La renuncia de Jiménez Espriú
Ramón Zurita Sahagún viernes 24, Jul 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Esperada y todo, la renuncia del secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, causó conmoción en el ámbito político, por ser uno de los pocos personajes que formó parte del gabinete de Andrés Manuel López Obrador hasta en tres ocasiones, dos en forma fallida y la real, en la actualidad.
El propio Presidente había adelantado hace un par de días que existían diferencias con este personaje que se mantuvo cercano al Ejecutivo federal en todos sus intentos electorales por la Presidencia de la República y que finalmente decidió abandonar el barco en plena tormenta.
Con la renuncia de Jiménez Espriú se eleva a tres los miembros del gabinete que han renunciado en menos de dos de gobierno: primero fue el titular de Hacienda, Carlos Manuel Urzúa; le siguió Josefa González (Blanco) Ortiz, encargada de Semarnat y ahora se produce la del secretario de la SCT.
Jiménez Espriú es reconocido profesionalmente, sin embargo tuvo varios conflictos en su desempeño como titular de la SCT, siendo el más reciente con el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, por una disputa por el cobro de cuotas en una carretera del mencionado estado.
Pero antes de eso, el entonces titular de la SCT olvidó declarar un departamento en Houston y ahora con su renuncia surgen dos versiones: una que habla de la inconformidad del ahora ex secretario por la entrega de la operación de los puertos a las fuerzas armadas y otra que lleva a la extradición de Emilio Lozoya y la eventual relación de la familia del secretario con la empresa Odebrecht.
El embrollo de los familiares de Jiménez Espriú puede generar un nuevo drama, por la relación de la empresa Grupo Idesa, vinculada a los negocios con Pemex, empresa paraestatal de la que fue director Pascual Gutiérrez Roldán, suegro de Jiménez Espriú.
De 83 años de edad, el renunciante titular de la SCT, es ampliamente reconocido en el terreno profesional y en su desempeño durante el ejercicio público, aunque en su papel de titular de la SCT dejó mucho que desear y algunos lo consideraban como uno de los varios floreros con que cuenta el Ejecutivo federal.
Antes de ser titular de la SCT había ocupado la subsecretaría de Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico en la administración presidencial de Miguel de la Madrid y trabajó en varias administraciones en el gobierno federal y su relación se hizo cercana con el actual Presidente al que acompañó en sus tres campañas, la de 2006, 2012 y 2018.
La secretaría de Comunicaciones, de la que hoy es titular Jorge Arganiz Díaz Leal, ha sido punto de conflicto durante varias décadas y por ella han desfilado personajes sumamente polémicos, algunos de ellos denunciados por supuestas corruptelas, como es el caso de Eugenio Méndez Docurro, quien con un amplio currículum que abarcaba la dirección del Conacyt y del IPN, fue acusado de peculado y fraude, por lo que tuvo que cubrir un desfalco en Correos, para no estar en prisión.
Recientemente Gerardo Ruiz Esparza fue señalado como parte de una red supuesta de corrupción en esa dependencia, escándalo que se apagó con la muerte del ex titular de la SCT.
Han pasado también por esa dependencia otros personajes que no dejaron buen sabor de boca como son los casos de Juan Andrew Almazán y Maximino Ávila Camacho en el pasado y Emilio Gamboa, más recientemente. Los dos primeros generales y el tercero licenciado en Relaciones Industriales, ajenos totalmente a los temas de la SCT
Y es que en diferentes etapas de la vida del México moderno, la secretaría de Comunicaciones y Transportes ha sido en gran parte la encargada de la transformación del país, construyendo carreteras, caminos rurales, autopistas, además de normar todo tipo de comunicaciones, las aéreas, terrestres y hasta las tecnológicas.
El nuevo secretario es un ingeniero civil con amplia experiencia, tanto en el sector público como privado, donde ha destacado como consultor de empresas trasnacionales y fue secretario de Obras del gobierno capitalino, bajo la gestión de Marcelo Ebrard, por lo que se le considera una pieza insertada como parte del equipo del secretario de Relaciones Exteriores.