No se mandaban solos, ¿o sí?
¬ Augusto Corro jueves 2, Jul 2020Punto por punto
Augusto Corro
Parece que ahora si va la justicia contra los corruptos y mentirosos del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto. Lo que está en firme es el traslado a México del ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, quien se encuentra en una prisión española, se le juzgará por los millones de dólares que recibió de la empresa Odebrecht para la campaña presidencial del mexiquense. El favor se pagaría cuando el propio Lozoya ocupara un alto cargo en el gabinete peñista. También, el que fuera director de Pemex tendrá que responder de la compra fraudulenta de la empresa Agronitrogenados al empresario Alonso Ancira, también recluido en una cárcel española. El fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, informó que el ex funcionario decidió entregarse a las autoridades mexicanas y aceptar su extradición desde España. Desde su captura, el 12 de febrero, se especuló sobre su responsabilidad del manejo de recursos de procedencia ilícita. ¿Sus jefes o su jefe inmediato aceptaron ese negocio ilegal, que lo convirtió en cómplice? En el juicio, esta pregunta será respondida con precisión. Ya el ex abogado de Lozoya, Javier Coello Trejo, en una ocasión dijo, al tratar el tema, que su cliente no se manejaba solo. Estas palabras se entendieron como un mensaje de advertencia a Peña Nieto o al ex secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell. ¿Supo o no supo Peña Nieto de ese regalo ilegal, de millones de dólares para su campaña electoral? ¿El brazo de la ley se alargará lo suficiente hasta alcanzar al político mexiquense? ¿Peña Nieto y Lozoya son los únicos personajes relacionados con el caso Odebrecht?
Por otra parte, el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, dio por terminada la denominada “verdad histórica”, es decir, el relato oficial de lo ocurrido a los 43 normalistas de Ayotzinapa aquella noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27, en 2014, en Iguala, Guerrero. El impacto de ese secuestro colectivo estremeció de horror a la sociedad mexicana, porque a partir de esa fecha se desconoce el paradero de los jóvenes. Al anunciar el fin de esa mentira, el representante informó que existen 46 nuevas órdenes de aprehensión contra servidores públicos de diversos municipios guerrerenses, por los delitos de desaparición forzada y delincuencia organizada: además del envío de restos a la Universidad de Innsbruck para su identificación, así como la colaboración de la Interpol, para la captura del extitular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás Zerón de Lucio. Declaró Gertz Manero que los mencionados delitos no habían sido ni investigados ni judicializados. Parte de la verdad histórica apuntaba en que los narcotraficantes, creyendo que los jóvenes serían de un cártel rival, los habrían matado para luego incinerar sus cuerpos en un basurero y arrojar las cenizas a un río. Para el 27 de enero de 2015, la Fiscalía mexicana sostuvo que ya se tenía “certeza legal” de que los 43 estudiantes que desaparecieron en septiembre, en Guerrero, fueron asesinados por sicarios del narcotráfico. Esa mentirá fue invención de Zerón de Lucio.
Si bien es cierto que tanto Emilio Lozoya en el caso de los “donativos” de Odebrecht y Zerón de Lucio era funcionarios importantes en el organigrama de la función pública, por arriba de ellos se encontraban sus jefes, sus superiores, que tenían que aprobar o reprobar la conducta de sus colaboradores. ¿Qué hizo Lozoya con los millones de dólares que le entregó la constructora extranjera? ¿Realmente el dinero fue a parar a la campaña electoral de Peña Nieto? ¿La cadena delincuencial terminó en Lozoya. Pagó los favores a sus benefactores? ¿Molestarán al ex presidente Peña Nieto con un citatorio para confirmar o negar alguna acusación en su contra en el espinoso juicio a Lozoya por el manejo de recursos de procedencia ilícita? En el tema de los normalistas de Ayotzinapa se empieza a ver una luz al final del túnel. En cuanto se conoció la noticia del secuestro múltiple el gobierno federal guardó silencio por varios días, hasta que la presión de la opinión pública lo obligó a algunos pronunciamientos apoyados en las mentiras. En esto jugó un papel importante Zerón de Lucio, que, inclusive, llevó a uno de los presuntos implicados a la rivera de un río, en Guerrero, para armar su historia falsa, que el entonces procurador Jesús Murillo Karam la dio a conocer públicamente como la “verdad histórica” irrefutable. ¿A quién de los funcionarios citados obligaron a aceptar la mentira? ¿O es que estos se mandaban solos, como se dice coloquialmente? ¿Peña Nieto tendrá algo que decir sobre el comportamiento de sus subordinados? ¿Usted qué opina amable lector?