Ahora, crisis educativa
Eleazar Flores miércoles 24, Jun 2020Espacio Electoral
Eleazar Flores
DIFÍCIL SOLUCIÓN-. A la vuelta de la esquina, con plazo de un mes aproximadamente, madres y padres de familia enfrentarán otro problema, tal vez mayor o igual al del coronavirus o laboral o económico, pero con relación íntima entre todas ellas, la educación de los hijos a todos los niveles.
Lo peor de este problema de ángulos múltiples no es visto por los genios de la Cuarta Transformación, ni por quienes están al frente de la SEP, que deberían instrumentar alguna estrategia.
PORMENORES-. El mundo educativo nacional arroja cifras poco precisas, pero que dan por válidas las conocidas por todos: más de 30 millones de alumnos en las aulas, desde preescolar hasta profesional. También se da por cierta la versión de que el sector privado atiende a cuando menos al diez por ciento del estudiantado nacional de todos los niveles y estratos sociales.
Conocida la incapacidad del Estado, de atender la demanda total de lugares en los planteles existentes, también de todos los niveles, el sector privado acude en su auxilio, con planteles en todo el territorio nacional y también al alcance de todas las economías familiares, cuyos padres desean inscribir a sus hijos en escuelas particulares, también desde preescolar hasta profesional.
DIEZ POR CIENTO-. En general, el sector privado del país cubre entre un diez y un doce por ciento de la población estudiantil demandante, en unas entidades más que en otras, de acuerdo al nivel socioeconómico de la población. La inscripción de primer ingreso o reinscripción si van de segundo o más años en el mismo plantel, es lo inmediato a atender.
COLEGIATURAS-. Desde el ciclo escolar 2019-2020 se registraron bajas considerables en la inscripción de escuelas particulares de todos los niveles por lo que contra lo que se generaliza, muchos dueños de planteles optaron por mantener los montos de colegiaturas antes que perder a un alumno. Claro que este comportamiento fue predominante más no único.
CERTEZA-. Algo que por desgracia sucederá, es que bajará la plantilla estudiantil del sector privado por la sencilla razón de que muchos padres y madres de familia se han quedado sin trabajo por la pandemia y se ven obligados a inscribir a sus hijos en escuelas públicas de todos los niveles.
Cientos, miles de paterfamilias externaron con desconsuelo el desapoyo oficial para quienes siendo trabajadores de micro y pequeñas empresas, éstas cerraron y no abrirán más por lo que se han quedado en el desempleo, lo que les impedirá pagar colegiaturas lo mismo de la niñez que cursa la educación básica, -de preescolar a secundaria-, o la juventud recibiendo educación media superior, técnica o universitaria.
Lejos los eventos de graduación y fiestas por fin de cursos.