Cercana, la extinción del PRD
Ramón Zurita Sahagún martes 11, Ago 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Durante 25 años el PRD estuvo considerado como el partido de la izquierda que podría conquistar la Presidencia de la República y en las elecciones presidenciales en las que compitió llegó a quedar ubicado en dos ocasiones en segundo lugar y en una de ellas, fue considerado perdedor por menos de 0.5 por ciento de los votos.
El PRD siempre fue el partido del que se colgaban las otras organizaciones minoritarias para hacer alianzas y así obtener su cuota de diputados y hasta senadores.
Fueron 25 años en que los jerarcas del sol azteca repartían entre ellos los cargos de elección popular plurinominales, saltando de una cámara a otra o hasta aprovechando las locales.
En esa ruta de los 25 años, los perredistas conquistaron varios gobiernos estatales, desde el de de Michoacán tres veces, el de Zacatecas, Chiapas y Guerrero un par de ocasiones, el de Baja California Sur, Tlaxcala, Oaxaca, Morelos, Tabasco, manteniendo como divisa de ellos el Distrito Federal (Ciudad de México) ganado hasta cuatro veces.
Sin embargo, vino el resquebrajamiento del partido, el que se venía gestando desde varios años antes, debido a las disputas internas por el control de los principales cargos en disputa, donde el choque de las corrientes se producía con gran frecuencia.
La pelea por la dirigencia nacional dejaba saldos que no permitían la reconciliación, por lo que las paredes del partido se fracturaron e hicieron crisis cuando en 2014, el Movimiento de Regeneración Nacional recibió la aprobación para convertirse en partido político.
El éxodo de militantes de la izquierda del PRD a Morena se produjo rápidamente y en 2015 se enfrentaron en las urnas, en el principal reducto de los solaztequistas, dejando en claro el nubarrón que se pintaba en el horizonte del partido fundado el cinco de mayo de 1989.
Ya para entonces el PRD había dejado de ser el partido ancla, al que se sumaban los pequeños y se colgaba del partido de la derecha (PAN), para conseguir triunfos en los que le compartían una pequeña rebanada del jugoso pastel.
De esa manera se conseguían medallas que no le correspondían como los triunfos en los gobiernos de Puebla, Sinaloa, Durango y otros más, mientras los votos directos para el PRD disminuían drásticamente.
Para 2018, Morena convertido en locomotora arrasó con ellos y con los demás opositores, dejando casi en la orfandad al perredismo, al perder sus bastiones de CDMX, Tabasco y Morelos y quedarse únicamente con un gobierno estatal, el de Michoacán.
Para los comicios de 2021 se viene la renovación del Ejecutivo michoacano, donde Silvano Aureoles Conejo está catalogado como uno de los tres peores gobernantes de la actualidad y poco podría hacer para mantener esa entidad en manos de un militante o simpatizante del PRD.
Su carta fuerte es su propio hermano, el senador Antonio García Conejo, quien causa poco entusiasmo entre la militancia, por lo que el PRD tendría que optar por recurrir a sus alianzas de los años recientes, en que se suma al PAN y recibe una pequeña porción de las escasas victorias que se logran.
Michoacán se avizora como el último reducto del perredismo y puede constituir el derrumbe de un partido que ya no tiene razón de existir y que en los comicios más recientes recibió la repulsa de un electorado que durante varios lustros se animaba a votar por ellos.
2021 puede constituir la extinción del PRD, luego de que en 2018 las elecciones federales los dejaron con un saldo de poco más de cinco por ciento de los sufragios depositados.
De los saldos dejados por la cada vez más escasa militancia, poco es lo rescatable y ninguno de ellos representa opción para contender por una de las 15 gubernaturas en disputa, por lo que se tendrán que colgar nuevamente con uno de los partidos con un poco más de representación, aunque las condiciones serían desfavorables para la otrora opción de izquierda.
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Ante el arraigo de la pandemia que se niega a descender en México, los senadores preparan alternativas para sesionar durante la contingencia.
Y es que el primero de septiembre se inicia el tercer año de la LXIV legislatura y Ricardo Monreal Ávila, coordinador de la mayoría senatorial, anunció medidas jurídicas y legislativas para que la llamada Cámara Alta sesione a distancia y en forma digital.