Despierta la ambición en Morena
¬ Augusto Corro miércoles 24, Jun 2020Punto por punto
Augusto Corro
El partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se durmió en sus laureles. Su dirigencia poco hizo para reafirmar el triunfo de su partido. A los líderes sólo les interesa manejar el partido a su antojo. No toman en cuenta a sus militantes. El divisionismo poco a poco empezó a crecer y a desarrollarse en el interior de ese instituto político. La pugna apenas empieza y nadie sabe cómo y cuándo terminará. La elección de su líder nacional y la contienda electoral del próximo año se convertirán en fuertes dolores de cabeza para la jerarquía morenista. Por ejemplo, su presidente, Alfonso Ramírez Cuéllar, se convirtió en un elemento conflictivo.
Mañana jueves vence el tiempo del interinato y no hay manera de que alguien lo supla en el cargo. La permanencia del líder actual en la dirigencia propiciará un mayor divisionismo. En el presente, el lío principal se encuentra en el enfrentamiento de Ramírez Cuéllar contra la ex presidenta del partido y actual secretaria general, Yeidckol Polevnsky, quien es investigada por desvío ilegal de recursos económicos del partido y lavado de dinero. También ella quiere, anhela, continuar en la secretaría general como base de su proyecto político. Ella pretendía la presidencia nacional de su partido, pero no tuvo la inteligencia para posicionarse como líder.
La incertidumbre se instaló en Morena y se hizo un embrollo. Hace varios meses empezaron las disputas por el poder en Morena. Hubo aspirantes a dirigir el partido, pero se eliminaron. Unos querían elecciones, que fueran los militantes a través del voto, y otros que se nombrará al líder por medio de encuestas. Esta última idea la planteó el propio Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, pero no le hicieron caso. Quizá cambien de parecer, que es lo más seguro. No se pueden desdeñar los consejos del líder moral tan fácilmente. Y la elección para el cambio de líder quedó en el limbo. Ramírez Cuellar llegó como interino a la dirigencia nacional, con el de que convocara a un proceso de elección de dirigente. Pero el presidente interino optó por ser el mismo el próximo líder nacional.
Por cierto, ya corre el rumor en el sentido de que el multicitado Ramírez Cuéllar, diputado con licencia, empezó a ofrecer candidaturas para 202l con el propósito de contar con incondicionales que lo apoyen para continuar en el cargo. La pregunta: ¿Tendrá Ramírez Cuéllar la capacidad para activar a Morena? ¿De marcar el rumbo del que carece?
Ya en este espacio hablamos sobre la capacidad de la oposición política al presidente López Obrador. Los partidos políticos adversarios empiezan a organizarse para la contienda electoral que terminar el próximo 6 de junio de 202l. Es posible que esas organizaciones se encuentren más ordenadas y con más capacidad para enfrentar al gobierno, con el propósito de sumar votos.
Una de las ideas de los opositores es ganar un número considerable de diputados y mantener la mayoría en San Lázaro. Entre los partidos que intentan formar un bloque de oposición están: El Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD). El Partido Revolucionario Institucional (PRI) aún no se decide. Si esas organizaciones políticas se fortalecen, se unen, serán un fuerte dolor de cabeza para el presidente López Obrador y el partido que lo llevó al poder.
Las instituciones políticas buscarán aliarse con los gobernadores de diferentes partidos para presentar un frente común. Por lo menos se unirían en una causa común nueve mandatarios estatales que demostraron su descontento contra el gobierno de López Obrador.
Por cierto, del lado de los mandatarios estatales de Morena la honestidad y la honradez de nada les sirvieron. Cuitláhuac García, de Veracruz, como gobernador fue un fracaso. No ha podido erradicar la violencia de su estado. En las mismas condiciones está el gobernador poblano, Miguel Barbosa, que no le encuentra la cuadratura al círculo.
De mal gusto sus declaraciones sobre las desapariciones de mujeres en la entidad, que no eran tales, ya que se trataba de personas que se iban durante un tiempo breve con su novio. Por esas afirmaciones, Morena le abrió un proceso por posibles faltas a los documentos básicos de su partido. Sobran los argumentas que nos hablan de la falta de un líder al frente del partido guinda, que lo despierte y que analice y resuelva la problemática que tiene sumido a Morena en el oscurantismo político.
En días recientes, el dirigente, Ramírez Cuéllar, se ufanaba de la colación de partidos políticos para defender el obradorimo. En el bloque participaran, entre otros, Morena, el Partido Verde (S.A.; de C.V.) y el PT. De plano, aliarse con el partido verde es no conocer, ni remotamente, lo negativo de esta organización política que se distinguió de venderse al mejor postor. Ya estuvo al servicio del PAN, del PRI; y ahora con el partido guinda.