Un poeta y un merolico
Alberto Vieyra G. miércoles 24, Jun 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
A mediados de mayo y en plena pandemia del coronavirus, Paco Ignacio Taibo II, que cobra hoy como burócrata en el Fondo de Cultura Económica, invitó al merolico zar del coronavirus en México, Hugo López-Gatell Ramírez para que hablara de poesía durante la presentación de un libro, que incluye parte de la obra del poeta español Miguel Hernández, quien durante el franquismo se convirtió en un revolucionario que incendiaba a España con su poesía. Obviamente que fue asesinado por el dictador Francisco Franco.
Lo chistoso fue que el señor López-Gatell, como para no meterse más en Honduras, prefirió no hablar de Miguel Hernández, cuyo poema Sentado sobre los muertos, ha retratado a un López-Gatell mintiendo y engañando a los mexicanos sobre la mortandad provocada por el Covid-19, lo que le ha valido mentadas y que todo mundo lo siente sobre los muertos. Mis tres lectores y radioescuchas me han pedido hacer apología de la parte medular de poema de Miguel Hernández que dice así:
Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo mantiene.
Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.
Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.
Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir a quien escucharme
debe cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.
Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué ponerse,
hambriento y sin que comer
y el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En su mano los fusiles
leones quieren volverse:
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces
La realidad de aquella España del franquismo, en mucho se asemeja a la realidad que hoy impera en muchas naciones, preponderantemente en México donde los politicastros echan espuma por la boca cuando mienten y hablan de democracia, libertad y justicia social, cuando esa democracia no se traduce en la felicidad del alma de millones de personas en cuyas mesas no hay pan, en sus bolsillos no hay dinero y en sus pansas impera el hambre.
Pues sí, el llamado zar del coronavirus está sentado sobre los muertos y ahora para colmo, el ponzoñoso presidencialismo lo quiere premiar con una diputación federal en las elecciones de 2021 y con lo cual, AMLO le pagará la factura de haber engañado a los mexicanos con la pandemia del siglo, pero, sobre todo, AMLO le pagaría a López-Gatell su abyecta adulación a la lambisconería cuando el científico merolico dijo en una mañanera que “López Obrador es una fuerza moral y no de contagio del coronavirus”. Como usted puede ver en México se premia a los lambiscones de lo lindo, aunque estén sentados sobre los muertos.