Los medios de comunicación oficiales
¬ Mauro Benites G. miércoles 22, Jul 2020Municiones
Mauro Benites G.
Oportuno el distractivo, el conflicto de extradición de los ex funcionarios acusados de corrupción, y ante este no ha trascendido el proyecto de compra de diversos y variados medios de comunicación, de parte del gobierno, para que éstos contrarrestaran los comentarios de los errores constantes y crecientes de AMLO.
Sin duda las comunicaciones actualmente no tienen límite: la prensa escrita, la televisión, el radio y sobre todo y ante todo la gran gama de redes nos tienen o deberían de tener en una orientación actualizada y sobre todo objetiva de la situación en todos y en toda la diversidad de los tópicos político sociales.
El escritor Giuseppe Rensi nos dice al respecto de los medios “El hecho -siempre presente en nuestra vida- de que no se pueden cambiar las cabezas y hay, por lo tanto, que cortarlas, de una u otra forma- ostracismo, destierro, prisión, potro, hoguera, fusil- eliminarlas, es lo que acaba de patentizar la imposibilidad de la persuasión. Semejante imposibilidad se ha intensificado y a crecido mucho en la época moderna, precisamente por obra del medio que desde un principio debía servir por excelencia para hacer la persuasión posible y fácil: la prensa.
Este aumento de dificultad ocasionado por la prensa se verifica en la esfera de los hechos, tanto como en la de las ideas. Cuando la prensa no existía, y las noticias se difundían oralmente, no podía ocurrir que una noticia falsa tuviese modo de conquistar un inmenso privilegio de difusión o de credibilidad y fuerza de persuasión sobre una noticia verdadera.
Con relativa facilidad descubría sus inconsistencias y, en conjunto, era, más fácil esclarecer las cosas. Pero desde que existen periódicos, no circulan sino las noticias que éstos quieren. Basta que un gobierno o un poderoso sindicato industrial, bancario financiero, compre o funde unos cuantos periódicos importantes, o que estos se pongan de acuerdo para dar crédito a una noticia determinada. Para que la verdad quede ahogada sin remedio.
Como la opinión publica sabe extensamente sólo aquello que aparece en los periódicos, se sabe lo que quieren ellos y no lo que quieren los lectores. Contra ese potentísimo medio de transmisión, pierde toda eficacia el de la transmisión oral, comparativamente tan débil, y la verdad llega a ser por entero, sin ningún medio de critica ni examen, lo que quieren los grandes periódicos o quienes consiguen tenerlos en su mano”.
Exacto. Pero agréguese una doble calamidad: la radio y la televisión, y ahóndese el problema con el medio mexicano, bastante menos fuerte para ponerse a la mentira, en razón de su debilidad cultural, que el italiano, al que se refería más en concreto el pensador citado. Las palabras de Rensi justifican la guerra publicitaria que desatara la administración oficial en contra de los medios objetivos, transparentes e independientes.