Van por una estrategia de seguridad transexenal
Roberto Vizcaíno jueves 18, Feb 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Así, lo que nosotros sí podemos decir es que si las cosas avanzan, el próximo Presidente de la República ya no deberá preocuparse por trabajar en una política de seguridad nacional y de seguridad pública porque su partido ya la negoció y acordó desde antes con las otras fuerzas políticas
El inusitado, inédito encuentro se realizó durante la tarde-noche de anteayer, a puerta cerrada, en el Senado de la República.
Por la posición y cargos de los participantes, el recinto donde se efectuó la reunión fue revisada exhaustivamente por expertos. Los temas y asuntos a tratar requerían que no hubiera micrófonos ocultos ni nada que propiciara filtraciones.
Por ello también todos los asistentes, secretarios y secretarias, edecanes y meseros se quedaron fuera al igual que todos los celulares, grabadoras y otros equipos electrónicos.
En fin, sólo se quedaron ahí, sentados alrededor de una mesa ovalada los secretarios de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván; el de Marina, almirante Mariano Francisco Saynes; el de Seguridad Pública, Genaro García Luna y el de Gobernación, Fernando Gómez Mont así como el procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez.
Enfrente de ellos quedaron los integrantes de la Mesa de Concertación Política del Senado, Gustavo Madero (PAN); Carlos Navarrete (PRD), Manlio Fabio Beltrones (PRI), Jorge Legorreta (PVEM), Luís Maldonado (Convergencia) y Ricardo Monreal (PT).
En forma adicional fueron convocados también el panista Santiago Creel y el priísta Melquíades Morales así como el tricolor Jorge Mendoza, el blanquiazul Felipe González y el perredista René Arce, estos tres últimos miembros de la Comisión Bicamaral.
Los 5 más altos funcionarios federales que integran el Gabinete de Seguridad Nacional y de Seguridad Pública luego del propio Presidente de la República y 11 senadores de todas las fuerzas políticas representadas en el Senado mexicano.
Fue en si el primer gran encuentro en el cual los jefes de las fuerzas armadas y policiacas, judiciales y de inteligencia se subordinaron ante el poder legislativo del país.
Y no sólo eso, acordaron mantenerse en una especie de sesión permanente cuya siguiente reunión está programada para realizarse en no más de 10 a 15 días.
Ahí se dieron varios hechos y se llegaron a conclusiones por demás trascendentes.
La primera y más importante —luego de la subordinación misma del poder militar al poder político por primera vez en México—, es que llegaron a la conclusión de que:
“Coincidian que los cambios en los modelos criminales, su articulación transnacional y el incremento en las adicciones, ha rebasado el ámbito de la seguridad pública para incidir en el ámbito de la seguridad interior de nuestro país, y que la gravedad del problema y su complejidad requieren no sólo una estrategia integral sino una visión transexenal de largo plazo”.
Al buen entendedor, pocas palabras:
-Si están sentados los representantes de todas las fuerzas políticas de México a la misma mesa en una especie de conferencia permanente sobre Seguridad Nacional y Seguridad Pública, frente a los responsables de las fuerzas armadas, de las policías federales, de los aparatos de Inteligencia Nacional y del fiscal general de la Nación, entonces ahí se puede concertar un acuerdo, para aplicar una política que derive en una estrategia y en programas que vayan más allá de este sexenio.
-Es decir: que el próximo Presidente de la República, sea del partido que sea, lleve el nombre que lleve, deberá continuar y respetar ese acuerdo.
Todo eso y más porque las fuerzas políticas, al estar sentadas a esa mesa y al recibir la información confidencial oportuna del más alto nivel, y poder participar en su reorientación, automáticamente forman parte de las políticas de Seguridad Nacional y de Seguridad Pública de México.
A partir de antenoche este grupo de senadores, coordinadores de sus fracciones y miembros de la estructura de gobierno del Senado de la República, conoce todos los programas y estrategias del gobierno y, estén o no de acuerdo con ellas, ya no podrán criticarlas públicamente porque forman parte del grupo que las dirige.
Todos los legisladores participantes en el encuentro quedaron no sólo comprometidos políticamente en las políticas, estrategias y en los programas de seguridad pública del régimen, sino que tuvieron que comprometerse y jurar, a respetar las reservas establecidas por el artículo 60 de la Ley de Seguridad Nacional.
Es decir, en los hechos renunciaron a poder usar su derecho de inmunidad que les da su condición de legisladores federales.
Es obvio que a partir de antenoche quedaron sometidos a la vigilancia de los cuerpos encargados de la seguridad nacional.
No pueden comentar ni siquiera a su perro o gato, ya no digamos a nadie en su familia u oficina, amigos de tertulias o compañeros de cámara o partido, nada de lo que escuchen y se enteren en esos encuentros con los integrantes del Gabinete de Seguridad que se realizarán constantemente en el futuro.
De acuerdo a lo que sí pueden comentar, varios de ellos explicaron a reporteros que los miembros del gabinete de seguridad les expusieron las estrategias seguidas y les informaron de los alcances de cada operación contra la delincuencia organizada y el narcotráfico, desde la conflictiva Ciudad Juárez hasta el último lugar del país.
El encuentro duró quizá unas 6 horas y en ese tiempo les fueron presentados uno a uno los reportes de todos los miembros del gabinete de seguridad y de sus respectivas fuerzas, agrupaciones e instituciones.
Evidentemente que no pudieron informar de los detalles ni de los nombres de los jefes de los cárteles de la droga, el secuestro, la extorsión de que hablaron.
Lo más que pudieron señalar es que:
“El Gabinete de Seguridad Nacional y quienes integran la Junta de Coordinación Política del Senado, así como la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional revisaron la estrategia del gobierno en el combate al crimen organizado.
“Y abordaron los temas de Ciudad Juárez, Chihuahua, Torreón, Coahuila y lo relativo al sistema de cooperación México-Estados Unidos a través del Plan Mérida” y que están conscientes que “el encuentro constituyó en sí un hecho inédito” que generó un importante “nivel de corresponsabilidad”.
Ahí, “los senadores de los seis grupos parlamentarios recibieron un informe de las actividades que el Ejército Mexicano y los cuerpos policiacos desarrollan en el país, las estrategias que están aplicando, los resultados obtenidos y dónde se registran fallas”.
En fin, puras generalidades que advierten que se trataron asuntos verdaderamente graves y se conocieron de las actividades de personajes imposibles de mencionar porque eso significaría alertarlos de que van sobre de ellos.
Acordaron que además de la necesaria visión integral transexenal que debe prevalecer entre todos ellos, es necesario alcanzar un pacto lo más amplio posible para convertir esta visión transexenal en una política de Estado que involucre a los tres poderes, los tres órdenes de gobierno y que todo eso incluya la incorporación de la sociedad y sus organizaciones civiles.
Así las cosas, lo que nosotros si podemos decir es que si las cosas avanzan, el próximo presidente de la República ya no deberá preocuparse por trabajar en una política de seguridad nacional y de seguridad pública porque su partido ya la negoció y acordó desde antes con las otras fuerzas políticas.
¿Cómo la ve?