Y el mal no termina…
¬ Augusto Corro miércoles 1, Jul 2020Punto por punto
Augusto Corro
La pandemia del coronavirus llega este mes de julio con un registro de más de 10 millones de contagiados y más de 500 mil decesos y su permanencia se prevé a largo plazo, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México, las autoridades sanitarias indicaron que es necesario que la población aprenda a vivir en una situación, donde si bien, no se puede eliminar de manera absoluta el virus, sí se pueden disminuir los riesgos de contagiarse. También anunciaron que el Covid-19 pueda durar entre 2 y 3 años y que con la llegada del otoño y el invierno, así como la temporada de influenza, los casos del coronavirus pueden repuntar.
Estamos pues bajo la amenaza del mal con pocas defensas: la sana distancia las medidas de higiene y quedarse en casa, es decir la aplicación de la cuarentena. El último informe del martes en la noche sobre las cifras de la pandemia en México arrojó 27 mil 121 decesos, 220 mil 657 contagios y 23 mil 389 activos.
Sólo que llevar a cabo la cuarenta se complicó porque son millones de personas que tienen que salir de sus casas a conseguir trabajo y comida; los que tienen que abrir sus negocios para entrar a la nueva normalidad. En este renglón las autoridades sanitarias y los gobiernos acordaron regirse por un semáforo sanitario que regule las actividades de la sociedad durante la pandemia.
En ese sentido, el color verde servirá para el regreso a las actividades sin descuidar la sana distancia y las medidas sanitarias. Pero resulta que no todas las personas cumplen con las reglas.
Hay cierta indisciplina que podría propiciar el incremento de los contagios. En la capital, ahora funcionamos con el color naranja. Quiere decir con limitaciones en las actividades. Las medidas sanitarias deben mantenerse altas para eliminar la posibilidad de un retorno a semáforo rojo.
Es necesario que la población en general conozca a fondo que representa cada color del semáforo sanitario y el cumplimiento de las medidas para evitar el contagio.
Un sinnúmero de capitalinos entendió como aplicación del color naranja como la reactivación de la nueva normalidad y no hizo caso a las reglas.
Desorientados o irresponsables se subieron a las unidades del transporte público sin las protecciones adecuadas para no contagiarse. En mercados y comercios se vio como acudía la gente sin cubrebocas y sin guardar la sana distancia, como si la epidemia fuera cosa del pasado. El repunte del virus es una realidad que debe atenderse con mucho cuidado. Son múltiples los ejemplos de ciudades que padecen el resurgimiento de la pandemia.
Claro que es importante regresar a la nueva normalidad, sobre todo para aquellos que tienen que conseguir alimento para la familia que depende de ellos; pero debe volver a sus actividades con todos los cuidados.
Las autoridades deben actuar con una sobrevigilancia en los sitios que por sus características se reúnen considerables número de personas, como son los sitios donde asisten un sinnúmero de personas que no guardan la sana distancia y su presencia que debe ser limitada en el lugar se prolonga por varias horas.
Quizá sea oportuno que las autoridades informen con mayor exactitud y oportunidad que debe hacer la población en función de los colores del semáforo sanitario.
Repetir hasta el cansancio en que consiste la aplicación de las medidas básicas de protección contra el virus como son: el lavado de manos, el uso del cubrebocas, la sana distancia. etc. Mientras padezcamos la presencia de la pandemia, debemos ser solidarios para enfrentarla y detenerla. No hay otro camino.