El sedentarismo mata más que la “chatarra”
¬ Sócrates A. Campos Lemus lunes 17, Ago 2020¡Que conste,.. son reflexiones!
Sócrates A. Campos Lemus
MI ABUELA ROSALÍA tenía un especial toque para la comida, seguramente era su amor y la dedicación que ponía en todas las cosas, se sentaba cada día y con un gancho tejía largas tiras de tejido que se convertían en manteles o colchas y esa paciencia mostraba en todo lo que emprendía, con esa paciencia fabricaba los chorizos que tanto nos alegraba recibir en casa, los guisos, cuando mi padre acudía a verla y nos llevaba con aquellos caldos locos de gallina que eran la delicia o las enchiladas huastecas o las huevas fritas o asadas que tanto extraño en mis días de recuerdos y sabores, fabricaba el chocolate moliendo en el metate de piedra negra, gastado por el uso, las semillas de cacao, la canela, el toque de piloncillo y los demás secretos del aroma y sabor, siempre usaba manteca de cerdo para sus guisos y en los días previos a los “días de muertos” se empeñaba en hacer los panes de la ofrenda o los dulces de guayaba que nos deleitaban cuando teníamos permiso de comerlos después del día de muertos, al lado de su casa en Tianguistengo, vivían un par de ancianos que mantenían las lumbradas y los cazones de cobre para fabricar los dulces tradicionales o endulzar las frutas que se vendían en los mercados, llenos de sabor los limones con coco, las cáscaras de naranja, los acitrones, las piezas de alegría con miel de abeja y cubiertas de nueces o cacahuates y esos dulces los consumimos por años y hasta ahora que le han puesto muchos datos y trabas a los consumos, nos dicen que son para la engorda.
La realidad es que eso no sucedía por la simple razón que, en aquello años, los niños y jóvenes no estaban encerrados en las casas viendo televisión o chateando en el internet y los teléfonos, al contrario, nos tenían que andar llamando para meternos en las casas porque andábamos pedaleando bicicletas, jugando a la pelota o a las escondidas y haciendo toda clase de ejercicio y juegos que consumían las calorías de más y no existía la gordura, hoy, se le culpa a los alimentos, pero no es así, son las costumbres y los hábitos cambiados al sedentarismo y eso es lo que deben de corregir, no el consumo de los dulces mexicanos, como que siempre nos confundimos al analizar las cosas y la demagogia nos nubla el entendimiento y nos hace perder la realidad y los caminos.
Mi tía Enriqueta tenía una pequeña fábrica de refrescos que se vendían por la sierra, ahí se lavaban con mucho jabón las botellas y se llenaban las botellas en aquella máquina que ponía el gas y sellaba la botella con el pedalazo para imponer la corcholata. La tía decía que le pedían que fueran con mucho dulce y mucho gas, era lo que les gustaba más por la sierra y en los pueblos y no supimos jamás de daños y males, porque siempre, en cualquier casa, los consumos eran moderados y no dependíamos de eso que ahora se convierte en drogas y daños. Finalmente, lo que nos mantenía eran los consumos moderados de todo y el ejercicio que niños y adultos daban en sus días. Los que se quedaban abanicando en sillas se convertían en flojos y huevones y eran mal vistos. Los maestros, en las escuelas del campo, tenían al lado de la casa del maestro la parcela escolar y ahí llegaban los maestros y niños a trabajar, sudaban y aprendían los usos de los instrumentos y las ventajas de los sistemas nuevos y semillas seleccionadas, en las escuelas tenían los campos y los montes y para eso ocupaban las campanas fabricadas en Tlahuelompa para llamar cuando el recreo terminaba y no teníamos el problema del sobrepeso, ahora, no es con simples leyes que se resuelven los conflictos y problemas, es llegando a las causas y sí, la causa más peligrosa es el sedentarismo y la falta de campos para el ejercicio y los juegos y disciplinas para hacerlo, es donde debemos poner la atención y demandar la acción. Programas reales, no demagogia y publicidad política que no sirven para nada.
Y ahora el tema del sobrepeso se complicará mucho más y no es por el consumo, sino por el sedentarismo y la falta de lugares para el ejercicio, la educación será en casa, comiendo y viendo los programas de televisión, encerrados, los chicos en vez de que puedan tener programas para salir a lugares seguros para hacer ejercicio y que gasten calorías y acostumbren el cuerpo a fortalecerse y tener fuerza y calidad de vida, en las casas se siguen, por comodidad o por falta de conocimiento, cocinando comidas que engordan y no alimentan adecuadamente, es mucho más sencillo para las familias poner botellas de refresco para que consuman los hijos que hacer aguas de frutas con alimentos balanceados y mejor consumen hamburguesas llenas de grasa y conservadores que alimentos sanos y que sirvan para el buen desarrollo y alimentación, y así, en vez de entender el asunto, solamente porque algún político que no recibió la “mochada” o que se siente inspirado culpa sin más a los refresqueros de los males de gordura en vez de entender que es el sedentarismo lo que se debe atacar y buscar que los niños y adultos no se queden sentadotes viendo televisión y observando como tontos los memes del celular y que se pongan a realizar ejercicio que es lo que les va a salvar y mantener en buenas condiciones, y para ello, la responsabilidad también es de las escuelas porque no sólo es mantener la educación en línea, sino están obligados a darles educación a todos para que se mejoren talentos y cuerpos, mentes sanas y cuerpos sanos, y para ello nos falta a todos imponer los mejores sistemas de ejercicios en casa o en los espacios reducidos en los que ahora tenemos confinados a niños y adultos que, sin duda, engordarán más y enfermaran más porque la inactividad y el sedentarismo mata mucho más que los refrescos o las papitas y esto hay que aclararlo y decirlo para que tomemos conciencia y no estemos en el círculo vicioso de la demagogia que solamente confunde las cosas y no encuentran las soluciones adecuadas a los problemas reales, así que todos a entender que el sedentarismo y la inactividad física mata más que los consumos, y esto se debe evitar para ponernos en movimiento todos, el ejercicio es la salvación y la salud de los niños y adultos con sobre peso, no las lamentaciones y lloriqueos de grillos oportunistas.