La barbarie en tiempos de pandemia
Alberto Vieyra G. jueves 2, Jul 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Sabía usted que el hombre se equipara en violencia al hipopótamo y a otros animales feroces? ¿Cuál es la razón de esa extraña comparación?
El hipopótamo está considerado como uno de los animales más agresivos y violentos del mundo animal y, de hecho, es el que más muertes humanas provoca en África, ¿cuál es la razón? Sólo los hipopótamos y los hombres -no mujeres- tienen en su cuerpo mayor cantidad de testosterona, que los hace extremadamente violentos y agresivos, pero más aún durante una cuarentena que se ha prolongado por más de 100 días en el mundo, a razón de la pandemia del coronavirus que ya mató a más de medio millón de personas e infecto a más de 10 millones.
Para la Organización de los Estados Americanos (OEA) en la mayoría de naciones latinoamericanas se han producido más muertes por feminicidios que de muertes por coronavirus.
El encierro obligatorio, el miedo y el alto grado de neurosis o como dicen los genios de la medicina, el estrés vuelve al hombre extremadamente violento, por los altos niveles de testosterona y de la monumental presión nerviosa cuando sabe que la muerte podría estar a la vuelta de la esquina o la pérdida del trabajo, que en Estados Unidos ha dejado casi 40 millones de desempleados y en México más de 12 millones. Todo ello, hace un caldo de cultivo y convierte a los hombres violentos en bombas de mecha corta.
Además, la crisis de la pandemia ha echado a andar peligrosamente en el mundo la maquinaría de las mafias criminales al trabajo de órganos humanos que representa un extraordinario negocio y el punto más vulnerable lo encuentran en las mujeres, muchas veces engañadas bajo el señuelo de ofrecerles un empleo local o internacional, amén de la explotación sexual en los inmorales paraísos sexuales.
Diversas organizaciones internacionales y medios de comunicación dan cuenta de que durante el encierro obligatorio que muchos equiparan a un arraigo judicial domiciliario, se han producido la mayor cantidad de feminicidios en el mundo y sin faltar en México, donde la barbarie masculina contra las mujeres ha sentado sus reales, sin que haya ninguna autoridad que castigue esa abominable atrocidad.
Es pertinente aclarar que no todos los hombres se equiparan a esa bestia llamada hipopótamo. Hay honrosas excepciones de hombres sensatos y civilizados que no permitirían que nadie toque a sus mujeres ni con el pétalo de una rosa, pero así también hay hombres desalmados que se ensañan no sólo con las mujeres en la calle, sino también con las mujeres que conforman el primer círculo de su familia.
Otro importante factor que ha propiciado el incremento de los feminicidios es la falta de políticas públicas que tienen que ver con la aplicación del estado de Derecho, trátese de mafias o de particulares inmersos en la barbarie contra las mujeres.
De enero a mayo de 2020 se contabilizan en México 375 feminicidios y al ritmo que vamos se superarán durante 2020 las cifras de 983 feminicidios ocurridos durante 2019. La última novedad que el aberrante régimen de la “Cuarta Transformación” en una infame campaña publicitaria en la que se habla de que cuando hay agarres entre parejas se debe contar hasta 10 para serenarse y sacar la bandera de la paz. ¡Vaya obtusa mentalidad de intentar corregir mentes torcidas y hasta diabólicas!
No, no es por ahí. Una política pública que acabe con la barbarie contra las mujeres tiene que partir de la aplicación a rajatabla del estado de Derecho, implantando penas de prisión que vayan hasta la cadena perpetua para quienes quieran desafiar a la ley y al Estado, lo piensen diez veces, pero sin bandera blanca. De otro modo, la barbarie del hombre seguirá siendo tan salvaje como la de los temibles hipopótamos.