Hombres de Estado
Alberto Vieyra G. lunes 29, Jun 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
México y el mundo están urgidos de llevar al poder a hombres de Estado que sean capaces de garantizar la unidad nacional de sus pueblos y no malignos echados en los brazos de satanás.
¿Pero qué son los hombres de Estado?
Para el ilustre pensador ecuatoriano don Rodrigo Borja, “los hombres de Estado son aquellos que piensan en las futuras generaciones y no en las próximas elecciones” ¡Hermosa tesis!, ¿verdad?
No faltan, sin embargo, las tesis de enciclopedistas y liberales de avanzada que sostienen que “si un Estado depende de un sólo hombre, mejor que no exista; aún es peor cuando depende de dos y no se vigilan ni se ponen de acuerdo el uno al otro”.
Para Platón, que nació entre los años 427-428 a.C, “los hombres de Estado orgullosos y altivos son incapaces de enseñar los propios valores políticos de las funciones que cumplen y, en consecuencia, ellos mismos no ilustran jamás esos valores”. Y para Menón, no se excluye que puedan aparecer algún día hombres de Estado verdaderamente valiosos, que “sean capaces de comunicar su ciencia, en vista que dicha ciencia, es decir la ciencia política realmente sí existe”.
En cambio, para Aristóteles, quien vivió en la Grecia allá por el año 384 A.C sostenía que “el primer deber de un hombre de Estado es el de conocer la Constitución y aplicarla. También es necesario decir que, con frecuencia, los escritores políticos, dando pruebas de un gran talento, se han equivocado al interpretar las cuestiones capitales; no es suficiente con imaginar a un gobierno perfecto e ideal, pues lo que se necesita sobre todo es un gobierno practicable, que impulse medidas de sencilla y segura implementación”.
Para las nuevas generaciones de politicastros en México y el mundo sería muy importante y saludable que leyeran y releyeran estas y otras importantes tesis sobre los hombres de Estado para que imperen en el planeta tierra menos gobiernos del diablo, es decir gobernantes menos arrogantes, menos racistas, maquiavélicos, truculentos, mentirosos y menos tiranos, como lo han dejado ver durante la actual pandemia del coronavirus, entre los que resaltan Donald Trump, la bestia trumpiana, el derechista Jair Bolsonaro, en Brasil o el comunista Andrés Manuel López Obrador, en México, quienes pasarán a la historia por su torpeza en el manejo de la pandemia dando lugar a innecesarias mortandades.
Me han preguntado: ¿Qué si López Obrador es un hombre de Estado? No, para nada, López Obrador es uno de esos politicastros que lucran con el poder mediante las mentiras de satanás, el populismo para dividir a sus pueblos, la simulación política y el sádico maquiavelismo para perpetuarse en el poder, es decir contrariamente a la tesis de Rodrigo Borja o las tesis de estudiosos que aconsejan llevar a cabo gobiernos discretos, pero eficientes que piensen y gobiernen no para que sus partidos ni para sus oligarquías ni para que ganen las próximas elecciones, si no que hagan gobiernos que sirvan a las próximas generaciones.
Usted, amable y respetado lector o radioescucha deduzca si López Obrador y la clase política mexicana tienen en sus filas hombres y mujeres que puedan convertirse en gobernantes de Estado. Eso dependerá en primer lugar, de la inteligencia con la que los mexicanos deban elegir a esos gobernantes para no llevar al poder lacras sociales o como dirían los rancheros allá en mi tierra: “Eviten criar cuervos para que después no nos saquen los ojos”.