepción en las mayorías ciudadanas -ésas que todo le creen-, que todos los políticos y funcionarios anteriores eran corruptos.
Ya el gran periodista francés-argelino creador de Nouvel Observateur, Jean Daniel, advertía que para las masas incultas -ésas que por ser muchos, votan hasta por pendejos, decía Facundo Cabral-, lo importante no es que algo sea verdad, sino verosímil… es decir, aquello que parece verdad.
En su denuncia, filtrada y ahora en posesión de quienes menos uno se imagina, Lozoya afirma lo mismo haber entregado en un estacionamiento de la Cámara de Diputados casi 7 millones de pesos a Ricardo Anaya, que haber sido testigo de que en un vuelo en el avión, de la ahora rifa de AMLO, el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, regaló un Ferrari al entonces presidente Enrique Peña Nieto.
Peña Nieto habría dicho entonces: “vengan, vengan… ¡miren lo que regaló Javier!” y entonces habría enseñado a los otros pasajeros le factura y las llaves del Ferrari al tiempo que ordenaba abrir tres botellas de un vino supercaro.
Una escena que en serio nadie con más de 15 años de edad podría creer. Bueno, quizá “el pueblo bueno” sí.
Y así, las otras historias de Lozoya.
Tiempo infame en que domina la manipulación por sobre los dictados del Derecho y la Justicia. ¿Y el debido proceso?, dirán algunos. ¿Qué es eso?, responderán los otros.
Así avanzamos hacia las elecciones de junio de 2021, que son lo que realmente importa.
Monreal opina
En este contexto, y frente a las supuestas declaraciones de Emilio Lozoya hechas por él a la Fiscalía General de la República -que encabeza Alejandro Gertz Manero-, y que involucraron directamente a legisladores de las LXII y LXIII del Congreso, tanto en la Cámara de Diputados, como en el Senado de la República, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal, dijo que éstas deben ser causa de una amplia investigación judicial.
Una indagatoria que aclare si realmente los tres ex presidentes de la República señalados por el ex director de Pemex, así como algunos senadores, especialmente del Partido Acción Nacional y otros personajes de la vida pública, estuvieron realmente implicados en lo que se les acusa.
Monreal aseguró que el presidente Andrés Manuel López Obrador está convencido de que se debe acabar con la corrupción y la impunidad en México, sobre todo, las que ocurrieron en las recientes administraciones.
“La denuncia interpuesta por Emilio “L” contra ex presidentes, gobernadores y ex legisladores es un hecho inédito que desnuda actos de corrupción y quebranto institucional. Como servidor público, nunca había visto a un Presidente dispuesto a ir a fondo…
“¡Vaya que sí hay un cambio real!”, subrayó.
Mientras tanto, Ricardo Anaya, ex dirigente nacional del PAN, ex presidente de la Cámara de Diputados y ex candidato presidencial por Acción Nacional; José Antonio Meade, ex secretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores y ex candidato presidencial del PRI, así como el ex perredista y actual gobernador de Puebla por Morena, Miguel Ángel Barbosa, y otros ex legisladores, que ahora mismo ocupan cargos de elección popular como los gobernadores de Tamaulipas y Querétaro, han señalado ser inocentes y afirman que ni siquiera conocen a Lozoya, a pesar de que por redes sociales circulan fotos y videos de todos ellos y otros muchos al lado del ahora “testigo colaborador”.
¿Qué no entiendes? ¡es por encuesta!
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el famoso Trife, ordenó ayer de nuevo a Alfonso Ramírez Cuéllar iniciar de inmediato un proceso para que las nuevas dirigencias del partido sean electas vía una encuesta.
Luego de este nuevo ordenamiento, un grupo de poco más de 140 diputados federales de Morena advirtieron al dirigente provisional que no es ya hora de no hacer caso de los dictados del Trife.
“A estas alturas no pueden mandarse al diablo las instituciones. Por el contrario, se deben respetar las sentencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, sea cual sea el fallo”, indicaron.
En una carta abierta, estos legisladores exigieron a la dirigencia y a los órganos de gobierno de Movimiento de Regeneración Nacional la renovación de mesas directivas y dar fin de una vez por todas a los interinatos, ya que éstos crean incertidumbre además de que violan los estatutos partidistas.
En su texto, los legisladores morenistas denuncian que las dirigencias interinas han ignorado el constante llamado a realizar una encuesta abierta y llevan más de un año en desacato a las sentencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que en reiteradas ocasiones ha sentenciado a que se realice una encuesta abierta con los simpatizantes y militantes de Morena.
Y calificaron como ilegítimo el argumento de una “intromisión en la vida interna de Morena”, puesto que quienes así lo señalan, tienen intereses facciosos para prorrogarse indefinidamente, dijeron.
Así las cosas en Morena, donde al parecer los del ala radical no quieren soltar el poder por la vía democrática y se aferran a viejas prácticas, pese a los llamados del fundador del partido!
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