De los golpes, al amor
Armando Ríos Ruiz viernes 10, Jul 2020Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
De proferir las más de las veces insultos y críticas ácidas, uno contra México y otro contra el aspirante a la presidencia de Estados Unidos, de un momento a otro ambos pasan a la comprensión, a la sonrisa mutua, al entendimiento. Tal vez se trata de actitudes hipócritas que por conveniencia, ocultan la autenticidad de los sentimientos.
Por lo menos, sabemos que la idiosincrasia de los políticos norteamericanos ha sido y es proclive a la dureza, a la realidad, en cuanto a decir verdades. John Quincy Adams, sexto presidente del país vecino, dijo que Estados Unidos no tenía amigos permanentes, sino intereses permanentes. En el mismo sentido, John Foster Dulles, secretario de Estado de Dwight Eisenhower manifestó: Estados Unidos no tiene amigos, sino intereses.
Luego entonces, de la entrevista del miércoles entre Donald Trump y nuestro mandatario, se colige que el primero quiere utilizar a toda costa, la ayuda que pueda proporcionar el mexicano, por mínima que sea, en aras de volver a ganar la elección que se avecina en su país y para la cual se encuentra en desventaja ante el demócrata Joe Biden.
Cuando Trump compitió la primera vez, arremetió todo el tiempo contra México y contra nuestros compatriotas que van a su país en pos de una vida mejor para ellos y para sus descendientes. Dijo, sin particularizar, que todos somos violadores, asesinos, ladrones y que de plano, conformamos la peor sociedad del planeta.
Para impedir que nuestros paisanos continuaran invadiendo los espacios de la Unión Americana, ideó la construcción de un muro a lo largo de los tres mil kilómetros de frontera y México tendría que pagarla. El año pasado, prácticamente obligó a nuestras autoridades a formar un muro humano con la recién integrada Guardia Nacional, que ha servido, más que nada, para impedir que los migrantes centroamericanos arriben y se introduzcan a aquel país.
El canciller Marcelo Ebrard acudió a una reunión en la que aceptó la petición, previamente acordada con nuestro Presidente. Es decir, viajó a satisfacer los apetitos de Trump sin chistar. Pero después, tanto nuestro mandatario como muchos otros funcionarios de su gabinete, viajaron a Tijuana en donde armaron un fiestón para festejar en actitud triunfalista, un hecho vergonzoso.
Cuando el tabasqueño buscaba la Presidencia, le dijo a Trump, a través de un twiter: “Presidente Trump: su muro nos agrede y deja la Estatua de la Libertad como leyenda. Iremos a tribunales internacionales. Viva la fraternidad”. También urgía al entonces Presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, Durante aquellos días, a asumir, una iniciativa y responderle con valor. “ante la actitud irresponsable y grosera” de Trump.
En otra ocasión, en Estados Unidos, comparó el estado de opinión que generó el ascenso de Trump con el ambiente que propició el voto a Adolfo Hitler en Alemania, durante los años 30 del siglo pasado. También declaró: “A Donald Trump y al grupo que lo asesora les ha dado resultado azuzar a integrantes de ciertos estratos de la sociedad estadounidense en contra de los inmigrantes y, en particular, los de nacionalidad mexicana”.
Ahora, el Ejecutivo mexicano ha sido recibido con una amplia sonrisa y se ve totalmente convencido de que a todas luces es franca. No ha sido capaz de leer a través de ella, que encierra falsedad, tal vez para que sus fotografías ante nuestros connacionales les expresen su mentirosa bohonomía y su disposición amistosa, de verdaderos “cuates” con nuestro representante en la visita.
Se ve difícil que el norteamericano remonte las preferencias de los sufragantes, toda vez que las encuestas en aquel país oscilan entre 12 y 14 por ciento a favor de su contrincante. Sin embargo, tampoco es posible dejar de hacer lo indecible por encaramarse. Ya le resultó una vez, gracias a que las elecciones tienen un formato diferente al nuestro.