Odio
Adriana Moreno Cordero viernes 26, Jun 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
A lo largo de la historia humana, el odio ha sido una patología con diversas caras, mil caras del comportamiento humano y ha sido la causa de conquista y de guerras de exterminio.
Para los estudiosos del carácter, el odio es una de las formas o de las caras más viles de la neurosis en las personas que la sufren, mientras que para el tumbaburros, el odio es un intento por rechazar o eliminar aquello que genera disgusto; es decir, sentimiento de profunda antipatía, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir a su objetivo y en el caso de los politicastros que son víctimas de esa aguda neurosis sus discursos de odio consisten siempre en propagar, incitar, promover o justificar el odio, el desprecio o la anida versión hacia determinados grupos sociales, desde una posición de intolerancia. Quien recurre a ese tipo de discursos pretende estigmatizar a determinados grupos y abrir la puerta para que puedan ser tratados con hostilidad, lanzando siempre un mensaje destructivo.
¿Por qué le hablo de esa enfermedad de las mil caras que se llama neurosis?
No es locura, pero quien la sufre está al borde la de la locura. En otras entregas hemos analizado las conductas de algunos gobernantes y en especial de quien es este momento cobra como Presidente de la República. AMLO deja ver todos los días en las mañaneras de Palacio su odio monumental que siente por los que no piensan igual que él, por los que tienen más que él, por los que saben más que él, por quienes son más libres que él y hasta los que son más felices que él. Me pregunto: ¿Es AMLO una bola de odios andando?…
La pregunta no es ociosa porque la semana pasada, habló de la necesidad de quitarse de encima a una institución autónoma que es el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación en México (Conapred), cuya paternidad se debe a Gilberto Rincón Gallardo uno de los luchadores sociales de izquierda mexicana más humilde, más sabio, un hombre incorruptible y con una ideología inamovible, como ocurre entre los seres humanos con grandeza y claro que son de una sola pieza. El Conapred fue promovido por Vicente Fox, quien tenía un profundo respeto por Gilberto Rincón Gallardo quien, a nivel internacional, por cierto, sus principios humanistas son altamente valorados en la ONU.
¿Por qué entonces AMLO odiaba y sigue odiando a Rincón Gallardo, a grado tal de que hoy quiere desaparecer el Conapred?
Quienes convivieron muy cerca de Rincón Gallardo y AMLO sostienen que el actual inquilino de Palacio Nacional era muy proclive a rodearse de personajes corruptos como René Bejarano, el famosísimo hombre de las ligas, que era el puente utilizado entre López Obrador y el empresario argentino Carlos Ahumada, quien le proporcionaba muchos billetes y su ex titular de finanzas en el gobierno del entonces Distrito Federal, Gustavo Ponce Meléndez, quien obtuvo mala fama derrochando millones de dólares en Las Vegas.
No faltan quienes recuerdan también que cuando AMLO fue líder del PRD, Gilberto Rincón Gallardo llegó a ser antesala muchas veces durante un año en la oficina de AMLO para que lo recibiera y proponerle entre otras cosas, la creación del Conapred, pero López Obrador jamás se dignó en recibirlo, pues pensaba que el rating de Rincón Gallardo podría haberlo hecho a un lado en la jerarquía perredista.
El odio que caracteriza a AMLO se refleja hoy al querer dar cristiana sepultura al Conapred y a otras instituciones autónomas como el Inegi, la Comisión Reguladora de Energía, la Comisión Federal de Competencia y al INE, a los que tiene en la mira para desaparecerlos para que pueda convertirse en el país de un solo hombre y sin ningún contrapeso, para que estén de rodillas ante el ponzoñoso presidencialismo.